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Monday, September 01, 2008

EL MINISTERIO CON MÁS RECURSOS EN CUBA, EL DE LA REPRESIÓN

EL MINISTERIO CON MÁS RECURSOS EN CUBA, EL DE LA REPRESIÓN
2008-08-31.
Osvaldo Alfonso Valdés, Ex Prisionero Político de la Causa de los 75 y
Analista Político de Misceláneas de Cuba

(www.miscelaneasdecuba.net).- Las fotos enviadas por Martha Beatriz
Roque donde pueden verse a varios agentes, en realidad sabuesos, de la
Seguridad del Estado mientras los perseguían en el viaje que junto a
Vladimiro Roca realizaron días atrás a Placetas, me trajo a la memoria
algo similar vivido en Cuba. Sería por el año 1998 ó 1989, no recuerdo
exactamente, cuando junto al abogado y fundador de Concilio Cubano,
Leonel Morejón Almagro, viajé a Santiago de Cuba.

Ya desde nuestra estancia en la Terminal de Ómnibus de La Habana, los
perseguidores de la Policía Política estaban dando vueltas. Eso no
impidió, no obstante, que tras el pago de un soborno, una de las
expedidoras de pasaje nos vendieran los boletos. Recuerdo que en el
mismo autobús viajaba un "seguroso" que con la evidente intención de que
nos diéramos cuenta, todo el tiempo se hacía visible para nosotros. En
la parada en la ciudad de Camagüey, nos dimos cuenta que el individuo ya
no estaba y pensamos que todo había sido causa de nuestra imaginación.
No lo era así, sin embargo; el relevo estaba allí, con la misma actitud,
y así nos siguió hasta la ciudad de Santiago.

En la segunda ciudad cubana, a donde llegamos en horas del mediodía
siguiente, en la tarde y noche realizamos algunas visitas, siempre con
el seguimiento a veces más evidente que en otros, pero siempre presente.
Al día siguiente, cuando nos dirigíamos a la reunión más importante que
debíamos tener, fuimos interceptados por un despliegue ridículo de la
Policía Política, cual si se tratase de dos terroristas peligroso. Al
frente del operativo estaba el agente "Pepin", alias "La Sombra", que
era el oficial que nos "atendía" en La Habana.

Para no hacer largo el cuento, como diría mi abuela, fuimos llevados a
la hospedería del santuario de El Cobre, donde nos encontrábamos
alojados para que recogiéramos nuestro equipaje pues nos forzaban a
abandonar la ciudad. De ahí fuimos conducidos al Aeropuerto "Antonio
Maceo", para "deportarnos" a La Habana.

Hasta hoy pienso que hemos sido los pocos habaneros deportados de
Santiago a La Habana por "ilegales". En la terminal aérea santiaguera
vivimos una experiencia interesante. Debido a que faltaban muchas horas
para la salida del único vuelo que en ese momento había para la capital,
para mantenernos alejado del público nos mandaron a entrar solos, junto
con una camarera que atiende el lugar, al salón VIP del aeropuerto.

Lógicamente Leonel y yo nos pusimos a tener conversaciones políticas, y
aquella chica, que al parecer no había sido avisada de quienes éramos,
se veía asombrada del modo en que hablaban aquellos dos que habían sido
enviados al salón VIP. Se nos acercó en un momento y luego de breve
intercambio nos comenta: "Ustedes no parecen ser muy revolucionarios."
No pudimos evitar la carcajada. Nos pusimos a conversar con la joven,
que no tenía idea que era un disidente, ni que en Cuba existieran
personas que le hacían oposición al Gobierno.

Los oficiales nos habían dejado solos con ella y se encontraban fuera, y
un sujeto vigilaba en la puerta. Éste al parecer informó de nuestra
animada conversación con la empleada y al momento entra el oficial
"Pepín" y le comenta entre irónico y amenazante que la veía conversar
muy animada con nosotros, a lo que ella comenta que era su trabajo
atender a quienes están ahí y que además en realidad nosotros lo que
hacíamos era no parar todo el tiempo compitiendo por ver cuál de los dos
la lograba enamorar primero. "Pepín" le respondió que siguiera
escuchando nuestros intentos por conquistarla pero que no nos fuera a
firmar ningún papelito si le invitábamos.

Lo interesante de la conversación con aquella joven fue que, aunque nos
confesó que era militante de la Unión de Jóvenes Comunistas y se sentía
revolucionaria, no pudo evitar darnos la razón a nuestros argumentos,
pues no perdimos la oportunidad de hablarle de derechos humanos,
libertades, y la represión que había existido durante todos los años de
la llamada revolución. Era evidente que no estaba preparada para otra
cosa que repetir la propaganda que le habían enseñado, pero no para
rebatir argumentos y razonamientos como los que nosotros, como habría
podido hacerlo cualquier otro activista disidente, le manifestábamos.

En los ojos de aquella chica que al principio mostraban ingenuidad, y
luego asombro, al final ya veíamos simpatía y admiración. Su silencio
ante los argumentos, que por momentos acompañaba de una expresión de
vergüenza, nos hacía comprender que aquella era como la mayoría de
quienes aun creía y creen en el régimen; personas manipuladas por
décadas de propaganda que aún viendo el fracaso a su alrededor, les
cuesta dejar de creer en lo que le han dicho desde que nacieron.

Esta anécdota también me vino al recuerdo al pensar en cuantos recursos,
en un país como Cuba, emplea la dictadura para el control y la represión
de todo el pueblo y sobre todo de quienes se le oponen pacíficamente.
Miles de cubanos, dedicados solamente a vigilar y perseguir a otros
cubanos. Así es hoy en cada provincia y casi en cada municipio de la
isla, por donde ya se ha extendido el movimiento democrático. Para ellos
si no faltan ni ha faltado jamás el transporte, el combustible, dinero
para gastos.

Si algo funciona bien en Cuba, al menos para la vigilancia y el control,
es la Policía Política. Triste mérito. Ya no pueden exhibir éxitos
reales en la educación, donde faltan maestros y los que existen son en
gran parte mediocres y poco preparados, y las instalaciones escolares
están en condiciones lamentables. Lo mismo con la Salud, otro de los
falsos mitos muy publicitados por la dictadura, que hoy son solo médicos
que trabajan sin estímulo, y hospitales deplorables. Pero para la
represión y la Policía Política si no faltan medios. Ese, el del
Interior, es el Ministerio más priorizado por el régimen, pues es el que
les mantiene en el poder.

Pero algo sí les falta a los represores, y no es posible tenerlo con
dineros, ni aún con las prebendas que les dan a quienes reprimen y
persiguen. Ellos no tienen futuro; pueden reprimir, pero no pueden
detener el fracaso cada vez más acelerado de un sistema que ya no tiene
nada que ofrecer a los cubanos, si es que alguna vez tuvo algo más que
mucha propaganda para hacer creer en un futuro de prosperidad que es ya
hoy ese presente de miseria, desesperanza, hastío y frustración.

Ellos, el gigantesco aparato represivo de la dictadura comunista, es
numeroso y tiene recursos, pero muchos, muchos más, son los millones de
cubanos que ya están cansados de mentiras y de llevar esa existencia
gris que les han impuesto. Muchos más son los que cada día pierden el
miedo a exigir y luchar por sus derechos, aunque no cuenten con muchos
recursos y solo tenga, en definitiva, lo más importante y valioso,
aquello que Vaclav Havel definió como "el poder de los sin poder" y que
es la razón y la verdad.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=16872

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