30-03-2011.
Angélica Mora
(www.miscelaneasdecuba.net).- Los contrincantes, que se enfrentan en la
línea de batalla por lograr encauzar la Democracia por la senda correcta
y los que quieren que desaparezca, son tan desiguales que hay que
recurrir a la tantas veces usada comparación de David frente a Goliat.
El símil se da en Cuba y se da en Venezuela, ambas naciones en manos de
gobiernos autocráticos que no permiten el juego democrático y saben
mover tableros con fichas ya marcadas de antemano.
El régimen de La Habana juega estos días como anfitrión ante la visita
del ex Presidente Jimmy Carter y éste ya ha entregó la rama de olivo
para lograr la liberación de Alan Gross, un subcontratista del gobierno
de Washington, quien cumple una sentencia de 15 años de prisión en La
Habana.
Los "dueños de casa" esperan canjear a Gross por cinco espías que
cumplen condenas en las cárceles de Estados Unidos.
Un trueque preparado desde momento en que los espías cubanos cayeron
presos y -aunque parece que en un principio se pensó en los presos
políticos cubanos- les llegó el rehén ideal en el sub contratista, a
quien la fiscalía acusó de "espionaje y entrega de material subversivo"
a la disidencia de la Isla. El material fue lo normal que se usa en una
nación libre para escribir y comunicarse.
En Venezuela Hugo Chávez, partió para Argentina -entre otras cosas- para
recibir un premio como ¡campeón de la libertad de expresión en el
continente!.
Como dice Teodoro Petkoff en el diario Tal Cual, "se pensó en un
principio que se trataba de una demostración de humor porteño".
Pero dejando la broma a un lado, antes de montarse en su avión, el
presidente venezolano dejó todo preparado para reforzar la Ley Mordaza.
Mediante la misma, ahora será sometida a censura toda noticia que se
ofrezca a la opinión pública proveniente de los medios comunicación.
Los diarios y la televisión independientes estarán a merced de los
caprichos del Estado y ante cada información deberán hacer un acto de
autocensura, con la mirada puesta en Miraflores.
Ahora habrá penalización para lo que se considere una divulgación que
afecte o ponga al descubierto alguna irregularidad de los poderes públicos.
Para muestra están las Leyes de Instituciones del Sector Bancario y del
Sistema y Servicio Eléctrico -aprobadas en el 2010- y donde se
contemplan sanciones penales para quienes divulguen informaciones
"confidenciales" o no confirmadas por fuentes oficiales.
En Venezuela, se aceptará de ahora en adelante sólo la información del
Estado. Con esto se sella otro desquicio por donde el ciudadano podía
obtener información imparcial de lo que está ocurriendo.
Ahora el Goliat ha tumbado esa garantía.
Y la batalla se extiende por América Latina por doquiera que haya socios
del mancomunado Caracas-La Habana.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=31774
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