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Tuesday, March 25, 2008

NI MI COMANDANTE, NI MI PRESIDENTE

NI MI COMANDANTE, NI MI PRESIDENTE
2008-03-24.
Alejandro Tellería Díaz, MD, Ph.D, Corresponsal en Jena, Alemania, de
Misceláneas de Cuba

En la edición digital del Granma del Domingo 23 de Marzo, puede verse un
artículo muy sui géneris, en el que aparentemente "todos" los
participantes del evento "Cubanos Residentes en el Exterior contra el
Bloqueo y el Terrorismo", emitían un mensaje a Fidel Castro. El texto
comienza con la frase: "Querido Fidel", y acaba con la expresión: "Usted
siempre será nuestro Comandante".

Según la agencia EFE, en el evento se preveía la participación conjunta
de unos 150 cubanos emigrados y residentes en 43 países con
representantes del gobierno de la isla. Objetivo fundamental del
encuentro sería "recoger las propuestas y el sentir de los compatriotas
en el exterior", y tratar otros asuntos como el terrorismo y el bloqueo
comercial impuesto por el Gobierno de Estados Unidos a la isla.

A la hora de resumir, Granma no hace referencia alguna a las propuestas
recogidas, ni el sentir de los compatriotas de la diáspora (tema
fundamental del encuentro), sino que simplemente se decanta por emitir
este "mensaje" con un tono evidentemente servil.

Me pregunto a quién representan estos cubanos de la diáspora. Cómo se
entiende que se sientan profundamente orgullosos (según consta en el
mensaje) de la obra -un país que parece bombardeado- que por 50 años han
"construido" bajo la "sabia" dirección del máximo líder. Si están
orgullosos de su obra, ¿por qué viven entonces en el exterior? Y si
viven en exterior (vaya usted a saber desde cuándo) entonces, cómo es
que han ayudado a construir la susodicha obra por 50 años, ¿por control
remoto? No entiendo nada.

No estoy en contra del diálogo, pero en lo referente al tema cubano soy
definitivamente pragmático; a la vieja guardia del castrismo no le
interesa dialogar a fondo, ni compartir el poder, sólo quieren
afianzarse. Y no les interesa dialogar seriamente porque ello implicaría
hacer concesiones, ellos son conscientes de que por ahí comienza la
pérdida de los privilegios y del poder; algo extremadamente
inconveniente para los que tienen las manos manchadas de sangre, y han
cometido un sinnúmero de atropellos.

Es típico de los medios de prensa de regímenes totalitarios emitir este
tipo de textos, donde aparentemente todos sus firmantes se comportan con
un rebaño dócil, o como un coro de voces sorprendentemente hiperafinado.
Es difícil determinar si realmente todos los participantes en esa
reunión acordaron suscribir el texto de marras. Lo más posible es que
no, y en ese caso, los que realmente deseaban dialogar sobre emigración
y no perder su tiempo en alabanzas para con el dictador, deben sentirse
ahora manipulados.

Soy un cubano que lleva 10 años fuera de su país, y durante todo ese
tiempo jamás se me ha ocurrido rebajarme e ir aun consulado cubano a
mendigar un permiso de entrada para retornar a la tierra que me vio
nacer. No veo ninguna razón de por qué deba ir a suplicar algo que me
corresponde por derecho.

No critico a los que viajan para ver a sus seres queridos o familiares
enfermos, pero si rechazo a aquellos que vuelven a la isla después de
haber entrado en tierras de libertad esgrimiendo el argumento de que
eran perseguidos políticos. Desprecio infinitamente aquellos que
retornan a Cuba con el cuello lleno de alhajas, y que van dispuestos a
empequeñecer a sus compatriotas (con sus supuestos logros) y a
aprovecharse de sus carencias y necesidades.

Los cubanos que viven en la diáspora y que -a pesar de vivir en
libertad- siguen bajando la cerviz para evitarse problemas, deben
comprender que con esa actitud egoísta no ayudan en nada a los que
dejaron atrás.

Si desean contribuir, visiten entonces a los disidentes, o al menos a
los familiares de los presos políticos cuando estén en la isla,
bríndeles soporte espiritual y material, lleven libros censurados por la
dictadura, rompan el bloqueo informativo. Donde quiera que estén, ayuden
a estrujarle el traje a esa dictadura, y cuídense mucho de no acabar de
peones de las pantomimas del régimen.

Entre el exilio y la diáspora hay millones de cubanos repartidos en
muchos países, y no creo que los 150 participantes de ese evento sean
una muestra representativa del sentir de los cubanos de ultramar. En lo
que a mi respecta sigo siendo cubano (eso no me lo quita nadie), y
declaro que ni Fidel es mi comandante, ni Raúl es mi presidente; en
otras palabra y parafraseando a Martí: sin Patria, pero sin Amo, y como
yo, creo que piensan miles.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=14579

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