Frank Correa
LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Entre los alardes que han
caracterizado al socialismo cubano en estos 50 años, se cuentan las
"soluciones revolucionarias" y los "inventos tecnológicos".
En la práctica resultaron utopías que terminaron en las vitrinas de los
museos, como el caso del arado integral, una innovación presentada hace
algunos años por un especialista, que ganó el Primer Premio en un
congreso campesino organizado para estimular las inventivas que
ahorraran divisas al país.
Aquella entelequia sobre el arado tradicional se proponía, además de
roturar la tierra, desyerbar, rastrillar, aporcar, sembrar y regar los
surcos, debido a los diferentes elementos que participaban en las
etapas del cultivo.
Una de las ventajas que defendía este arado multipropósito era el
ahorro de combustible. Una yunta de bueyes tiraba, además de los
tradicionales ejes de labrar, un tanque de agua para el regadío, un
pesado mecanismo de estrías para remover la tierra, un potente rastrillo
de hierro que remolcaba las impurezas del surco y el tamiz del
semillero, todo manipulado por un conductor que laboraba sentado sobre
un chasis con cuatro gomas de tractor, desde donde accionaba el complejo
mecanismo de palancas para elegir el trabajo de turno.
Teóricamente era un avance indiscutible y fue presentado como tal en las
conclusiones del congreso. El mismísimo comandante en jefe le regaló un
auto al proyectista y ordenó la inmediata fabricación en serie de
aquella modernizada innovación cubana.
Pero los torneros se enfrentaron a numerosos obstáculos relacionados con
los componentes integradores del proyecto. Gracias a inventivas que
nunca se hicieron públicas, ni gozaron de reconocimientos, pudieron
confeccionar varios ejemplares.
El impedimento mayor salió a la luz en una reunión de la Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños, ANAP, efectuada en San Antonio de los
Baños, un municipio de vital importancia agrícola de la provincia
Habana, escogido para probar el experimento. Se estaban discutiendo los
pormenores cuando un viejo agricultor llamado Raúl, que al principio de
la revolución fue asesor del Ministerio de la Agricultura y lo apartaron
por sus críticas abiertas al deficiente diseño económico propuesto por
la JUCEPLAN, se puso de pie en medio de la reunión y pidió la palabra.
-Todo eso del multiarado está muy bien, pero quiero hacer dos preguntas.
¿Ustedes han calculado cuánto pesa? ¿Y contaron con los bueyes?
Noticias/Cuba ¿Y los bueyes qué? (2 February 2010)
http://www.cubanet.org/CNews/y2010/feb2010/02_C_2.html
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