Peligran fondos para la disidencia en Cuba
Por JUAN O. TAMAYO
jtamayo@ElNuevoHerald.com
Los programas de Estados Unidos para fomentar la democracia en Cuba
están prácticamente paralizados por obstáculos políticos, burocráticos y
de seguridad que tanto partidarios como críticos dicen que podrían
acabar eliminando sus iniciativas más agresivas.
La Agencia para Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), que
entrega la mayor parte de los fondos, no ha solicitado nuevas propuestas
de fondos desde marzo, y los grupos que administran los programas se
quejan de que les queda poco dinero.
Poderosos legisladores demócratas han prometido bloquear los programas
más ''provocadores'' y la administración del presidente Barack Obama ha
dejado entender que podría eliminar una parte clave de los programas que
Cuba califica de "subversivos''.
"Si esto sigue igual todo el programa por la democracia va a
desaparecer'', dijo Frank Calzón, director ejecutivo del Centro para una
Cuba Libre en los suburbios de Washington, entidad que dejó de recibir
fondos del gobierno federal el año pasado.
Creado durante la administración de Bill Clinton, los programas
denominados Cuba Democracy Assistance se ampliaron bajo la presidencia
de George W. Bush y en el 2008 el Congreso aprobó $40 millones para los
dos años que concluyen el 30 de septiembre.
El dinero va a organizaciones no gubernamentales y firmas privadas, que
a su vez apoyan a disidentes, periodistas independientes y otros grupos
pacíficos de la sociedad civil, y envían artículos como libros, radios
de onda corta, receptores de televisión por satélite y teléfonos celulares.
Algunos de los problemas del programa son burocráticos, declararon a El
Nuevo Herald varias fuentes. La mayoría pidió no ser identificada y
declinó comentar sobre los fondos federales que reciben sus
organizaciones debido al delicado carácter político del tema.
Pero todas concordaron en que la USAID ha trabajado sin altos jefes
durante los últimos 12 meses. Rajiv Shah, escogido por Obama para
dirigir la entidad, prestó juramento este mes. Elaine Grigsby, la
veterana directora de los programas de Cuba, pasó a otro puesto el año
pasado. Y la persona que la reemplazó fue reasignada de inmediato a
Pakistán.
"Dada su naturaleza delicada y política, el programa de Cuba necesita. .
. principalmente, apoyo a alto nivel que ejerza presión sobre la
burocracia'', dijo un ex funcionario de la administración de Bush. Pero
los burócratas "por definición tienden a hacer lo menos posible hasta
saber lo que la Casa Blanca y los líderes políticos quieren''.
La solicitud de nuevas propuestas para los programas dirigidos a Cuba
por parte de la USAID, que se esperaba inicialmente en marzo, no se ha
enviado todavía, dijo el director de una organización sin fines de lucro
que recibe fondos federales.
"Básicamente, vamos a tener que empacar las cosas y cerrar'', dijo Frank
Hernández Trujillo, del Grupo de Apoyo a la Disidencia, con sede en
Miami, cuando lo que le queda de fondos de la USAID se termine el 31 de
marzo. El grupo ha recibido $6 millones desde el 2005, dijo.
En el Departamento de Estado, que también maneja algunos de los fondos
para los programas dirigidos a Cuba, Arturo Valenzuela, nominado por
Obama, no juró como subsecretario de asuntos hemisféricos hasta noviembre.
La parálisis en los programas a favor de la democracia, dijeron sus
partidarios, ocurre en momentos en que los cubanos expresan una
frustración cada vez mayor con la maltrecha economía y el estricto
control político en la isla.
"Este es el peor momento posible para congelar los fondos, porque el
movimiento por una sociedad civil en Cuba está dando claras señales de
estar despertando'', dijo Orlando Gutiérrez, del Directorio Democrático
Cubano en Miami, que apoya a los disidentes en la isla.
Las autoridades cubanas aumentaron los problemas el 4 de diciembre al
arrestar en La Habana a Alan Gross, subcontratista de la USAID. Se ha
reportado que Gross, quien permanece detenido, estaba en la isla
ayudando a grupos judíos a tener acceso "no filtrado'' a internet.
El arresto de Gross llamó la atención sobre los aspectos más agresivos y
arriesgados de los programas estadounidenses y suscitó especulaciones de
que La Habana lo mantendrá en la cárcel hasta que Washington pare al
menos algunos de los programas. El gobierno cubano criminaliza la
recepción de ayuda de Estados Unidos y controla estrictamente equipos de
comunicación como los teléfonos por satélite.
El arresto ya ha provocado que la USAID y el Departamento de Estado
suspendan los viajes de este tipo de contratistas y subcontratistas, una
de las maneras en las que se ha enviado artículos a la isla en años
recientes.
El 28 de diciembre, la Sección de Cuba del Departamento de Estado envió
un mensaje electrónico "para enfatizar de nuevo nuestra recomendación de
suspender temporalmente los viajes a la isla hasta nuevo aviso'', según
una copia obtenida por El Nuevo Herald. El mensaje, según los que lo
recibieron, equivalió a una orden de suspender los viajes.
Y el 19 de enero, un funcionario de la USAID envió electrónicamente un
cuestionario a los directores de los programas preguntándoles qué
actividades podrían continuar "si no pudieran viajar a la isla'' y
"cuáles son los pros y contras de comprar la mayoría o todos los
artículos necesarios en la isla''.
"¿Necesitamos el permiso del régimen de Castro para enviar ayuda a
Cuba?", dijo Mauricio Claver-Carone, del comité de acción política
U.S-Cuba Democracy, que apoya los programas. "Darles el poder de vetar
nuestros programas sería absurdo''.
Comprar los artículos en otros países en vez de Cuba elimina una fuente
de divisas para el gobierno de La Habana, dijo un beneficiario de los
fondos federales, quien agregó que la administración de Ronald Reagan y
el Vaticano enviaron equipos de impresión y máquinas de fax al sindicato
Solidaridad en Polonia durante el régimen comunista.
El senador George LeMieux, republicano por la Florida, dijo que se
reunió en diciembre con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y
Shah, y consiguió la promesa de que acelerarían la asignación de los
fondos dirigidos a Cuba.
"Necesitamos que ese dinero se libere, que esas organizaciones puedan
promover la democracia en Cuba'', dijo LeMieux. "Si algunos de mis
colegas piensan que esto es una provocación, tienen razón. Pero estamos
tratando de promover la democracia en un estado totalitario''.
No obstante, críticos y partidarios de los programas concuerdan en que
la administración de Obama, que ha tomado varias medidas amistosas hacia
Cuba, probablemente eliminará algunas de las actividades, como enviar la
entrega de equipos de comunicación avanzados.
"Simplemente no habrá el apoyo político necesario para esta clase de
estrategia. . . que teníamos'', dijo el ex funcionario de la
administración de Bush. Las estrategias de Bush "no se atienen a la
intención expresada por Obama de no enfrentarse a nuestros enemigos en
el continente''.
Se espera asimismo una firme resistencia a los aspectos más agresivos de
los programas por parte de legisladores demócratas, quienes afirman que
sólo alimentaría las quejas de La Habana de que Washington está empeñado
en "derrocar'' el gobierno.
"Nadie está en contra del propósito final. Todo el mundo quiere una vida
mejor para los cubanos. La diferencia está en cómo conseguirla. Pero
¿tienen que provocar al régimen cubano?", dijo un asistente de un
poderoso senador demócrata.
"Sería grato hacer ciertas cosas, pero la pregunta que tenemos que
hacernos es si eso mejora o empeora las cosas'', añadió. "No es que
estas cosas sean agresivas. Es que son infructuosas y contraproducentes''.
LeMieux no coincidió.
"El hecho que los Castro hayan arrestado y encarcelar [a Gross]. . . es
una prueba sustancial de la efectividad del programa de Ayuda
Democrática'', escribió en una carta fechada el 15 de enero a Clinton y
Shah.
Peligran fondos para la disidencia en Cuba - Ultimas noticias -
ElNuevoHerald.com (26 January 2010)
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