Cuba 2009: censura y contracultura
By ARIEL HIDALGO
Era realmente un contrasentido, pero hace pocos años, entrevistando a
Víctor Casaus, presidente del Centro Cultural Pablo de la Torriente
Brau, le preguntaba si, a diferencia de la creencia de los opositores
tradicionales de que la sociedad civil cubana resurgiría de la
marginalidad social --la gran diversidad de grupos disidentes--, no
sería posible que, dada la proliferación de fundaciones y centros
reconocidos oficialmente y actitudes aparentemente independientes, esa
sociedad civil surgiera realmente dentro de los predios del propio
establishment, esto es, los espacios establecidos por el propio poder
del estado-partido único. Digo contrasentido porque estado y sociedad
civil son, supuestamente, dos categorías excluyentes.
Ya en 1998, analizando el caso CEA y otras manifestaciones
independientes de instituciones oficialistas, había publicado en el
espacio digital de El Nuevo Herald el artículo La vanguardia silenciosa
en Cuba, donde rechazaba las acusaciones gubernamentales de
``quintacolumnistas'' y de ``agentes del imperialismo'' para
considerarlos como ``producto de la natural diversidad que implica
cualquier sociedad del mundo''. Diez años después, en 2008, ocurrieron
algunos acontecimientos poco publicitados. El 1ro de mayo del 2008 un
grupo de socialistas autogestionarios cubanos intentó participar por
cuenta propia en el desfile en la Plaza de la Revolución de La Habana
con consignas ecologistas. La policía política lo impidió. Luego varios
de ellos fueron expulsados de sus centros laborales. Y en agosto un
grupo de reconocidas personalidades de la cultura y el partido, algunos
de ellos ya retirados, publicaron en las revistas digitales más
visitadas por los cubanos del país un ambicioso programa autogestionario
que garantizaba todas las libertades fundamentales, modelo al que
llamaron ``socialismo democrático participativo''. Estos hechos eran
señales que auguraban, para 2009, un año candente ante el evidente
fracaso del modelo monopolista de estado y el despertar de amplios
sectores entre las propias filas gubernamentales. Y así fue. Aunque la
prensa internacional se enfocó mucho más en el escenario marginal del
contrapunteo entre disidencia y represión gubernamental, en el nuevo
año, tras el foro, comenzó a humear silenciosamente un inmenso volcán.
• Debates abiertos al público o a estudiantes sobre diversos temas,
principalmente la cultura y los medios digitales, posibilitan las
críticas abiertas a las restricciones sobre la información y a la
expresión cultural, como los de la Revista Temas, la revista digital
Esquife y el del Instituto de Ciencias y Tecnologías Aplicadas (INSTEC).
Como respuesta, las autoridades ordenan controlar el acceso del público
en los dos primeros casos y la prohibición en el segundo con la
expulsión de un profesor.
• Aumentan los artículos críticos publicados en diversos blogs contra
el inmovilismo gubernamental. En mayo de 2009 el dirigente del Banco
Central de Cuba, Miguel Arencibia Daupés, es --que yo sepa-- el primer
expulsado de su trabajo por artículos en la revista digital de izquierda
Kaos en la Red a favor de cambios en la política cubana. Tras él
seguirían otras cesantías.
• Las letras de los números de artistas de hip hop adquieren un mensaje
cada vez más crítico, por lo que son excluidos de los espacios públicos
y objetos de persecución policial.
• El 20 de septiembre, en la provincia Granma, Alexander Delgado Sosa,
director de un espacio televisivo, y el guionista Juan Ramírez Martínez,
transmiten El grito, corto premiado en varios eventos, por lo cual son
expulsados del canal CNC, hecho en sí no tan importante como la protesta
de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) que Granma
no tendría más remedio que publicar.
• El 6 de noviembre, cerca de 200 jóvenes marchan pacíficamente contra
la violencia por la avenida 23, desde G hasta L, en La Habana,
organizada por los grupos artísticos Los Aldeanos, Omni-Zona Franca y
Demongeles. Algunos que se dirigen a la marcha son interceptados en
plena calle con insultos y violencia como ocurriera con tres conocidos
blogueros. Luego excluirían de los escenarios a varios de los organizadores.
• El 11 de diciembre, el grupo artístico Omni-Zona Franca es desalojado
del espacio que ocupaba por diez años en la Galería Fayad Jamís de
Alamar mediante un conato de acto de repudio con presencia de
ambulancias y policías.
• El 18 de diciembre, se publica una carta donde se denuncian algunos
de los hechos mencionados con decenas de firmas de reconocidas figuras
de la cultura y el mundo académico.
No se debe pedir a los firmantes ir más allá, reprochándoles no incluir
en su documento los aborrecibles actos, al estilo nazi, contra mujeres
indefensas que en las calles sólo clamaban, con flores en las manos, por
sus maridos condenados injustamente a largas condenas. Ya han dado, con
esto, un importante paso. Pero deben precaver no dar al poder pretextos
para satanizarlos como hicieran con la ya olvidada Carta de los
intelectuales del 91. Marginalizarlos es excluirlos de la verdadera
palestra donde ha de decidirse el destino de la nación.
ARIEL HIDALGO: Cuba 2009: censura y contracultura - Columnas de Opinión
sobre Cuba - ElNuevoHerald.com (1 January 2010)
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/columnas-de-opinion/v-fullstory/story/619599.html
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