Miércoles 28 de Julio de 2010 20:53 Agencias
El disidente cubano parapléjico Ariel Sigler, excarcelado el pasado 12 
de junio, llegó este miércoles a Miami para recibir tratamiento médico y 
fue recibido en el aeropuerto por un centenar de personas que gritaban 
"abajo la dictadura", reportó la AFP.
"La cárcel de la dictadura no pudo vencerme (...) ahora estoy listo para 
continuar la lucha desde aquí más que nunca", dijo Sigler, en una silla 
de ruedas y rodeado de una multitud que se acercó con banderas cubanas a 
saludarlo.
Sigler fue el primer preso político excarcelado tras el diálogo entre el 
general Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega. Estados Unidos le 
concedió una visa humanitaria para que reciba tratamiento en el Hospital 
Memorial Jackson de Miami.
"Pueden ver en qué estado me ha dejado la dictadura que gobierna en 
Cuba", dijo Sigler, y levantó su pantalón para mostrar sus piernas 
raquíticas.
El alcalde de Miami, Tomás Regalado, dio la bienvenida al ex preso 
político y dijo que hoy es "un día de felicidad" para los cubanos de la 
ciudad por su llegada.
Sigler, quien está en silla de ruedas desde septiembre de 2008, sufre 
una serie de enfermedades crónicas como polineuropatía y problemas 
digestivos y renales, contraídos en prisión.
Varias organizaciones de exiliados cubanos, que organizaron donaciones 
para ayudarlo con los gastos de su arribo y tratamiento, le entregaron 
en mano los cheques.
De acuerdo con el diario miamense El Nuevo Herald, el equipo médico a 
cargo de Sigler puso fin a la conversación cuando el disidente comenzó a 
dar muestras de cansancio. Fue conducido a una ambulancia que lo llevó 
al hospital.
Sigler viajó a Miami solo. En Cuba quedó su esposa, la Dama de Blanco 
Noelia Pedraza, quien dijo que no cree que las autoridades cubanas 
permitan al disidente regresar a la Isla una vez recuperado.
Pedraza realiza también los trámites para viajar a Estados Unidos, 
reportó EFE.
Ariel Sigler formó parte del grupo de 75 disidentes encarcelados en la 
primavera de 2003. Cumplía una sentencia de 20 años. Dos de sus 
hermanos, Guido y Miguel, fueron también condenados durante esa oleada 
represiva. Guido permanece en prisión y estaría entre los presos 
políticos que el general Castro se ha comprometido a excarcelar ante la 
Iglesia Católica y el gobierno español. Miguel salió de prisión en 2005 
y se exilió en Estados Unidos.
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