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Tuesday, October 23, 2007

Omar y la otra Habana

Represión
Omar y la otra Habana

El fotógrafo de los derrumbes y salideros, el de los vendedores de
plátanos burros y chispaetrén, está condenado a 27 años de cárcel.

Raúl Rivero, Madrid

martes 23 de octubre de 2007 6:00:00

La sapiencia de este moderno adelantado de La Habana empalma con su
sensibilidad. No es, no ha sido, ya no podrá ser, uno de esos ancianos
empecinados que buscan —y encuentran— en archivos y sueltos extraviados
de la prensa, acontecimientos, episodios, facetas desconocidas de la
historia de una ciudad, de una región o de un país.

El poder de su sabiduría tampoco proviene de extensos trabajos
sociológicos. Ni de sesiones de entrevistas exhaustivas con
protagonistas o testigos de unos hechos históricos, relevantes o asombrosos.

Omar Rodríguez Saludes, un habanero nacido en 1965, autodidacta,
apasionado de la fotografía y un simple enamorado de la ciudad, es
considerado otro descubridor de La Habana, porque con miles de fotos
tomadas bajo la amenaza de ir a parar a un calabozo, enseñó al mundo y a
los mismos cubanos la cara enferma, sucia y abandonada de la capital de
Cuba.

Él recorrió las calles heridas y los edificios muertos, se pasó casi una
década con sus máquinas reparadas con pedazos de alambres y piezas
inventadas, contando las exposiciones de los rollos como si fueran balas
en un combate de vida o muerte, a pie, en bicicletas con almas de
Frankestein y luego, en un ingenio escandaloso, con un motor contagiado
de tos ferina, que él tuvo la gentileza de creer que era una motocicleta.

Se hizo un profesional de la imagen, un cazador solitario y experto que
capturaba el dolor y la pobreza de la gente desvalida y marginada. Un
testigo peligroso para la dictadura. Un artista implacable y tenaz con
los dones del talento y la paciencia, y con el coraje suficiente como
para poner su nombre al pie de cada foto y hacerlas circular.

Retratista de la Cuba real

Fue Omar Rodríguez Saludes, un muchacho alto, educado, cordial, que
venía de los grupos del sindicalismo independiente, el que se metió en
los basureros de la ciudad a la hora en que trabajaban los llamados
"buzos" a buscar tesoros.

Fue él quien retrató los derrumbes y los salideros. A los vendedores de
plátanos burros, tilapias, huesoetrigre, chispaetrén y azuquín. Saludes
fue quien mostró el comercio que el totalitarismo les permitió a los
cubanos: desde la carne de la juventud hasta las mesas temblorosas para
rellenar fosforeras desechables.

Él solo, al servicio de todas las pequeñas agencias independientes,
ilegales y pobres. Dispuesto siempre a cubrir una noticia, a retratar a
un entrevistado y, después de muchos años de experiencia, a escribir los
textos de sus fotorreportajes y los pies de grabados de sus fotos.

Un hombre tranquilo, casado con Ileana Marrero, padre de tres niños.
Patricia, la más pequeña, va a cumplir cuatro años el 23 de noviembre.
Tenía cinco meses cuando a Omar Rodríguez Saludes lo condenaron en La
Habana a 27 años de cárcel.

Omar sigue en la cárcel. Desde la prisión de Kilo 8, en Camagüey, donde
estuvo confinado en una celda de castigo junto a los periodistas Regis
Iglesias y Ricardo González Alfonso, el fotorreportero escribió esta
reflexión sobre su trabajo:

"Como periodista, durante años he defendido el derecho a informar y ser
informado. ¿Es justo que se me condene a 27 años de encierro? ¡Un minuto
sería demasiado! Se tiene que entender que la prensa es para darle voz a
la sociedad y no para ser eco de un gobierno".

http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/omar-y-la-otra-habana/(gnews)/1193112000

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