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Saturday, August 11, 2007

Rigondeaux y Lara en la opinión popular

Desde La Habana

Rigondeaux y Lara en la opinión popular
Por Manuel Alberto Ramy

El 22 de julio las agencias internacionales que cubrían los 15to. Juegos
Panamericanos de Río de Janeiro, Brasil, reportaban que dos boxeadores
cubanos habían desertado.

Guillermo Rigondeaux, dos veces campeón mundial y olímpico de peso
gallo, y Erislandy Lara, campeón olímpico de peso welter, habían
desaparecido antes de cumplir con la norma del pesaje de los púgiles
previo al combate.

  Los comentaristas y narradores de la TV cubana, que transmitió
íntegramente la cita deportiva, se limitaron a informar que los dos
púgiles cubanos no se habían presentado al pesaje, sin hacer ningún
comentario adicional. No obstante los fanáticos, por diferentes vías
--la información es una coladera imposible de tapar--, estaban al tanto
de que se habían producido deserciones. Al día siguiente, un artículo de
Fidel Castro confirmaba que "una mafia" radicada en Alemania estaba
detrás de las deserciones.

En su artículo, Fidel Castro reprodujo reportes de prensa con
declaraciones de los promotores, quienes afirmaban que ambos púgiles
habían sido contratados mediante una fuerte inversión de dinero, que
saltarían al boxeo profesional y que ya no se encontraban en Brasil.
Pura finta, escribí en el blog a propósito de que estaban en otro país.

Posteriormente Rigondeaux y Lara fueron detenidos en Praia Branca, a
pocos kilómetros de Río de Janeiro, por carecer de documentos,
conducidos a una unidad de la Policía Federal y allí, además de negarse
a recibir a los abogados de los promotores, manifestaron --sin la
presencia de funcionarios cubanos--, que estaban arrepentidos y deseaban
regresar a su país.

Desde el punto de vista legal, sus detenciones están fuera de duda ya
que ambos tenían vencidos sus permisos de estancia. Por otra parte,
nunca solicitaron asilo político. Sobre qué pasó, por qué dieron marcha
atrás los boxeadores, hay tela por donde cortar y la tijera puede
marchar desde que los boxeadores cubanos no vieron las cosas claras, hasta…

Salí a la calle para recoger opiniones de personas de diversas
profesiones y edades, así como de diferentes posiciones políticas, lo
que se deduce de las respuestas. Ahora las comparto con ustedes.

"A mí lo que me jode es que los comentaristas deportivos no dijeran nada
en aquél momento. No dieron ni una explicación a la ausencia de los
cubanos en el ring. ¿Es que para todo hay que esperar por una
orden?...Es contradictorio que sea Fidel el que hable de un tema
deportivo mientras la prensa deportiva permanece callada", dice Jorge,
26 años, técnico en una especialidad que no quiere identificar. "Yo me
enteré por un amigo que tiene Internet. Las cosas pasan y uno de
comemierda".

"Ellos (los boxeadores) le vacilaron la plata a los tipos y después
echaron pa'trás", opina Juan de La Fuente, 33 años, taxista privado.
"Además vieron que el asunto se enmarañaba" (enredaba), añade y sigue su
camino.

Para Esteban, empleado del Ministerio del Azúcar, "puede haber de todo,
hasta una jugada de la Seguridad (servicio cubano de inteligencia)
destinada a demostrar cómo funcionan las mafias deportivas y el acoso
que hacen a nuestra gente. Y no solo en el deporte. Por nuestros
científicos y técnicos se matan allá afuera."

"Si ellos quieren saltar al profesionalismo es su derecho y no tenían
otra oportunidad. Aquí no la hay", refiere Orlando, 66 años, jubilado
del sector gastronómico, "Pero ese mundo del boxeo profesional es un
dolor de co…; los usan y después terminan liquidados y la mayoría de las
veces sin plata".

Orlando cree que el gobierno cubano debe buscar una fórmula para que en
determinado momento los deportistas cubanos puedan ser profesionales y,
que "por ejemplo en la pelota (béisbol), puedan jugar en nuestra liga y
en las profesionales".

Orlando cita como ejemplo a varios peloteros que han jugado en la liga
profesional de Japón, "como Omar Linares, y también en las de voleibol
en Europa". Y no se queda ahí. Orlando dice tener la solución: "que el
INDER (Instituto Cubano de Deportes Educación Física y Recreación), se
convierta en promotor y se coordinen los calendarios deportivos nuestros
con los de afuera".

"Yo no estoy de acuerdo con el profesionalismo. Para mi el deporte es
parte de la formación del ser humano y un buen entretenimiento, pero de
ahí a vivir de eso, vaya, no me gusta", opina Ernesto, 43 años, profesor
de una secundaria. "Otra cosa es el derecho de cada quien a ir a vivir a
donde prefiera; eso hay que respetarlo. El que se quiera ir, que se vaya
tranquilamente, sin problemas y si lo que quiere es ganar dinero dando y
recibiendo golpes ese es su problema".

"Estoy de acuerdo con el artículo de Fidel, nada de castigarlos.
Rectificar es de sabios y ellos lo han hecho. Es más, me gustaría volver
a ver a Rigondeaux en el ring. Es una maravilla", dice Arturo, 38 años,
que se describe como fanático del boxeo.

"Mira, ellos regresaron porque vieron que su salida no era fácil y que
los tipos con los que andaban (en referencia a los promotores) les daban
largas", añade. "Les pintaron un cuadro bonito y rápido y parece que la
salida no era tan fácil, y entonces dijeron que no".

Para otros que dicen estar más al tanto de la situación --no sé por
qué--, quizás el final de la historia habría sido diferente si en vez de
utilizar a Brasil como puente hacia otro país hubieran decidido buscar
argumentos para permanecer allí --como sucedió con el jugador de
balonmano que ya está contratado por un equipo local. El fundamento de
quienes así piensan es que los "promotores" tenían que usar mecanismos
ilegales o que rozaran la ilegalidad para montarlos en un avión y
trasladarlos de Brasil a Europa. O planear una operación de cruce
clandestino de fronteras terrestres hacia un país más proclive a sus
deseos.

Evidentemente hay una diversidad de opiniones respecto al caso de estos
dos boxeadores y quizás muchas de las interrogantes hayan sido
despejadas cuando mi columna ya esté en pantalla el jueves 9 de agosto.

Pero el tema Rigondeaux y Lara no debe reducirse a legalidad o
ilegalidad, a oportunismo o arrepentimiento verdadero, como tampoco a su
profesión y calidad, ambas muy codiciadas por las empresas promotoras.
Debajo de los guantes de boxeo, están los puños, que son de personas
humanas, de seres con sueños, fantasías, y ambiciones en un mundo loco
que cada vez se asemeja más a un ring de boxeo en el que casi todo está
en venta.
Manuel Alberto Ramy es jefe de la corresponsalía de Radio Progreso
Alternativa en La Habana, y editor de la versión en español del
semanario bilingüe Progreso Weekly/Semanal.

http://progreso-semanal.com/index.php?option=com_content&task=view&id=78&Itemid=1

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