Osmar Laffita Rojas
LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - El gobierno cubano ha formado
otra algarabía por la decisión del Departamento de Estado norteamericano
de mantenerlo en la lista de los "Estados patrocinadores del terrorismo
internacional".
Fue en las décadas de los años 70 y 80 que las autoridades cubanas, con
el pretexto de la ayuda internacionalista, enviaron a miles de soldados
cubanos a Angola y Etiopía, como parte del conflicto por el hegemonía
mundial. Cuba se puso al servicio de Moscú, que deseaba consolidar su
presencia e influencia en regiones importante de África, razón por la
cual el gobierno de Ronald Reagan decidió incluir al país en la lista
negra del Departamento de Estado. Algo que curiosamente no menciona la
declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores, publicada en el
periódico Granma el 8 de enero de 2010.
No son pocos los que tienen dudas sobre si ha sido correcta la decisión
de situar a Cuba en la lista de países que patrocinan y albergan a
terroristas, como Irán, Siria, Sudan, Libia, Somalia, Líbano, Nigeria,
Pakistán, Irak, Afganistán, Somalia, Arabia Saudita y Yemen. Estos
gobiernos son responsables de albergar a grupos de fanáticos que, en
nombre de determinada fe o credo, no vacilan en perpetrar matanzas de
ciudadanos inocentes.
Es oportuno que los funcionarios del Departamento de Estado piensen si
es procedente o no acusar a Cuba de algo de lo que realmente no poseen
pruebas contundentes.
En términos prácticos, acusar al gobierno cubano de patrocinar el
terrorismo es un anacronismo de la Guerra Fría, en el que el gobierno
norteamericano continúa atrapado.
Los demócratas y luchadores por las causas justas en cualquier rincón
del mundo reconocen, denuncian y condenan al gobierno cubano como la más
antigua dictadura del hemisferio occidental. Gobierno que se destaca
por la aplicación del más feroz terrorismo de estado contra su propio
pueblo y que oprime, encarcela y destierra a sus opositores. Pero
considerarlo en estos momentos patrocinador del terrorismo
internacional, es algo que a muchos le resulta difícil entender.
Estas acusaciones son precisamente las que buscan los gobernantes
cubanos. Con ellas, distraen la atención de la situación interna, mueven
sus reflectores hacia los asuntos externos y de esta manera mantienen
viva la confrontación a la que tanto partido han sacado.
Hay que preguntarse por qué el gobierno de Barack Obama mantiene esta
absurda política hacia el régimen cubano, que de nada ha servido desde
la presidencia de Reagan. La Casa Blanca, curiosamente, hace una
distinción con el gobierno chino, tan antidemocrático como el cubano.
La respuestas quizás se puedan encontrar en la influencia de los
sectores cierto más radicales del exilio, que no aceptan el diálogo ni
la reconciliación, y que continúan aferrados al fantasma de la Guerra
Fría en estos tiempos en que son necesarias políticas diferentes.
Noticias/Cuba ¿Es Cuba terrorista? (29 January 2010)
http://www.cubanet.org/CNews/y2010/29_C_4.html
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