José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - Los periodistas en Cuba
están imposibilitados de escapar de la ideología. Unos por compromiso
ineludible –no les queda más remedio-, y otros porque esa es la única
forma de sentirse realizados.
Entre estos últimos está el comentarista de cine Rolando Pérez
Betancourt. Este crítico no puede hacer nada sin mezclarlo con su
devoción por el régimen. En el último congreso de la Unión de
Periodistas de Cuba, atacó de forma innecesaria a la prensa
independiente, y no hay artículo que escriba en el que no trate de
llevar la sardina a la sartén de sus patronos.
Acaba de publicar en el periódico Granma un comentario de la película
biográfica sobre el presidente norteamericano, George W. Bush, realizada
por Oliver Stone, W, que tituló W y el queso.
El título lo tomó de unas declaraciones del actor Josh Brolin a un medio
de su país, donde dice que la película es unas historia apasionante e
irresistible sobre un hombre que era como un ratón en un laberinto, que
estaba completamente perdido, buscando el queso que no encontraba.
Pérez Betancourt finaliza su artículo afirmando: "Es imposible dejar de
pensar en las manos que a lo largo de ocho años le amasaron el queso (a
Bush)".
Algo que nunca deja de llamar la atención en los periodistas
oficialistas es su facilidad para ver la paja en el ojo ajeno, mientras
que nunca ven la viga en el suyo.
George W. Bush estará sólo ocho años en el cargo (ya casi termina).
Fidel Castro estuvo 48 y todavía no se sabe a ciencia cierta si continúa
en el poder.
¿Cuántos largos metrajes se podrían filmar sobre Castro como perseguidor
de algo? No de queso porque durante su dictadura el queso, como muchos
otros alimentos, pasó hacer algo exótico. Pero sí como perseguidor de
vidas. De millones de vidas dañadas o quebrantadas por la ideología que
él implantó en Cuba, la que no establece fronteras entre el bien y el mal.
Pérez Betancourt, como conocedor de cine y con influencias en ese medio,
bien pudiera plantear que se filmara una cinta que recogiera algunas de
las cosas que Castro persiguió durante su extensísimo mandato. Eso
quizás lo ayude en la etapa de restauración de la República, a dedicarse
a algo más que a pasar frente a las salas cinematográficas con la frente
baja.
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