2008-06-06. De la Mesa de Trabajo de Martha Beatriz Roque Cabello,
Información No. 124, Mayo 2008
Jorge Alberto Liriano Linares, Prisión Provincial Kilo7, Camagüey
Cuba, en pleno siglo XXI es una isla prisionera de una ideología 
compleja y excesiva que limita los derechos y libertades del hombre. Los 
cubanos somos un pueblo excomulgado del desarrollo, un pueblo que sumido 
en la ignorancia construyó su propia jaula, desarrollando su parasitismo 
sobre el monstruo, que lo oprime y lo socava.
En los últimos días, los cubanos estamos viviendo una nueva maniobra del 
gobierno contra la oposición interna, a través de los medios de difusión 
masiva, que controla y manipula el propio régimen, que evidentemente 
responden a sus intereses. Hemos podido apreciar el despliegue de toda 
una campaña de descrédito, argumentando supuestos vínculos de la 
oposición interna con grupos terroristas en el exilio.
Ciertamente considero ridículas y cínicas las aseveraciones del régimen 
totalitario y de sus seguidores de doble moral, con sus mansiones, sus 
automóviles lujosos y sus bolsillos llenos. Como si el mundo no 
conociera que a lo largo de medio siglo, la dictadura de los hermanos 
Castro apoyada en sus órganos represivos, ha tratado de dividir, 
debilitar y corromper el movimiento opositor interno, precisamente 
porque le teme a la verdad, reprime cruelmente a quienes les esgrimen 
valerosamente.
¿A quién pretenden engañar a estas alturas? Como si los cubanos no 
conociéramos y hubiésemos vivido medio siglo de injusticias, 
discriminación, escaseces y desesperanzas. Medio siglo de mentiras, 
fraude y demagogia; medio siglo de represión y violencia, pisoteando 
nuestros derechos y libertades. Como si los cubanos dentro y fuera de 
Cuba, no conociéramos que el gobierno tirano prohíbe pensar libremente, 
tener ideas y hasta soñar y vivir como seres humanos.
¿A quién pretenden engañar a estas alturas estos asesinos de la verdad? 
La verdad de un país donde la vida dejó de tener valor, tanto en lo 
físico como en lo moral. Un país donde la libertad fue sistemáticamente 
violada y la dignidad de los cubanos escarnecida, bajo los bárbaros 
métodos de represión, con el objetivo de mantenerse a todo trance en el 
poder. Le temen a la verdad, sienten miedo de sus actos de extrema 
crueldad, que salgan a la luz pública las pruebas y los testimonios de 
esos crímenes y acciones terroristas.
Es inútil tratar de encubrir el crimen, son muchos los fusilamientos 
impunes; son muchos los torturados que muestran en sus cuerpos las 
huellas del suplicio al que fueron sometidos. Aquí están los vejados y 
apaleados por la policía política, cuyas heridas son como voces que 
denuncian la represión y el terror sufridos. Ahí están los que tuvieron 
que desterrarse para no morir en las garras de los esbirros o cumplir 
injustas condenas en las cárceles de la Isla.
Los asesinos de la verdad desatan campañas desestabilizadoras contra 
quienes dignamente los enfrentan. ¿A quién pretenden confundir? Los 
cubanos y todas las personas de buena voluntad del mundo conocen como 
actúa y despliega sus fuerzas el régimen imperante en la Isla, sobran 
experiencias a lo largo de cinco décadas, golpeando, torturando y 
encarcelando periodistas y activistas de derechos humanos inocentes.
Sin escrúpulos, el régimen mantiene encarcelado a periodistas que 
pusieron su imaginación, su palabra y su intelecto; al servicio de un 
orden social más justo, más humano y más digno. Hablan y tildan de 
terroristas y mercenarias, sin el más mínimo pudor y respeto, por 
mujeres del estirpe de Mariana, las dignas y valerosas Damas de Blanco, 
quiénes pacíficamente imploran libertad para sus hijos y esposos, 
injustamente secuestrados, en la oleada criminal desatada por el 
gobierno en la Primavera Negra del 2003.
Tipifican a la incansable luchadora y digna defensora de los derechos de 
su pueblo, Martha Beatriz Roque Cabello, de sicaria y mercenaria. ¡Qué 
difícil resulta creerlo!, pues nuestra valiente hermana de lucha Martha 
Beatriz, no participó en el derribo de las avionetas de Hermanos al 
Rescate, el 24 de febrero de 1996; tampoco ordenó fusilar a los jóvenes 
balseros en marzo del 2003. Ella, jamás, ha participado en el desalojo 
de una familia cubana; tampoco ha golpeado y torturado a alguien, ni ha 
ordenado encarcelar periodistas inocentes.
Esta valiente mujer, no dirigió la misión guerrerista en Angola, y otros 
pueblos del mundo, donde miles de cubanos perdieron sus vidas 
infructuosamente. Ella, no alienta ni subvenciona guerrillas en América 
Latina y otras partes del universo.
Martha Beatriz es una de las 75 víctimas encarceladas en la Primavera 
Negra del 2003. Esa ilustre patriota ha sufrido en carne propia el 
vandálico y criminal actuar represivo del régimen. Ella es el símbolo de 
la verdad, la dignidad, el humanismo, la honradez, la honestidad, el 
sentido de la justicia, la solidaridad y el amor. Ella es el patriotismo 
vivo y un ejemplo de lucha por una Cuba libre y democrática.
Ni nos confunden, ni nos intimidan con sus campañas de descrédito. Los 
cubanos y el resto de la humanidad conocen y están conscientes de lo que 
nos ha tocado vivir a lo largo de estos 50 años. Al gobierno dictatorial 
y totalitario de Cuba, le recomendamos que si de mercenarios, sicarios y 
terroristas se trata, deben sacarse el tronco de su ojo, antes de 
fijarse en la paja del vecino.
Después de 50 años ya nadie se traga sus cuentos, ya nadie cree en sus 
campañas, pues todos en este mundo están conscientes de la política 
hostil, violatoria y demagógica del régimen y sus gobernantes, con su 
tradición de desigualdad, injusticia, violencia y antidemocracia.
Ni con cien campañas podrán desestabilizar, ni desacreditar nuestra 
justa causa. La verdad se impone, aún cuando prevalezca el ánimo de 
continuar asesinándola. Las calumnias pueden empañar el cristal de la 
honra, pero jamás, jamás podrán mancharlo.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15649
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