Ideas sueltas en La Habana
En el 'debate' auspiciado por Raúl Castro, la gente ha empezado a hablar 
de algo que daba miedo: la palabra 'amnistía'.
Rafael Alcides, La Habana
lunes 8 de octubre de 2007 6:00:00
Todavía en estos días finales de septiembre la prensa cubana no ha dicho 
cuáles son los planteamientos que están teniendo lugar en las reuniones 
convocadas por el Partido para discutir el discurso de Raúl en Camagüey, 
el pasado 26 de julio, pero alguna gente en la calle supone (quiere 
creer, digamos) que allí se está planteando todo lo que tiene trabado al 
país, que de allí saldrá un nuevo socialismo.
Esta esperanza, por lo que oigo, irrita a algunos que temen eso 
precisamente: un nuevo socialismo que no dejaría de ser el socialismo 
que conocemos. Un remiendo por aquí y otro por allá, dicen, y allá te va 
eso como algo nuevo o muy renovado salido de la enjundia de la masa 
durante un profundo y fraternal debate que recogiera las ansias de la 
nación y que presentarían ante el mundo como un inobjetable referéndum 
democrático.
"En la práctica, de hecho, un contra-proyecto Varela", decía con mucha 
virulencia en el agromercado de 26 y 39 una vieja gorda que parece saber 
más de cuatro cosas.
Dos tarimas más allá, un chofer que había detenido su ómnibus para 
comprar unas libras de yuca, declaraba muy seguro, refiriéndose a la 
larguísima lista de cosas que ha oído decir que se plantearían en la 
famosa discusión, que allí con sólo plantearse y acordarse una cosa, una 
sola cosa, todas las demás caerían solas, bajarían por su propio peso, y 
esa cosa, señores, tiene un nombre: "transición hacia la democracia", 
dijo ya con su cartucho de yuca en la mano, mirando hacia el ómnibus de 
donde lo estaban urgiendo los pasajeros con chiflidos y hasta insultos.
Pues la gente, que empezó a soñar con cierta timidez, ha terminado 
envalentonándose. En La Habana, al menos en cualquier esquina, hallará 
uno, dos o más tipos hablando de lo que urge cambiar. Incluso ha 
empezado a hablarse de algo que hasta el momento era en la Isla una 
palabra olvidada o que, cuando menos, daba miedo mencionarla: la palabra 
"amnistía".
Por lo que se dice, hay en las cárceles cubanas cientos de presos que no 
han cometido actos de sabotaje ni atentados —ni los han planeado— y 
sobre los que, sin embargo, pesan condenas más largas que las que les 
fueron impuestas a los asaltantes al Moncada en 1953. Cubanos que, en 
muchos casos —alegan los entusiastas de la amnistía—, fueron 
sentenciados por criticar medidas que hacen el casi ciento por ciento de 
las cosas cuya anulación sería planteada ahora en la discusión famosa.
En momentos, resumía uno de estos heraldos, en que el gobierno ha 
emprendido una campaña mundial para obtener la libertad de los cinco 
presos en Estados Unidos bajo cargos de espionaje, limpiar las cárceles 
de la Isla mediante una amnistía amplia, como la que en 1955 conocieron 
los moncadistas, sería un gran impulso para la mencionada campaña. 
Además de una elocuente presentación de credenciales del nuevo 
socialismo con espacio para la opinión ajena que se pretende, a la vez 
que liquidaría las comparaciones que sobre las condiciones de vida de 
los presos de la Isla y de los cinco ha venido haciendo a la prensa 
extranjera y en las que tan mal parado suele salir el gobierno.
Claro está que de esa discusión hay mucha gente que no espera nada, pero 
después de tantos años de silencio, ahora que la han autorizado a 
opinar, no sabe cómo callarse. Y usted la oye despachándose, con el 
entusiasmo con que lo hacían los muchachos hablando de los Reyes Magos 
cuando todavía existían aquí.
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/ideas-sueltas-en-la-habana/(gnews)/1191816000
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