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Tuesday, November 27, 2007

CUBA: UNA TRANSICIÓN RAZONABLE (5)

CUBA: UNA TRANSICIÓN RAZONABLE (5) (Contribuciones para el debate honesto)
2007-11-26. Página personal: http://es.geocities.com/libertadeopinion/
Pablo Felipe Pérez Goyry, Analista y Periodista Independiente

De la Nación cubana

Decía Platón, que difícilmente se podía encontrar la verdad si no se
buscaba con el razonamiento, porque esta aparece cuando el argumento y
la coherencia están respaldadas en el entendimiento y la reflexión. Es
decir, el argumento y la verdad son complementos; sin ellos amalgamados
es adoptar una actitud no receptiva y mucho menos inteligente.

Precisamente, buscando esa verdad, para un adecuado razonamiento que
facilite el coherente argumento, es evidente de la nacionalidad es "una
condición y carácter peculiar de los pueblos y habitantes de una
nación"; en el caso de Cuba, desde sus inicios como colonia, reviste una
particular característica que está sustentada en la diversidad étnica y
cultural.

Con la llegada de los españoles, en Cuba va a ocurrir el cruce genético
entre conquistadores y aborígenes. Al desaparecer los nativos del
archipiélago y con la llegada de los esclavos africanos, se va a
producir un cruce entre estos y los españoles. Los pocos mestizos
(españoles-indígenas) se mezclarán con blancos y africanos.

Estos elementos indiscutibles producen una compleja fusión de razas y
auténticos tipos étnicos. A esta diversidad racial y cultural, hay que
sumar la de los emigrantes chinos, haitianos, alemanes, franceses,
italianos, norteamericanos, etc., que se mezclaran entre ellos, y con
los españoles, mestizos y africanos.

Por siglos, esta multiplicidad étnica ha generado debates y opiniones
encontradas sobre cuales han sido los efectos de estos cruces genéticos
o raciales; especialmente la aportación africana que está presente en
los mulatos, fruto de los cruces entre blancos y negros.

Para los más conservadores, el comienzo de la "contradicción de dos
razas, habla de las individualidades inestables, inadaptadas y
fomentadoras de conflicto". Otros, argumentan de estas mezclas han
puesto de relieve los rasgos, temperamento, carácter, etc., que son
distintivos y propios de los cubanos.

Es de esta manera, que al desaparecer los aborígenes, en el primer siglo
de la conquista, se inicia el desenfrenado poblamiento de la isla, por
personas provenientes de diversas naciones. Quizá este pudiera ser el
origen de la nación y nacionalidad cubana. Sin embargo, no hay un
acuerdo en este sentido.

Existen criterios coincidentes de que la nación surge, con fortaleza
indiscutible, en la primera guerra por la independencia, que se inicia
el 10 de octubre de 1868, cuando Carlos Manuel de Céspedes ―Padre de la
Patria― lanza el Grito de Yara.

Ilustres criollos, como José de la Luz y Caballero, Gaspar Betancourt
Cisneros, Félix Varela, Domingo del Monte, Francisco de Arango y
Parreño, José Antonio Saco, Miguel Teurbe Tolón, Narciso López, Joaquín
de Agüero y Agüero, Isidoro Armenteros, Francisco de Frías (Conde de
Pozos Dulces), Anacleto Bermúdez, Ignacio Agramonte, José Martí y otros
excelsos cubanos, más para bien que mal, vislumbraron la necesidad de
reformar la condición de colonia y luchar por la independencia.

No hay dudas de que los conflictos de intereses y los arcanos sobre los
conceptos de nación o colonia, así como los de independencia y anexión,
son los catalizadores de la cimentación de la nación y nacionalidad.
Juntamente, se va moldeando el criollo que poco a poco va adquiriendo
las características incuestionables que lo hacen diferente a los
peninsulares. Este contexto social, económico, político, y los
acontecimientos futuros, va a consolidar la nacionalidad.

Una prueba de ese sentimiento aflora en el poema "Abdala", de José
Martí, que se publica el 23 de octubre de 1869, en el periódico "La
Patria Libre":

"El amor, madre, a la patria / No es el amor ridículo a la tierra, / Ni
la yerba que pisan nuestras plantas; / Es el odio invencible a quien la
oprime, / Es el rencor eterno a quien la ataca..." (...) "Quien a su
patria defender ansia / Ni en sangre ni en obstáculo repara; / Del
tirano desprecia la soberbia; / En su pecho se estrella la amenaza; / ¡Y
si el cielo bastara a su deseo, / Al mismo cielo con valor llegara!".

Es evidente, que a pesar de su accidentado origen como nación y, su
dilatada historia de angustias y desesperanzas, los cubanos son personas
cálidas y solidarias, emprendedoras y apasionadas, tienen una alegría y
sensualidad envidiables que se fusionan con los placeres del baile y la
música, el arte culinario y la charla amena.

La nación cubana goza de un incalculable espíritu nacionalista y
patriótico, que lo resume el escritor y dramaturgo cubano José Triana
cuando dice: "Jamás he confundido al gobierno con el pueblo. Hay grandes
virtudes que hacen destacar a los cubanos en el concierto de naciones.
Entre ellas, señalaría su paciencia y su generosidad sin parangón (...)
Creo que ningún gobierno jamás ha representado a nuestro pueblo. Al
contrario, todos los gobiernos se han aprovechado de esa paciencia y esa
generosidad".

Así que, por lo dicho aquí y de la mano del sentimiento nacionalista, en
este ambiente social de la colonia y el criollismo, surgen las diversas
corrientes política-sociales y filosóficas. Las más significativas son:
Reformismo, Anexionismo, e Independentismo.

Por su importancia, es menester mirarlas de cerca, pues, de alguna
manera es inevitable un repaso a estas corrientes filosófica y políticas
de la época, que facilite comprender mejor los acontecimientos cubanos
del siglo XIX, que son referentes obligados no-solo de los orígenes de
la nacionalidad sino como argumentos fortísimos para llevar a vías de
hecho una razonable transición en Cuba; que son elementos valiosísimos
que bien vale la pena tener en cuenta para enriquecer el pensamiento
político-social de la Cuba del siglo XXI, y evitar irreversibles yerros
que lamentar.

Finalmente, no hay dudas que los cubanos son seres humanos decentes y
estoicos, de una especial condición de fidelidad a sus ascendencias y
que en el Caribe son de los de mayor diversidad étnica. ¡NAMASTE!
[Continúa en Cuba: Una transición razonable (6)]

Ciudad de la Eterna Primavera, otoño de 2007.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=12781

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