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Máximo Tomás
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Julio 13, 2008
Ya va siendo hora de decir las cosas necesarias sobre Cuba. Ya va siendo
hora de no dejar que se arrojen tantas mentiras sobre un Castro
dictador. Ya estamos perdiendo el tiempo en dibujar ciencia ficción de
un país maltrecho y malherido. Ya está el horno para bollos. Para que no
nos dejemos arrastrar por unos sentimentalismos de guajira y conga, o
puros habanos embalsamados.
Acaba de estar con nosotros la genial escritora Zóe Valdés, en nuestros
cursos de verano. La he presentado. Lo he hecho por compromiso, por
ética. Porque ya va siendo hora de comprometerse en defender la
libertad. Sí, amigos, la libertad. Que es más fácil adocenarse a la
calina de guayabera tostada por los efluvios del ron de caña. Que
siempre es más fácil criticar al "yankismo", y a todas sus afecciones,
que plantarse contra las dictaduras.
Han sido demasiados años de tolerancia contra la intolerancia. Y a este
gobierno le sigue molando la dictadura. Hablar con los dictadores.
Hablar y colaborar. Mientras se empeñan en quitar títulos a Franco, por
mí como si le quitan el título de general, el traje militar, la mujer y
su pazo, se olvidan de los presos políticos de Cuba. Es fácil. Las
dictaduras de derechas son asquerosas y las de izquierda molan mazo.
Capullos. Ser demócrata significa un compromiso irrenunciable contra
toda tiranía. Franco, Castro, Stalin, Hitler, PinochetÉ Carroña. Así se
lee la historia. La historia de los demócratas. No se puede ser
tolerantes contra los intolerantes. Lo decía espléndidamente también
Maite Pagaza, presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. En
esa Cuba refugio, también, de terroristas etarras. Suele pasar. Se
acuestan juntos y se levantan con el puño en alto, para ver a quién le
dan un garrotazo.
A mí no me interesan los discursos castristas. Y a los cubanos tampoco.
¿Por qué no les dejan votar y verán? Empiezan siempre, los adeptos al
régimen, con la cantinela de las conquistas sociales, más
alfabetización, más trabajo, más reparto de la riquezaÉ Mentiras
superlativas. Lean "La ficción Fidel" de Zoé Valdés y luego me llaman.
Además, el mismo discurso que rechinan los franquistas: Más clases
medias, más pantanos, más paz socialÉ Mentiras superlativas.
Siempre encuentras gente que baile el agua a los dictadores. Cobayas
humanas alimentadas por el mismo. Son ensayos de escritores, cantantes,
artistas de pelaje vario. Muchos son espléndidos artistas, pero hay que
alabar a Castro. Es la cuota de la izquierda para legitimar las
ejecuciones sumarísimas, la falta de libertad de opinión y reunión, la
indignidad de sentirse vigilado. Es la afrenta contra los EE UU. Le
pegamos al culo de EE UU alabando a Franco, digo a Castro. Tanto monta,
monta tanto. Nos hemos acostumbrado, yo no, a sentir penita por la Cuba
oficial. Cuando la Cuba real es la sufriente y la silente. Esa a la que
no se la deja opinar. Piensan, algunos, que en la necesaria defensa del
régimen, está el hablar con Castro de tú a tú. A este gobierno
"moratinero" le va la mandanga superflua de hablar y hablarÉ menos con
los disidentes cubanos. Aznar, que hizo tantas cosas bien como mal, fue
a Cuba y recibió a la oposición a Castro. Olé. Que hay gente en esa isla
que no se come los discursos de Papá Castro con patatas fritas. Porque
piensan distinto y porque la economía ya no da para comer ni papas fritas.
Economía rota y comunista. No quieren el dólar, y la moneda verde inunda
las calles. Como refugio de tanto peso cubano ignorado. Con sus coimas,
corruptelas, que hacen del país una bolsa de corrupción amparada por un
partido organizado entorno a los enrolados. Que va a costar cambiar una
mentalidad enfocada por un 1984, de Orwell, donde sólo el Estado, y nada
más que el Estado, sabrá sacarnos de éstaÉ Mal futuro.
Amanecerá más temprano que tarde. Porque la muerte física del barbudo
será como la de Franco. Loas y parabienes de toda la población. Millones
de ciudadanos cubanos a ver su féretro en una multitudinaria
manifestación de afecto a cuarenta años de franquismo-castrismo. Y, a
continuación, la misma historia reservado para los malditos dictadores.
Muerto al hoyo, democracia al canto. No van a aguantar cuarenta años más
de cartillas de racionamiento, visados para los amiguetes y artistas
bailando al son del dictador. Los cubanos quieren bailar y escribir lo
que les dé la gana, no lo que les dicten.
Amanecerá en Cuba. Y ese amanecer será el preludio de que nadie votará
comunista, como nadie votó franquismo después de que la losa de miles de
kilos en el Valle de los Caídos, alejase a Franco de los españoles.
Están esperando la misma losa los cubanos. Una losa de miles de kilos
que aleje a un dictador más de este mundo mundial. Entonces, el amanecer
en Cuba será distinto. Por lo menos para los que hoy luchan por la
libertad. Y para los que hoy no luchan por la libertad y se convertirán
a la democracia en horas. Pasó en España. Pasará en el amanecer de Cuba.
Es la historia.
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