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Saturday, January 05, 2008

Sólo para cubanos

4 de enero de 2008

Sólo para cubanos


TERESITA MAYANS


Llegaron y siguen llegando. ¿Quiénes? Los responsables de haber hundido
en la desgracia a todos los cubanos. Estos y otros se dieron a
transformar a una Cuba que recibieron el fatal 1 de enero del año 59
rutilante, próspera en esto que es hoy, un país más que empobrecido, en
ruinas. Donde con frecuencia se ve a ciudadanos escarbando en latones de
basura para encontrar algo, cualquier cosa, algo es algo donde no hay nada.

Estos que llegaron y siguen llegando, responsables del desastre tanto
por cobardía, por la canalla y deliberada mala intención, por
colaboración, indolencia u omisión, pero todos responsables de la
pérdida de la independencia, artífices de la prohibición de cosas tan
sencillas y legítimas como mi derecho a mudarme y vivir donde me dé la
gana, salir y entrar a mi país cuantas veces me apetezca, de pararme en
una esquina sin que me exijan identificarme o me pregunten qué hago.

Ahora llegan con esa alegría entusiasta propia de los insensibles
convencidos de que encontraron en este doloroso exilio tan vituperado
por ellos mismos la fuente de la purificación y del perdón a sus
crímenes y desmanes que limpia y conduce al paraíso como si nada hubiera
pasado, quiero decir, con esa nada llena de cárceles y carceleros, de
delatores y torturadores, cómplices del crimen diciendo: ''Nos
engañaron, creímos de buena fe''. Pero también se mudan frente a mi casa
por obra y gracia de la casualidad y de la inmensa tolerancia que
permite la democracia a estos victimarios que hasta días recientes
practicaron, apoyaron y ejercieron abusos.

En Cuba existen las llamadas zonas congeladas, quiero decir, zonas donde
para residir se necesita un permiso especial de la Seguridad del Estado.
Incluye toda la faja costera del malecón habanero amén de enormes
barrios a través de toda la isla. ¿Se imagina a Martha Beatriz Roque
ejerciendo su derecho de vivir al lado de Ramiro Valdés o a Pérez
Antúnez sentado en el portal de una casa frente a Furry Colomé? Como
dirían los cubanos: ''No es fácil''. Y, como si fuera poco, tenemos que
oír a sus bocas grandes, a sus propias vísceras hablar en voz alta y
ofrecer testimonios miserables, como si aquí, donde están parte de sus
víctimas, no supiéramos qué hicieron, qué hacen y qué seguirán haciendo.

Estos entusiastas colaboradores del régimen, en un pasado cercano
uniformados de verde olivo, o un delator del cedeerre, se creen
portadores únicos de noticias, hablan de métodos de torturas, de
crímenes, de cómo viven, qué comen y beben generales y coroneles más
otros tantos de la cúpula gobernante, mientras no son tronados, desde
luego, o enviados al plan payama o acusados de traidores y ladrones en
juicios militares. Nota: los únicos ladrones autorizados ya sabemos
quiénes son, pero en el caso extrañamente sui generis del código penal
de la Cuba actual no se cumple aquella máxima de ladrón que roba a
ladrón tiene cien años de perdón o la de el aura gritándole al pavo que
tiene el pescuezo pela'o. Fidel Castro se robó desde la república, con
todo lo que tenía dentro, hasta un pudoroso ostión cerrado en su concha
en las orillas del mar que bordea la isla. La historia la sabemos. Pero
estos cómplices, cuando tenían mando y ''se salían del plato'' o
cometían una peccata minuta, eran llevado a juicios (léase circo),
acusados de cualquier cosa, sobre todo de robarle al comandante en jefe
y ahí mostraban su verdadera esencia, parecían pupilas arrepentidas
sacadas de lupanares por un ''particular'', pidiendo perdón, exhibiendo
como un trapo sucio su mea culpa, haciéndose el harakiri mientras
sollozantes, con el mentón caído sobre el pecho, pronunciaban una
andanada de frases suplicantes cuajadas de loas al comandante.

No, de ninguna manera. Que sepan estos culpables arrepentidos que no nos
dejan boquiabiertos con sus repetidos y viejos comentarios, siempre de
estreno según se creen, y que al mismo tiempo los lanzan
ceremoniosamente al aire convertidos en gastadas noticias, casi que
colonizándonos, como si los cubanos dignos que conforman este verdadero
exilio fuera una masa acéfala desconocedora de cuanto pasa en Cuba.

No importa, que sigan llegando como mansas palomas que vuelan hacia los
hombros de San Francisco de Asís, pero tengan presente que estos
culpables en una Cuba libre tendrán que responder ante verdaderos
tribunales. Con todas las garantías procesales. Pero sepan también que
muchos no tendrán regreso.


Escritora cubana, ex presa política.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/en08/04o2.htm

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