Pages

Thursday, December 06, 2007

Retrato de una familia

Retrato de una familia

Rafael Ferro Salas

PINAR DEL RÍO, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Juan Arístides
Santiestevez supo la noticia y creyó que el cielo le caía encima. Su
hija Rebeca, residente en Orlando, dio a luz una niña. Entonces comenzó
su odisea, soñaba con la muchachita sin conocerla y recreaba con
imágenes de fantasía sus retozos y risas de abuelo.

Arístides empezó sus trámites para ir a visitarlas y después de un largo
camino de obstáculos logró llegar a los Estados Unidos y se dedicó a
tiempo completo a recrearse con su nieta. Después tuvo que asumir el
regreso. Arístides vive en Cuba, uno de los pocos sitios de este mundo
donde la familia sigue separada por un mar de olas, prohibiciones y
trámites, que a merced de la política dan al traste con los derechos de
la unión familiar.

Desde el año 2005 este hombre de 67 años no ha vuelto a ver a su hija, y
a su nieta que hoy tiene dos años. Arístides vive con su esposa Nidia
García Machín desde hace cuarenta y dos años.

Cuando fui a entrevistarlo estaba atendiendo su pequeño negocio de venta
de alimentos ligeros en el portal de su casa, y me pareció la persona
más triste de este mundo. No fue una entrevista formal, sino una especie
de diálogo entre la esperanza y las motivaciones, el desengaño y la
impotencia; también algo de miedo.

"No me adapto a mirar a mi nieta en fotos, así tuve que hacer primero
con mi hija; desde que salió de Cuba me llegaban sus fotografías y la
vida la iba cambiando sin apenas darnos cuenta mi esposa y yo. Sería
bien triste que esa mala suerte me tocara ahora con mi nieta. En mi
corazón siempre late la confianza en el gobierno de los Estados Unidos;
a ese gobierno es al único que uno puede recurrir para lograr tener
contacto con los seres queridos que se vieron obligados a emigrar" -dice
Arístides.

"Yo siempre he trabajado independiente y lo que lucho en mi cafetería
nos da para vivir a mi esposa y a mí. Desde allá también nos ayuda mi
hija. Yo no abuso de ella; siempre estoy al tanto de su salud y la de mi
nieta, pero todo es mediante el teléfono y eso es muy triste. A cada
momento de nuestras vidas mi esposa y yo queremos estar junto a ellas
pero es imposible. Mi esposa y yo estamos adaptados a vivir en Cuba;
nadie nos puede obligar a dejar nuestro país, nos moriríamos de tristeza
en otro lugar. Ya somos viejos, en el exilio se sufre mucho. Yo lo que
quiero, es visitar a mi hija y a mi nieta y estar con ellas. Esa es mi
única aspiración".

"A veces –continúa su relato- me da lástima cobrarles a las personas que
vienen con niños, en esos instantes me acuerdo de mi nieta, pero hay que
hacerlo. Los que estamos pagando las consecuencias de las discordias
entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos somos nosotros, los
cubanos de allá y de aquí.

La familia, para los norteamericanos es lo más importante, algo que se
venera. Por eso el gobierno de ese país ha tendido la mano a las
familias cubanas, permitiendo que se encuentren; principalmente se lo
han facilitado a los que vivimos en Cuba.

"Ahora rezo cada noche para que me den la oportunidad de regresar a ver
a mi nieta y a mi hija y salir de las fotos por un tiempo. Cuando vaya a
la entrevista que tengo en la Oficina de Intereses iré cargado de
esperanzas".

http://www.cubanet.org/CNews/y07/dic07/06a12.htm

No comments:

Post a Comment