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Wednesday, January 23, 2008

Un pueblo en proceso electoral

23 de enero de 2008
Un pueblo en proceso electoral
Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Como nunca antes, bajo el
régimen castrista la gran mayoría de la población cubana se ha visto
inmersa en procesos electorales. Se trata, por si alguien no lo sabe, de
un régimen-patrón, dueño absoluto de todos los medios de producción del
país y de todos los bienes materiales. Dueño incluso del país.

Decir pues que el voto tiene carácter obligatorio está de más. Sin
embargo, la prensa estatal repitió el sábado pasado, un día antes de
abrirse los colegios y las urnas, las palabras del jefe de estado Fidel
Castro dichas el 29 de diciembre de 1997: "Si hay quien no quiere votar
por alguno, está en su pleno derecho de no votar por alguno". Y a
continuación puntualizó que "debe sentirse realmente libre el ciudadano".

¡Bárbaro! Es lo que necesitó aquel que no quiso votar porque razones
tuvo para no hacerlo, o simplemente porque cansado, no le dio la gana de
votar.

Como no fui a votar, como hago desde mucho antes de 1997, cuando el
presidente vitalicio no había hablado aún públicamente del derecho que
tenían los ciudadanos de no votar, hoy me sentí un poco libre. Y lo
confieso, debo agradecérselo a Fidel Castro. Es increíble la presión que
ejercen los medios de comunicación, sobre todo la televisión y la radio,
los días anteriores a la fecha en que los cubanos acuden a las urnas.

Llegué a sentirme, puesto que soy un ser humano, como si fuera a cometer
el delito más espantoso ese domingo 20 de enero, como si mi conciencia
no existiera o sencillamente me traicionara.

Qué tranquilidad sentí entonces cuando el mismo jefe de estado, aunque
de forma retrospectiva, por supuesto, nos hizo saber que todos somos
ciudadanos libres. Todos, aclaro, los que no acudimos a las urnas. Pero,
aquellos que fueron por rutina, por miedo, por obligación, por
disciplina, ¿son ciudadanos libres? Por supuesto que no. Esos cuidan
-son seres humanos- su jornada laboral, su vinculación a la empresa
estatal donde prestan servicio. Temen, es de suponer, que puedan perder
su jornal por cada día de trabajo.

Tengo pena, sinceramente, de este pueblo de jornaleros que en cada
proceso electoral acude de forma sumisa a las urnas del amo.

Y siento más pena, mucho más, porque yo me siento libre, libre y con
permiso oficial para no votar. Si lo dudan, busquen el periódico Granma
del sábado 19 de enero. En letras bien grandes está escrito: "Que cada
uno se sienta libre y actúe por conciencia".

¿Estaremos dando los primeros pasitos hacia una democracia? ¡Quién sabe!

http://www.cubanet.org/CNews/y08/en08/23a4.html

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