¿Cumplirá?
José A. Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - Hace algo más de once años,
el diez de diciembre de 1996, un grupo de 43 opositores pacíficos e
integrantes de la sociedad civil firmaron y dieron a conocer un
documento denominado "Llamamiento desde La Habana". Estaba dirigido al
gobierno de Cuba tras los acuerdos de la Sexta Cumbre Iberoamericana
celebrada en Viña del Mar, Chile. En el documento se instaba a las
autoridades a poner en práctica, de forma efectiva, los preceptos
democráticos establecidos en la Declaración de Viña del Mar.
En el cuarto punto del llamamiento se instaba a: "Ratificar el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y firmar el Protocolo
Facultativo de este último".
Por fin, el jueves 28 de febrero, a través de su Ministro de Relaciones
Exteriores, el gobierno de La Habana firmó esos pactos en la sede de las
Naciones Unidas.
La justificación oficial para no haberlos rubricado antes es que durante
veinte años, Estados Unidos ejerció contra Cuba presión y chantaje en la
desaparecida Comisión de Derechos Humanos.
Pero la ONU puso en vigencia esos pactos en l976. ¿Por qué en los once
años y meses anteriores La Habana no los firmó? La respuesta más cerca
de la realidad parece ser que el gobierno no estaba interesado en
comprometerse a ceder derechos fundamentales a los ciudadanos.
Ahora la incógnita es si el flamante gobierno del general Raúl Castro va
ciertamente a respetar la letra y el espíritu de esos pactos cuando
entren en vigor dentro de tres meses.
Aunque quizá pueda tener la intención de respetarlos, no va a ser fácil
porque se mantiene la misma estructura basada en el totalitarismo.
Durante casi cinco decenios el aparato político y todas sus dependencias
represivas han estado muy distantes de todo lo que represente derechos
individuales básicos de las personas.
Dentro de todo eso, lo más grave es que las leyes cubanas están, en lo
fundamental, hechas para defender al Estado y no para reconocer
derechos naturales de los ciudadanos.
Recordemos que, aunque lo niegue, es un gobierno militar, con una
ideología de extrema izquierda, que se auxilia de un partido único para
mantener el poder.
Si la ONU desea que en Cuba se cumplan esos pactos, va a tener que
ayudar supervisando de alguna forma –los dispositivos deben existir-
su aplicación.
Si en verdad, el nuevo gobernante, tiene algunas buenas intenciones al
respecto, tendrá que desmontar algunos mecanismos del gran sistema
absolutista imperante para desplazar la intolerancia que colma la
mente de los que lo apoyan y nada más valoran sus intereses personales.
Ellos son así. Que lo eviten es lo más difícil que se les pueda
solicitar. Tendrán que librar una gran batalla interior y hacerlo de
manera voluntaria.
No comments:
Post a Comment