2009-04-27.
Carlos Serpa Maceira, Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana, 27 de abril.- Rolando Martínez,
un residente en la Ciudad de la Habana, asegura que su niñez y juventud
se ha desarrollado en un albergue. "No tuve privacidad, el inodoro es de
uso colectivo, lo utilizan ocho familias."
Su caso no es un hecho aislado; muchas familias cubanas esperan todavía
las promesas oficiales de hacerles entrega de una vivienda. En la década
de 1980, Fidel Castro dijo que se fabricarían no menos de 100.000
viviendas al año.
El panorama muestra hoy que debido a derrumbes en edificios
multifamiliares. Hay cubanos que actualmente residen en albergues, que
no son otro cosa que inmuebles deteriorados, donde el hacinamiento es
tan habitual como la vida misma.
En Cuba no se pudo materializar la construcción de 50,000 viviendas
anuales a partir de 2005, con lo que beneficiarían a 320.000 personas en
ese lapso y solucionar el problema en 10 años.
El programa de construcción de viviendas ha sido afectado por
insuficiencias técnicas y organizativas.
Carencia de transporte para el traslado de los materiales hasta los
municipios, dilaciones en los tramites burocráticos e inestabilidad en
la entrega de determinados productos, reconoció Víctor Ramírez Cruz,
presidente del gubernamental Instituto Nacional de la Vivienda, INV,
durante una comparecencia en la Mesa Redonda de la Televisión Estatal
Cubana.
Mientras los materiales fluían para las obras comprometidas con el
turismo internacional, los túneles, según los voceros oficiales para
proteger a la población de una supuesta agresión militar norteamericana,
y de la llamada Batalla de Ideas convocada por Fidel Castro.
Las reparaciones para la población, no solo decrecieron, también fue
menor su repercusión en el estado técnico del fondo habitacional, pues
la escasez de materiales destinados para ese objetivo apenas permitió
realizar trabajos elementales para detener el deterioro de los edificios
multifamiliares.
Por otra parte los derrumbes son tan habituales en la Ciudad de la
Habana, como la vida misma. En la población del lugar estimada en más de
2 millones de habitantes prevalece la incertidumbre. El demoledor
huracán Dennis, a su paso por Cuba en Junio de 2005 dejo 10 muertos y
cerca de 80,000 casas dañadas.
La cifra de este último fenómeno no constituye record, pero agudizó un
problema acumulativo calificado de grave, como es el tema de la vivienda.
En 2001 el huracán Michelle daño 180,000 casas, de las cuales 18,000
fueron totalmente demolidas, Isidore y Lili en 2002 afectaron a 76 000,
de las cuales 500 se vinieron al piso. Salvador Gomila, de la
presidencia del INV, afirmó que a pesar de las insuficiencias, hoy la
cantidad de casas y edificios en buen estado técnico resulta cuatro
veces y media superior a la cifra existente antes de la toma del poder
por Fidel Castro en 1959.
Cuba se encuentra en un callejón sin salida, la acción combinada de los
huracanes Gustav, Ike y Paloma, provocaron daños a medio millón de
viviendas. Las perdidas sumaron unos $ 10,000 millones de dólares.
La población, y especialmente los damnificados han cuestionado la
lentitud de las autoridades en darle una solución a su situación. En el
municipio especial cubano Isla de la Juventud (conocida antiguamente por
Isla de Pinos), al suroeste de La Habana, el 73 % del fondo habitacional
sufrió severas afectaciones.
Los daños totales de techos y los parciales se comportan al 64 y 42 % de
solución respectivamente. Mientras que los mil 45 derrumbes parciales
están al 8 %. En la región según información oficial, el huracán Gustav
causó afectaciones en 18 mil 805 viviendas, de estas, 9 mil 562 entre
edificios y casas con techos de placa .
El déficit habitacional y el inadecuado estado constructivo de los
inmuebles, la falta de capacidad constructiva de las fuerzas
comprometidas en las labores de ejecución, el déficit de operarios, los
bajos salarios, la baja capacidad técnica de las unidades inversionistas
de la vivienda y la deficiente fabricación local materiales se
encuentran en una crisis insalvable .
Las secuelas de los huracanes perviven, mientras los cubanos ven pasar
los días observando a ciudades que se derrumban sin compasión, y un
gobierno, que les promete y no cumple.
Los cubanos damnificados de los meteoros y otros cuyas viviendas se les
han derrumbado y que se encuentran en albergues, terminan preguntándose
cómo han podido resistir.
Cuando ellos hagan valer su inteligencia, dignidad y civismo ante la
falta de voluntad oficial, estarán patentizando el ideario martianon
"Con todos y para el bien de todos", entonces Cuba dejaría de derrumbarse.
EL FONDO HABITACIONAL EN CUBA, TALÓN DE AQUILES DE LA SOCIEDAD -
Misceláneas de Cuba (28 April 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=20474
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