Lunes 05 de Abril de 2010 08:06 Agencias
El general Raúl Castro dijo este domingo que su gobierno no se hará
responsable por la posible muerte de un segundo disidente en huelga de
hambre, ni cederá al "chantaje" de los que considera sus enemigos,
informó Reuters.
Castro aludía al periodista independiente Guillermo Fariñas, en huelga
de hambre desde el pasado 24 de febrero para reclamar la liberación de
26 presos políticos enfermos.
"Se está haciendo lo posible por salvarle la vida. Pero si no modifica
su actitud autodestructiva, será responsable, junto a sus
patrocinadores, del desenlace que tampoco deseamos", dijo el general
durante la clausura del IX Congreso la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Fariñas inició su ayuno un día después de la muerte del preso político
Orlando Zapata Tamayo, tras una huelga de hambre de 86 días.
Castro repitió la versión del régimen, según la cual tanto Fariñas como
Zapata eran delincuentes comunes instigados por Estados Unidos y por
algunas naciones de la Unión Europea.
Afirmó que Zapata fue condenado por 14 causas comunes, y devino "por
obra y gracia de la mentira repetida y el afán de recibir apoyo
económico desde el exterior, en un 'disidente político'".
Sobre Fariñas, dijo que "cumplió sanción por delitos comunes, en
específico por agredir y lesionar a una mujer, médico y directora de un
hospital, a la que además amenazó de muerte, y posteriormente a una
persona anciana de casi 70 años, a quien hubo que extirparle el bazo".
"No cederemos jamás al chantaje de ningún país o conjunto de naciones
por poderosas que sean, pase lo que pase", dijo Castro, que cambió el
domingo su uniforme de general por una chaqueta azul y camisa blanca sin
corbata.
"Este país jamás será doblegado. Antes prefiere desaparecer, como lo
demostramos en 1962", afirmó en alusión a la Crisis de los Misiles. "La
vacilación es sinónimo de derrota", añadió, según citó EFE.
La muerte de Zapata y la huelga de Fariñas han provocado una fuerte
condena internacional al régimen, principalmente en Europa y Estados Unidos.
Fariñas, un psicólogo de 48 años, está internado desde el 11 de marzo en
un hospital en Santa Clara y es alimentado vía intravenosa.
"Al gobierno de Cuba no le importa la vida de Fariñas, no le importó la
de Zapata, ni la de los presos políticos", dijo su portavoz, Lisset
Zamora, el domingo.
"La cuestión es humanitaria. Si (el gobierno) no se le da una respuesta
satisfactoria, no se puede acusar al mundo. Hay que acusarlos a ellos",
añadió.
Raúl Castro dijo que Cuba es blanco de una "descomunal campaña de
descrédito" y acusó al gobierno del presidente estadounidense Barack
Obama de apoyar la "subversión" en la Isla.
"La extrema derecha española y el imperio americano" siguen buscando la
"destrucción de la revolución" cubana, dijo.
"Si pretenden acorralarnos, sepan que sabremos parapetarnos, en primer
lugar en la verdad y los principios (...) Sobran los ejemplos en nuestra
historia", afirmó.
No habrá cambios económicos inmediatos
Por otra parte, el general reiteró sus advertencias de los últimos años
de que la situación económica cubana es crítica. Dijo que su gobierno no
puede mantener subsidios "excesivamente paternalistas" y que hay un
millón de empleados que sobran en las nóminas estatales.
Hay "plantillas infladas, muy infladas, terriblemente infladas", en casi
todos los sectores, y se pagan salarios no vinculados a la producción,
con lo cual no se puede evitar que se deteriore la capacidad adquisitiva
del pueblo, agregó.
Se gastan "millones y millones" en importar alimentos que se pueden
cultivar en Cuba, mientras crecen las "ilegalidades" y la corrupción,
censuró.
"Continuar gastando por encima de los ingresos significa comernos el
futuro y poner en riesgo la supervivencia de la revolución", dijo.
Criticó a quienes se "desesperan" pidiendo "cambios inmediatos (...)
inquietudes que por lo general se originan en el desconocimiento de la
magnitud de la tarea que tenemos por delante".
Esos cambios son "el mayor y más importante desafío que tenemos para
asegurar la continuidad de la obra construida en estos 50 años", recalcó
y pidió paciencia.
"Los que piden avanzar más rápido, deben tener en cuenta el rosario de
asuntos que estamos estudiando''. "Debemos evitar que por apresuramiento
o improvisación, tratando de solucionar un problema, causemos otro
mayor", dijo.
"La batalla económica constituye hoy, más que nunca, la tarea
principal", porque "de ella depende la sostenibilidad y preservación de
nuestro sistema social", afirmó el general.
"En asuntos de envergadura estratégica para la vida de toda la nación no
podemos dejarnos conducir por emociones y actuar sin la integralidad
requerida", dijo. Por eso, anunció, se "pospuso unos meses más la
celebración del Congreso del Partido y la Conferencia Nacional que lo
precederá".
Es la segunda vez que Castro, después de asumir formalmente el poder en
sustitución de su hermano Fidel, en febrero de 2008, aplaza la
celebración del VI Congreso del Partido Comunista.
El último Congreso se realizó en 1997. Los estatutos del PCC establecen
que esos eventos se celebren cada cinco años.
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