enfermedad de Castro
Sin embargo, algunos miembros de la oposición consideran que se va
abriendo paso 'la cohabitación entre el gobierno y la oposición'.
Agencias
jueves 25 de enero de 2007 20:20:00
Seis meses después del traspaso temporal del poder de Fidel Castro a su
hermano Raúl, miembros de la disidencia interna cubana dicen no tener
grandes esperanzas de que ocurran cambios a favor de las libertades en
la Isla.
"Ha sido una continuidad del sistema totalitario y no veo por ningún
lado la luz al final del túnel. Seguimos siendo hostigados", dijo a la
AFP Martha Beatriz Roque, líder de la Asamblea para Promover la Sociedad
Civil.
Castro anunció el pasado 31 de julio que delegaba sus principales
funciones en su hermano Raúl, tras una delicada cirugía intestinal de la
cual aún convalece.
"Ese día se implantó un compás de espera que también se reflejó en la
disidencia. Él (Castro) era el referente, el Comandante dirigía la
represión contra todos nosotros. Quedamos a la expectativa, pero tras
seis meses, con altas y bajas, se mantiene la crispación de siempre",
opinó Elizardo Sánchez Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de
Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Según esa Comisión, al cierre de 2006 eran 283 los presos políticos en
la Isla, 50 menos que en 2005; sin embargo, para Sánchez Santacruz, esa
disminución se debe a que el gobierno cambió "la estrategia" de largas
condenas por una de detenciones de corta duración y el aumento del control.
"Nos quedan días de más tensión, sobre todo a nosotras porque nuestros
esposos son prisiones del 'Doctor Castro' y nadie se atreve a hacer nada
con ellos hasta que se decida la vida de él, que pueda actuar o que Raúl
tome el poder definitivamente y defina la situación de estos hombres",
dijo Laura Pollán, esposa de Héctor Maseda, uno de los 75 disidentes que
el gobierno cubano condenó a penas de hasta 28 años de cárcel en la
primavera de 2003.
Mientras tanto "ellos, como todos en el país, también van a estar en un
limbo", añadió Pollán, una de las principales activistas de las Damas de
Blanco, grupo de madres, esposas y familiares de presos políticos
galardonado por el Parlamento Europeo con el Premio Sajarov.
La oposición no echó campanas al vuelo con la excarcelación el 6 de
diciembre —por razones de salud— de Héctor Palacio, uno de los 75.
"En lo absoluto, en Cuba no ha pasado nada. No veo cambios", dijo el
mismo Palacio, de 63 años, activista del movimiento Todos Unidos, cuyo
coordinador, Vladimiro Roca, considera también que "nada ha cambiado".
La muerte el 10 de enero de Miguel Valdés Tamayo, miembro del grupo de
los 75 que había sido excarcelado en 2004 con una licencia extrapenal
por razones de salud, renovó las demandas de la oposición.
"Nuestro reclamo al gobierno provisional es la liberación de todos los
presos y el cese del hostigamiento", declaró Martha Beatriz Roque.
Sánchez Santacruz advirtió que Raúl Castro "no ha hecho nada para
mejorar la situación de los derechos fundamentales" y que ésta podría
"empeorar" a "menos que ocurra un verdadero milagro político en Cuba".
En el lado opuesto, el socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa opinó que se
ha producido una "bajada relativa de la represión y un aumento de la
vigilancia" hacia los opositores.
Eso ha creado una vía de distensión ligera que va abriendo paso para
fortalecer lo que es inevitable: la cohabitación entre el gobierno y la
oposición", consideró.
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