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Thursday, December 27, 2007

RÉQUIEM POR UN CHIVATO (I)

RÉQUIEM POR UN CHIVATO (I)
2007-12-27.
Dr. Alejandro Tellería Díaz, Corresponsal en Jena, Alemania, de
Misceláneas de Cuba

...se puede haber sido idiota, lo imperdonable es seguir siéndolo... (*)

Esta es una versión reeditada del artículo que con el mismo título fuera
publicado en el 2002. El mismo va dirigido a aquellos que desconocen la
realidad cubana, pero especialmente, a los agentes de los aparatos
represivos (nagües incluidos), funcionarios políticos, diplomáticos, y a
todos aquellos que, de un modo u otro, participan en la represión del
pueblo de Cuba.

Con copias además para:

comandanteguarapo@cubadesastre.com generalvinagrito@whiskysitofan-MINFAR.cu
furry@cuartelgeneraldelostrompetas.cu

*********

Cuba, cualquier parte, cualquier día de cualquier mes del año 2000-X.

Fidelito es un niño muy despierto e inteligente en su clase, pero a
pesar de ello, tiene pocos amigos en la escuela y en el barrio. En su
entorno, muchos hacen chistes perversos con su nombre, en alusión a
cierto dictador del pasado. Sin entenderlo muy bien, no pocos se
refieren a él como el "hijo del chivato", a la vez que sonríen burlonamente.

Norberto, su padre, tiene aspecto descuidado y vive casi todo el día
abrazado a una botella de ron, por sus remordimientos y porque no
encuentra empleo en la Cuba democrática. En el pasado el fue agente de
la Seguridad del Estado (SE).

En la Cuba de hoy, casi nadie le quiere ofrecer empleo a un individuo
con un pasado oscuro, y que por demás, sólo posee conocimientos de
materias imprácticas como técnicas de interrogatorio y "ablandamiento
psicológico del enemigo".

En la casa se vive de lo que aporta su madre, quien trabaja duramente
desde el amanecer hasta el anochecer. Ella -aunque lo anhela- tiene muy
poco tiempo para dedicarle a su hijo. Fidelito desea tener otro nombre,
otra familia, otro hogar.........(sigue al final).

La historia anterior aunque ficticia y proyectada hacia el futuro, se
nutre de algunas vivencias reales experimentadas por los familiares, o
los ex-agentes de organismos homólogos a la SE en la extinta Unión
Soviética, y los países ex-socialistas de Europa del Este (**). Ella
puede ser un preludio de lo que como mínimo podría sucederle a muchos de
los que en la Cuba de hoy se dedican a esta profesión indigna, y que por
tanto trabajan para el "bando equivocado".

La delación es en efecto un fenómeno milenario; ya desde el siglo I se
recoge en el "Libro de los Libros" un relato sobre un joven de Judea
nombrado Judas Iscariote, quien entregara a Jesús de Nazaret al Sanedrín
por 30 talentos de plata -el precio de un esclavo-.

Más tarde éste, al ver las consecuencias de su acto, y abrumado por los
remordimientos, arrojaba las monedas, y acabaría suicidándose ahorcado
en una higuera, en arrepentimiento por su felonía. Desde entonces y
hasta nuestros días, muchos -que ignoraron o no supieron sobre la
existencia o enseñanza de este pasaje bíblico- han aceptado este
despreciable oficio, por el cual han recibido salarios mejores o peores.

Determinados sistemas represivos hubieran resultado imposibles sin la
delación. Con todo, la gran era de los informadores vino de la mano del
advenimiento de los totalitarismos. En la Rusia bolchevique, un ejemplo
notorio lo constituyó el caso del niño Pavlik Morozov (el "Informer
001"), causante por su denuncia, de la muerte de su padre a manos de la
Cheká.

El delito de su padre no fue otro que el de ofrecer su casa como refugio
a víctimas que huían de la represión estalinista. Por este motivo,
Pavlik fue lamentablemente asesinado con un hacha por su abuelo, pero
las estatuas celebrando su delación aparecieron como hongos, primero por
toda la URSS, y años más tarde por los países del telón de Acero. Pavlik
se convertía así en un "héroe" de la Unión Soviética y en la inspiración
de los "pioneros".

Los chivatos son fundamentales en el engranaje del terror. Ellos
facilitan el trabajo de los esbirros al proveer a los tiranos y sus
órganos represivos con información "útil" que se utilizará sin
escrúpulos para..., o en contra "de..." según lo requieran las
circunstancias.

Poco importa si se producen daños colaterales. A los represores en Cuba
no les interesa si se perjudica por equivocación a sujetos inocentes
debido a falsos testimonios proporcionados por un soplón ignorante, o
incluso mal intencionado; la carencia allí de un Estado de Derecho no
ofrece garantía legal alguna al que sufra ultrajes por equivocación.
Para los responsables de las supuestas "faltas" o deslealtades
políticas, el castigo, como ya muchos sabemos, puede ir desde una
simple advertencia hasta la pena de muerte en el paredón de fusilamiento.

La génesis del fenómeno de la delación siempre tiene raíces comunes,
independientemente de si se habla de una dictadura comunista, de un
gobierno fascista, o de una organización terrorista. El promotor es
siempre un inescrupuloso "líder" o dictador -por lo general narcisista,
intolerante e inseguro- quien no resiste que se le cuestionen sus ideas,
y que persigue, por encima de todo, perpetuarse en el poder.

Para tal detestable labor, se procede generalmente al reclutamiento de
fanáticos, sujetos incultos, o individuos codiciosos y oportunistas,
quienes por lo general no ignoran que congraciándose con el régimen
pueden potencialmente facilitar la satisfacción de algunos de sus
intereses personales bastardos; no faltan tampoco las alimañas, o los
esbirros de nacimiento.

Por otro lado están los que sin pretender inmiscuirse en estos asuntos,
son obligados a delatar, so pena de sufrir represalias. La delación
constituye una de las piedras angulares de la sociedad castrista, la
"ley" allí castiga la no denuncia. Las dictaduras de corte comunista son
expertas en administrar la miseria; habrá mayor cantidad de migajas para
los más eficientes, y castigos o amenaza de punición, para los que se
resistan a cooperar.

Afortunadamente en nuestra patria no todos se dejan intimidar, cada vez
son más los que son coherentes con sus principios, y por ello el
movimiento de disidencia interna va siendo cada vez más pujante; para la
dictadura debe ser escalofriante comprobar que, muchos cubanos de a pie
apoyan a los disidentes, y que se oponen o censuran los atropellos que
los gorilas del MININT les propinan a estos.

************

(* ) aproximación a una frase atribuida a uno de los autores del Manual
del Perfecto Idiota Latinoamericano.

(**) Cuando dejé de ser un becario y me disponía a firmar mi primer
contrato con el estado alemán, me llamó la atención que, entre los
documentos que debía completar, había una singular planilla en la que se
preguntaba si había sido miembro de la STASI (órgano represivo, o
Seguridad del Estado de la antigua RDA). Más tarde supe que los ex
miembros de la STASI, no pueden -por ley- trabajar para el gobierno
alemán. No se trata de un mero hecho de pases de cuenta, o cacería de
brujas, es una cuestión de seguridad nacional. Si los ex comunistas son
individuos tan infantiles y a la vez de mente tan retorcida como para
atacar un insignificante Mc Donald durante una manifestación, como no
esperar entonces que saboteen una empresa estatal, una vez que sean
empleados de un estado que odian y desprecian.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=13343

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