Sunday, April 3, 2011 | Por CubaNet
Alex Flores
redaccion@elheraldo.hn
La Habana, Cuba
En cada esquina de un barrio y en las calles existen "soldados" de la
revolución usados por el régimen para ayudar a garantizar la
subsistencia del sistema.
Ellos son los miembros de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR),
instruidos para diversas misiones, ya sea resolver un problema menor en
la comunidad o servir como eslabón de la inteligencia cubana para
detectar cualquier atentado antirrevolucionario.
Los "cederristas" son auténticas autoridades en la isla; aparecieron el
28 de septiembre de 1962, a iniciativa del entonces presidente Fidel Castro.
En el museo dedicado al CDR, en la avenida Obispo, se indica que existen
más de 120,000 personas que integran estas organizaciones en las 12
provincias de Cuba.
La membresía ha ido aumentado con el tiempo, ya que el año de su
creación se contabilizaron uno 50,000 miembros.
Los CDR están minuciosamente organizados. Existe un representante de
esta entidad en cada barrio y los mismos conforman una directiva en una
cuadra.
Un policía termina siendo coordinador de los CDR de varias cuadras.
La estructura superior la integran los comités de provincias y los
nacionales.
Esta organización puede desarrollar tareas simples como gestionar que se
restablezca el fluido eléctrico o servicio de agua en un barrio.
También motiva a la población a ser activa en la participación ciudadana
y coordinar jornadas de salud, entre otras labores.
Vigías
Pero también sirven como vigilantes de que no se estén fraguando
actividades consideradas desestabilizadoras en los sectores donde están
asignados.
Los considerados ojos y oídos de la revolución deben conocer con quién
platica el vecino, qué actividades hace fuera de su barrio y la opinión
que tiene sobre el gobierno.
Es así que un derecho inherente al ser humano, como es el de la
privacidad, en Cuba es relativo, por no decir desconocido por la autoridad.
Cuando detectan alguna situación irregular la reportan ya sea a un
policía o a sus superiores dentro de la institución, para que estos
hagan lo mismo con las autoridades.
"Puede ser que tengas un amigo de la infancia y si este es del CDR y se
da cuenta que estás haciendo algo ilegal te va a denunciar sin importar
que te conozca", aseveró un vecino de Centro Habana, un concurrido
sector de la capital cubana.
Otra situación de la que están pendientes es de detectar la
planificación de grupos de cubanos que quieran emigrar sin la autorización.
Quien sale de esa nación sin permiso y es capturado se le imputan
delitos criminales.
Los barrios no solo son vigilados por los "cederistas", pues entre
cuadra y cuadra existen cámaras de seguridad que graban todas las
actividades de los vecinos.
A los CDR se les ha criticado por ser grupos de choque que intimidan y
hasta agreden físicamente a las personas consideradas enemigas de la
revolución.
Debilidades
Los Comités de Defensa de la Revolución no son infalibles, eso lo
comprobó EL HERALDO.
A 10 metros de un CDR, específicamente el número 2, con el nombre de
Juan Abrahantes, en la Habana Vieja , existe una venta clandestina de
puros que opera a vista y paciencia de los vecinos, pero extrañamente la
institución vigilante no actúa.
EL HERALDO entró a una pequeña bodega donde están almacenados los puros
para adquirir un imitación los famosos Cohíba.
"Métalos dentro de la bolsa del pantalón para que no los mire nadie",
dice el comerciante ilegal después de recibir los 10 dólares de pago por
el producto, una caja de media docena de puros.
Luego, con el producto guardado como se recomendó, se pasó frente a esa
sede del CDR y en ningún momento alguien de ese sitio se acercó a
preguntarnos algo.
Algunas personas creen que ciertos "cederistas" reciben dinero de los
traficantes de puros para operar sin molestias.
http://www.cubanet.org/internacionales/cdr-ejercito-de-espias-al-servicio-de-la-revolucion/
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