Monday, February 28, 2011 | Por Mario J. Viera
PORT CHARLOTTE, Florida, marzo, www.cubanet.org -Ya no da más el cinismo
de Fidel Castro. Ahora rompe lanza a favor de su amigote Gadafi. Ataca a
Estados Unidos como causante de la crisis que solo el tirano libio ha
provocado, con su desprecio por la dignidad del pueblo libio, por su
total falta de escrúpulos a la hora de reprimir a sus opositores, casi
con el mismo odio que aplicó Fidel Castro contra sus opositores políticos.
Se preocupa por los altos costos de los cereales sin importarle que en
Cuba su política mesiánica propició la ruina de los antes fértiles
suelos cubanos, el descalabro de la industria azucarera y la incapacidad
de la agricultura para satisfacer las necesidades alimentarias de los
cubanos.
No dice nada del genocidio que está llevando a cabo en su país Muammar
el Gadafi. Eso lo calla impúdica y cínicamente en su irresponsable
reflexión de la última hornada.
Asegura que la OTAN, que por el momento nada tiene que ver con el
conflicto libio, va a "tratar de sacarle el máximo provecho a los
lamentables sucesos de Libia". Y agrega a continuación saltando de una
idea a otra: "Nadie sería capaz de saber en este momento lo que allí
está ocurriendo. Todas las cifras y versiones, hasta las más
inverosímiles, han sido divulgadas por el imperio a través de los medios
masivos, sembrando el caos y la desinformación".
No ha sido el "imperio" el que ha divulgado lo que pasa en el desdichado
país norafricano. La prensa libre del mundo, que no es la basura de
periodismo propagandístico que existe en Cuba, ha desplegado las
noticias que se han producido en el mundo árabe. Las versiones dadas
sobre lo que ocurre en Libia pueden ser "inverosímiles" pero no por una
manipulación de la prensa, sino por lo inverosímil de la brutal
represión que su aliado Gadafi ha desatado contra un pueblo puesto en
pie reclamando su libertad, la misma que él, Castro, le ha negado a los
cubanos. El caos lo ha generado el degradante régimen de Gadafi y la
desinformación, impidiendo que el periodismo internacional pueda
reportar los sucesos desde el terreno.
"Es evidente que dentro de Libia se desarrolla una guerra civil",
asegura sin poder negar ese hecho palpable y se pregunta a continuación:
"¿Por qué y cómo se desató la misma? ¿Quiénes pagarán las consecuencias?"
¿Es que no lo sabe, él, que todo lo sabe, que todo lo conoce, que todo
lo prevé? Las consecuencias las está pagando ahora el pueblo libio,
dentro de poco, las consecuencias de la guerra civil que ya está
presente en Libia la pagará el nepotista régimen de Gadafi y el mismo
Gadafi con su propio cuello como deben pagar todos los tiranos por sus
actos.
"Nada tendría de extraño la intervención militar en Libia" anota
preocupado, y es cierto, no se puede descontar esa valiosa intervención
militar para detener el holocausto de un pueblo y para acabar con una
dictadura que se ha caracterizado por sus métodos terroristas.
¡Ah! Para Castro, el usurpador mayor, el papel de Obama ante la crisis
"es bastante complicado" y se hace dos preguntas: "¿Cuál será la
reacción del mundo árabe y musulmán si la sangre en ese país se derrama
en abundancia con esa aventura? ¿Detendrá una intervención de la OTAN en
Libia la ola revolucionaria desatada en Egipto?"
Hay que ser macabramente cínico para hablar del derramamiento de sangre
que se produciría en Libia como consecuencia de una intervención militar
por parte de la ONU o de la OTAN. La sangre ya se está derramando en
Libia, la han hecho derramar las fuerzas militares leales a Gadafi y los
mercenarios que el paga para sostenerse en el poder.
El sabe perfectamente que los Estados Unidos no han movido un dedo para
detener "la ola revolucionaria" que se desató en Egipto, por el
contrario, le retiró todo su apoyo al gobierno de Mubarak.
Y en un alarde de colosal cinismo concluye el senil caudillo del
izquierdismo bananero afirmando que nadie "en el mundo estará nunca de
acuerdo con la muerte de civiles indefensos en Libia o cualquier otra
parte'. En ese "nadie" no puede incluirse quien saludó la invasión
soviética en Checoslovaquia que provocó la muerte de numerosos civiles
en ese país. Quizá no esté de acuerdo con la muerte de civiles, lo que
sinceramente dudo, pero en definitiva no las condena, no levanta su voz
contra los desmanes de Gadafi. Todo lo contrario, su gobierno, o el de
su hermanito, que para el caso es lo mismo, rechaza que se expulse como
violador de los derechos humanos al régimen de Trípoli de la Comisión
Internacional de los Derechos Humanos.
Castro ha perdido el sentido de sus palabras. No ha medido el alcance de
sus reflexiones, de la pérdida de credibilidad política que puedan
acarrearle al carcomido sistema de gobierno por él impuesto. El mundo
debe tomar nota de su cinismo.
http://www.cubanet.org/opiniones/la-danza-macabra-del-cinismo-de-fidel-castro/
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