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Friday, December 26, 2008

Navidad a la cubana

Navidad a la cubana
Fernando Ravsberg
25/12/2008, 10:29 AM

Hace unos años atrás un dirigente del Partido Comunista de Cuba emitió
una circular que prohibía los árboles de Navidad en lugares públicos y
declaraba persona no grata a Papá Noel, conocido también como Santa
Claus o Viejito Pascuero.

En el documento se hacía referencia a la vinculación del anciano barbudo
y el árbol de luces con el nacimiento de Jesucristo, un hecho ocurrido
en una región desértica donde no abundan los renos y los trineos
resultan un tanto inútiles.

Fidel Castro andaba de viaje por China y nadie estaba seguro de que se
tratara de una política "oficial". Por si acaso en las escuelas se
retiraron todos los adornos navideños y lo mismo hicieron en la mayor
parte de las empresas estatales.

Solo el Instituto Cubano de Cine (ICAIC) se mantuvo en sus trece.
Alfredo Guevara era el director y en un franco acto de rebeldía ordenó
adornar cada cine con uno de estos árboles, provocando que muchos
cubanos los pusieran también en sus hogares.

Durante décadas la Navidad había sido abolida, el 25 de diciembre era
considerado un día más, los niños iban a la escuela y sus padres al
trabajo, nada de cenas especiales con turrones de Alicante y ningún
regalo bajo el árbol porque no había árbol.

Se llegó a perder tanto la tradición que, durante la visita del Papa, un
cubano entrevistado para la TV sueca nos respondió que "el 25 de
diciembre fue cuando crucificaron a Cristo", una frase que hizo alucinar
a mi colega nórdico.

El Papa Juan Pablo II, en su visita a Cuba, logra que el gobierno
decrete otra vez la Navidad como día feriado. La Iglesia Católica
pretendía retomar una de sus festividades más importantes, en la que se
celebra el origen de su fe.

Es verdad que algunas familias se juntan ahora para una cena de Noche
Buena, pero no es menos cierto que el 24 de diciembre todos los cabarets
y clubs nocturnos están llenos a rebosar de gente que aprovecha la
Navidad para dormir la resaca.

Paradójicamente las iglesias no se desbordan, por el contrario a ellas
acuden los mismos fieles de siempre, los creyentes practicantes que
visitan los templos todo el año y que hacen de esa fecha un día de
celebración religiosa y familiar.

Desde el gobierno ya nadie prohíbe los adornos, es más, las tiendas
lucen arbolitos coloridos y venden estos días cantidad de símbolos
navideños, todos provenientes de la República Popular China, la hermana
socialista de Cuba.

Sin embargo, tampoco se ve la publicidad que hay en otras latitudes. El
consumidor puede llegar tranquilo a las tiendas, sin la presión de los
medios que lo empujan a comprar tal o cual marca "sin la cual no podrá
ser feliz en esta Navidad".

En la mayoría de los hogares no se ven pesebres ni Niños Jesús, solo
árboles adornados con luces de colores y algunas imágenes de Santa
Claus, a pesar de que se sospecha que mantiene oscuros lazos con una
empresa de refrescos del imperio.

Sin embargo, la mayor parte de la gente está preparando el Fin de Año,
la fiesta en la que se tira la casa por la ventana. Es cuando se venden
cantidades exorbitantes de carne de cerdo, se compra ron "del bueno",
algún turrón y una botellita de sidra para brindar.

La Navidad se ha perdido como celebración masiva, ha quedado reducida a
las familias cristianas y a algunas personas más que mantuvieron la
tradición, incluso en los años en que esto constituía una desviación
ideológica grave.

Sin medios de prensa para hacer propaganda ni escuelas en las que
adoctrinar en la fe, las posibilidades de la Iglesia Católica y del
resto de las Iglesias Cristianas de promover las tradiciones religiosas
son muy limitadas.

Pero, al fin y al cabo, parece tan lógico que los cristianos tengan
derecho a celebrar el nacimiento del Niño Jesús como que el resto de los
ciudadanos aprovechen el feriado para cenar en familia, salir de
parranda o simplemente descansar.

http://www.bbc.co.uk/blogs/spanish/2008/12/navidad_a_la_cubana.html

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