2008-07-27.
Hugo Araña, Bibliotecario y Periodista Independiente, Corresponsal en la
isla de Misceláneas de Cuba
El periodismo oficialista de la Isla estuvo en Congreso. Sólo que
ignoramos si fue un Congreso para periodistas, o un círculo de estudios
políticos. Decimos esto, porque de las seis sesiones en que se
compartimentó el evento, dos estuvieron a cargo de dirigentes políticos
del Régimen, en que lo menos que se habló fue de periodismo.
Por lo demás, una reunión que no aportó algo interesante y digno de
tener en cuenta. A no ser como siempre sucede, una especie de harakiri
colectivo, para quedar bien de los errores que arrastra.
Entonces, y debido a lo que ha salido en la prensa y la televisión del
País, la conclusión no puede ser más frustrante: la Prensa plana en
Cuba, como anotamos en el título, continuará llevando en sus espaldas,
el aburrimiento, pese a que algunos de los presentes, emitieron juicios
nada buenos en respecto en que lo escrito debía ser más atractivo y veraz.
El mismo presidente de la Unión de Periodistas de Cuba Tubal Páez,
apuntó que: la rutina, el facilismo, la mediocridad y pobreza del
lenguaje, junto a la reflexión y debate, con su carencia de gracia y
agudeza. Las señaló como de tendencias negativas.
Esta aseveración es archiconocida y nada nuevo. Ejemplos sobran y están
a la vista de todos. Y donde más se refleja estas observaciones de
Tubal, es en las ediciones de la prensa plana, así sean en los diarios
nacionales como provinciales.
No motivan su lectura. Si acaso, se salvan en algo, es en su sección
deportiva cuando el clásico de béisbol está en sus finales. Y máxime si
los dos equipos son los contrincantes históricos: Industriales y
Santiago de Cuba. De ahí para adelante, el resto de los contenidos, casi
pasan sin penas ni glorias.
Algunos, no sé en qué se basan, opinan que existen diferencias entre el
Granma y el Juventud Rebelde, en cuanto a sus noticias y reportajes.
Pero si uno se adentra entre los dos, y los pone frente a frente, el
parecido es casi igual, y es como si uno leyera en el otro lo que en el
otro aparece.
Y que conste, esta no es la opinión de quién escribe este Comentario.
Sino que la encontró y encuentra cada vez que saca el tema en el lugar
donde esté, así sea un hogar que defiende al Régimen, como el que
disiente de él.
En cuanto el interés que incentiva al lector, la prueba más fehaciente
para tener una información más veraz, en horas de la mañana he visitado
diferentes puntos de mi Ciudad, donde se venden tanto el Granma como
Juventud Rebelde, y observé que las personas que acuden a esos sitios,
un noventa por ciento aproximado, pertenecen a la tercera edad y otros
rayando los cuarenta. En ninguno vi a jóvenes interesados en adquirir
uno de ellos.
Con esta prueba, constaté que a la juventud no les interesa nuestra
prensa plana. Y al preguntarles directa o indirectamente por qué no se
sienten atraídos en leer cualquiera de los dos, las respuestas
conllevaban síntomas de "siempre dicen lo mismo", "todo aquí (se
refieren a Cuba) es triunfalismos", "no dicen las verdades", "que los de
arriba son intocables", y por ahí, etc., etc., etc.
El mismo Raúl Castro, en su discurso del 26 de julio del pasado año en
la ciudad de Camagüey, reconoció la insatisfacción de la población con
el periodismo que se hacía. Y fijémonos, no lo dice un periodista
independiente, sino el mismo Raúl Castro. Por lo tanto, la magnitud de
esta situación es conocida por todos.
Una vez y sin hacer mucha historia, critiqué el estado que presentaban
(¡y presentan!), algunas escuelas primarias en mi ciudad de Matanzas,
con el resultado que me busqué ser visitado por (no hace falta decir por
lo claro quién), en la cual me expresaron que no debía haber tratado ese
tema, ya "que perjudicaba a la Revolución". Y mi situación de periodista
independiente peligraba. Aconsejándome que "no tratara más sobre los
temas de la Salud y Educación".
Mi contesta no pudo ser más elocuente: ¿entonces por qué el Ministro de
Educación en aquel entonces, el Lic. Luis Ignacio Gómez, que se conoce
cuál fue su fin como Ministro, comunicó en la tv, que todos los centros
educacionales del País, tenían las mejores condiciones? ¿Es que no se le
permitió a ningún periodista del Régimen a ripostarle que estaba
emitiendo una mentira?
Y entonces por boca de los que me visitaron, argumentaron que las
reparaciones se habían atrasado un poco por problemas organizativos, y
"que dentro de poco, esa situación se resolvería". Situación que han
pasado los meses y años y continúan.
Pero hablamos de la prensa plana en Cuba. Y me detendré en mal llamado
Juventud Rebelde, que ni siquiera en su edición dominical transmite un
perfil juvenil. Ha caído en una grisura que cada día es más notable y
desesperante. Y ¡ojo!, no busco en él el sensacionalismo, el cual
aborrezco. Sólo que transita por ese aburrido sendero, a lo mejor para
hacerle una "fraternal competencia" al Granma.
Y es una lástima, porque ambos en su plantilla, se complementan
periodistas con más experiencias como con los nuevos, que TIENEN, y lo
pongo en mayúscula, la obligación de verse supeditados por los estatutos
preestablecidos, sin poder darle rienda sueltas a lo mejor a sus deseos,
a cuanto quisieran investigar o informar verdades a sus lectores.
Lectores cada día no se alejan más de ellos, sino sencillamente no creen
en ellos.
Mientras la prensa plana cubana verdaderamente no pueda expresarse como
debiera, continuará en un divorcio que ignoramos hasta cuándo se mantendrá.
Porque en las mismas palabras emitidas en una entrevista televisiva a
Tubal Páez, sobre el mismo Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba,
UPEC, sonaron como un disco rayado sin alguna nueva opción. No nos
engañemos. La reverencia condicional o incondicional al Régimen no
tendrá ninguna variabilidad dentro de sus cánones. Cánones que quizás en
los años sesentas tuvieron cierta y determinada libertad de expresión.
Hoy lamentablemente mutilada. Y que conste, sin salirse de la égida
revolucionaria.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=16397
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