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Wednesday, January 23, 2008

Socializar la democracia

21 de enero de 2008

Socializar la democracia

Luis Cino

LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - La solución al crucigrama vino de
Estocolmo. Estaba al alcance de la mano y no la vimos. El problema no
es, como hacen desde los tiempos del ágora ateniense, buscarle apellidos
a la democracia. Tampoco reinventarla, y ya de paso, entre otros
inventos, reinventar el socialismo, como aconseja en La Habana el
sociólogo Aurelio Alonso. No se puede inventar lo que ya está inventado.

Desde su exilio sueco, Carlos Manuel Estefanía y Henrik Jesús Hernández,
proponen "democratizar el socialismo cubano socializando la democracia".

El director y el redactor, respectivamente, de la revista Cuba Nuestra,
se apresuraron al plantear su propuesta desde el mismo título de la
ponencia que enviaron al foro de debate "El Futuro de la Nación", que se
desarrolla en Cuba convocado por la Concertación Pro Diálogo y
Reconciliación.

Estefanía y Hernández atribuyen a la importación de experiencias
extranjeras el fracaso histórico cubano en alcanzar la democratización y
la prosperidad. La frustración nacional en lo esencial político, que
decía Lezama Lima.

Según Estefanía y Hernández, el pluripartidismo no resolverá los
problemas que el unipartidismo vigente no ha resuelto.

Hay malas noticias para los autores de la ponencia y otros innovadores
autóctonos. En términos políticos, todo se inventó (lo regular, lo malo
y lo peor) en los dos siglos que median entre el Iluminismo y la caída
del Muro de Berlín (sin que se llegara al fin de la historia que decía
Fukuyama).

Para no importar modelos ajenos a nuestra cultura, a los cubanos sólo
nos resta la pregunta del camarada Vladimir Ilich: ¿Qué hacer? ¿Acaso
volvemos al autóctono comunismo primitivo de taínos y siboneyes?

"Lo que necesitamos es hacer del llamado Poder Popular un auténtico
Poder Popular", dicen Estefanía y Hernández. Ellos quieren partir de las
actuales premisas. Hacer decodificaciones mínimas a las estructuras
vigentes y ponerlas bajo el control popular para hacerlas más
democráticas. En la ecuación, sólo sobraría el Partido Comunista o
cualquier otro partido.

Para ellos, unas elecciones a la Asamblea Nacional como las actuales
serían perfectas sin que el Partido, "que no postula ni elije", tampoco
tenga comisiones de candidatura ni representantes que controlen a cada
comité de base de las organizaciones de masas. Nada.

Ningún poder al Partido, o a los partidos. Todo el poder para el pueblo.
Eso me suena conocido. Ya. Power to the people, right on… John Lennon y
la Plastic Ono Band, 1971. Bonita canción.

Libro Verde de Khadaffi mediante, sustituidos los versículos del Corán
por el tablero de Ifá, pudiéramos crear la Jamahirya Cubana Socialista.
O evacuar las ciudades y encaminarnos alegremente a las comunas
agrícolas a sembrar boniato.

Todo sin estructuras políticas. Fin de la demagogia y la politiquería.
El socialismo a lo cubano no acabó con manengues y politiqueros. Sólo
los transformó y les cambió el discurso. Dicen que antes de 1959 votaban
hasta los muertos. Ahora votan los bobos, los decrépitos y los
moribundos. Cuando reinventen y socialicen la democracia, tal vez no
vote nadie. ¿Para qué?

Las ideas y corrientes de opinión de los electores quedarán para
Internet. Espero que esté disponible el acceso a la red para todos. Con
plato en la mesa y libertad de sobremesa, tampoco habrá policía política
ni chivatos en cada barrio.

Lo bueno de la ponencia es que descarta, por foráneos, el chavismo
bolivariano, el socialismo de mercado chino y el doi moi vietnamita.
Supongo que también la autogestión yugoslava, el trotskismo y otras
antiguallas que algunos fulanos y menganas recomiendan para la
perpetuación de la dictadura. Es una suerte, porque los autores dicen
compartir la fe en la utopía socialista con "las más diversas instancias
del estado".

De cualquier modo, vale la muy original ponencia de Estefanía y
Hernández. Cualquier democracia es mejor que ninguna. Lástima que no
hayan podido presentarla en las recientes asambleas de lamentaciones y
catarsis. Debieron haber contactado a tiempo con las instancias del
estado hermanadas en la fe utópica con ellos.

Por ahora, la tesis no será del agrado del Partido único, que se
considera a sí mismo "la fuerza dirigente y superior de la sociedad y el
estado". Pero los autores no deben impacientarse. Pueden esperar su
turno de hablar en futuros parlamentos obreros sin anotadores del
Partido ni segurosos a la vista. Nunca es tarde si la dicha (y las
intenciones) llega.

Otro mundo mejor es posible. ¿Por qué no? Carlos Marx vive. Elvis
también. Y John Lennon. Power to the people, right on. Oh yeah…

http://www.cubanet.org/CNews/y08/en08/21a6.htm

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