Por Luisa Rodriguez Grillo *
Madrid
España
Colaboración
La Nueva Cuba
Noviembre 18, 2006
Durante los años de la dictadura castrista se ha desvirtuado totalmente
la imagen de Cuba. Asi, se ha hecho creer y muchos lo creen, que Cuba
pertenecía totalmente a los americanos, que los cubanos eran gentes
sometidas a los EEUU y la isla un mísero país tercermundista.
Considero necesario reivindicar la labor de los cubanos que durante sus
56 escasos años de vida republicana, lograron desarrollar la economía
del país y ponerlo en los primeros lugares de los países
latinoamericanos. No podemos permitir que el mundo crea que Cuba dejó de
ser colonia española para ser colonia norteamericana ya que esto no es
más que una falsedad.
Antes de entrar en el fondo del asunto resulta necesario recordar
algunos datos históricos: uno de ellos es que en el siglo XIX los más
interesados en el establecimiento de relaciones comerciales con los EEUU
fueron los comerciantes españoles que residían en Cuba y que se veían
ahogados por el monopolio comercial establecido por la metrópoli; otro
es que al comenzar la guerra los gobernantes españoles confiscaron las
propiedades de los hacendados criollo que se incorporaron a las filas
del ejército libertador despojándolos de todos sus bienes y por último;
que este glorioso ejército, integrado por miles de soldados, no sólo
fueron ignorados en el Tratado de París firmado entre España y EEUU,
sino que quedó en una absoluta situación de miseria.
Es una verdad histórica innegable que durante los años que siguieron al
final de la guerra hubo grandes inversiones por parte de los EEUU en
nuestro país. pero preguntémonos ¿qué hubiera sido de un país devastado
por una guerra que duró 30 años si no se hubiesen producido esas
inversiones?, ¿qué otro país en aquellos momentos tenía mejores
condiciones para hacerlo?.
A todo lo anterior debe añadirse que salvo escasas y honrosas
excepciones, los gobernantes designados por España para gobernar Cuba no
hicieron mucho a favor de los criollos, ni siquiera de los propios
españoles residentes en la isla, los presupuestos que la metrópoli
asignaba a Cuba además de escasos, eran dilapidados por esos gobernantes.
Las inversiones norteamericanas, que en el año 1902 alcanzaban la cifra
de 80 millones de dólares, continuaron un nivel ascendente en los
próximos años y alcanzarían los 1.360.000.000 de dólares en el año 1925.
Si bien es cierto que durante esos años y hasta finales de los años 30
continuaron incrementándose las inversiones norteamericanas en el
país, en los diferentes sectores, fundamentalmente en la industria
azucarera, no es menos cierto que también se incrementaban las
inversiones de los ciudadanos cubanos en cuyas manos se encontraban
buena parte de los ingenios azucareros y que invertían, además en
distintos tipos de negocios.
Tampoco debe soslayarse el hecho de que los distintos gobiernos de la
época, invirtieron buenas sumas de dinero en infraestructuras, sobre
todo viales, al respecto cabe señalar la construcción de la carretera
central que atravesaba la Isla de oriente a occidente. En lo económico
sobresalió la reforma arancelaria de 1927 que, aunque no exenta de
defectos, tuvo un marcado carácter proteccionista de la producción
nacional y contribuyó al incremento que alcanzaron algunas producciones
como las de carnes, huevos, derivados lácteos, aceites, cerveza, calzado
y talabartería, confecciones y jabonería.
En mayo de 1934 fue firmado un tratado comercial con los EEUU que
fortalecía aún más las relaciones económicas con ese país, a la vez que
quedaba derogada la Enmienda Platt. Por el nuevo tratado de reciprocidad
se consagraba el sistema de tratamiento arancelario preferencial para
los artículos de un país importados por el otro, estos márgenes
preferenciales oscilaban entre un 20% y un 50% para un grupo de 35
productos cubanos y entre un 20% y un 60% para un grupo de 400
productos norteamericanos.
Este nuevo tratado ha sido objeto de las más encontradas valoraciones.
Considerado por muchos como un mecanismo de dominación neocolonial por
parte de EEUU en la medida que consolidaba la monoproducción azucarera
en detrimento de otras producciones nacionales y que, además, hacía
depender nuestro comercio de aquella nación. Sin embargo, otros han
considerado que el tratado contribuyó a sacar a Cuba de la depresión
económica en que se encontraba por cuanto permitió que se duplicaran los
precios del azúcar y se elevaran y estabilizaran sus cuotas de ventas a
los EEUU.
Con esto se logró un incremento de los ingresos nacionales favorecedor
para las producciones domésticas que, por tal motivo, no fueron
afectadas con el incremento de la importación de productos
norteamericanos. El cuadro que se ofrece a continuación pone de
manifiesto el incremento, tanto de las importaciones como de las
exportaciones entre los años 1934 y 1940 y el balance positivo de las
primeras sobre las segundas.
exportación
importación
1934........................................
107.746.000
73.418.000
1935........................................
128.022.000
95.464.000
1936........................................
154.847.000
103.215.000
1937........................................
186.071.000
129.572.000
1938........................................
142.678.000
106.007.000
1939........................................
147.676.000
105.862.000
1940........................................
127.288.000
103.860.000
Fuente: LE RIVEREND, J. Historia económica de Cuba. Editorial Pueblo y
Educación, La Habana, Cuba. Cuarta edición, 1974.
En el plano económico resultó de gran importancia la Ley de Coordinación
Azucarera de 1937 mediante la cual se creó un fondo de protección al
pequeño colono constituido por un máximo del 2,5% de la zafra azucarera
total del país con la finalidad de garantizar que todos los colonos
pudieran moler hasta 30,000 arrobas de caña. Esta Ley fijó una escala
salarial para los obreros agrícolas que incluía un salario mínimo,
asimismo creó una Comisión de Arbitraje Azucarero integrada por un
delegado del Gobierno, uno de los hacendados y otro de los colonos y
prohibió a los comerciantes establecidos en los bateyes[1] de los
ingenios vender sus artículos por precios superiores a los de los
establecimientos similares del centro de población más cercano. En la
esfera económica internacional fueron firmados convenios comerciales con
Chile, Italia, Inglaterra y Portugal
En el terreno laboral se adoptaron dos importantes disposiciones que
favorecían la situación de la mujer, una de ellas fue el establecimiento
del Seguro de Maternidad Obrera y la otra fue el Decreto nº 1024 de 27
de marzo de 1937 que establecía el Reglamento del Trabajo de La Mujer.
Esta norma fue muy avanzada para su época pues establecía que "las
condiciones de trabajo de la mujer deben ser iguales a las que rigen
para el hombre, en todo lo que tienda a favorecerla", lo cual conllevaba
el reconocimiento expreso de la igualdad en lo que respeta a la
retribución en trabajos similares y en tal sentido preceptuaba que "el
pago del salario debe hacerse atendiendo a la naturaleza del trabajo y
no teniendo en cuenta el sexo de los trabajadores." Asimismo prohibía el
empleo de mujeres en trabajos perjudiciales para la salud y, por otra
parte, le daba preferencia en determinados empleos.
En el plano económico, los primeros años de la década de los 40 muestran
un incremento de la producción de aquellos renglones básicos de la
economía cubana: azúcar, café y tabaco cuyos precios también
experimentaron alzas. En cuanto al azúcar, los precios topes pasaron de
1941 a 1944 de 3.5 a 3.75 centavos la libra de crudo, por su parte el
tabaco de $60.69 las cien libras en 1943 pasó a $109.04 en 1944,
mientras que las exportaciones, en igual período casi se triplicaron: de
65.918 a 181.313 millares. La producción de arroz se duplicó aunque a
pesar de ello sólo cubría una pequeña parte del consumo nacional. En
general se experimentó una importante subida de las exportaciones que
pasaron de $182,391,000 en 1941 a $433,095,000 en 1944.
Por otro lado, el aumento de los ingresos del país unido al hecho de que
por las circunstancias bélicas se produjera una disminución de las
importaciones norteamericanas favoreció la creación de una serie de
industrias nacionales, entre ellas, la de conservas.
Durante los cuatro años de gobierno del presidente Dr. Ramón Grau San
Martín (1944 a 1948) continuó la prosperidad económica iniciada en la
etapa anterior. Su programa político estaba encaminado a aprovechar esta
coyuntura favorable para promover la diversificación agrícola, la
calidad del ganado, la repoblación forestal, y la producción minera
mediante las ayudas necesarias para su desarrollo, así como a estimular
las producciones industriales del país a través de medidas tales como
las rebajas de impuestos para las industrias que utilizaran materia
prima cubana. Asimismo incluía un plan de obras públicas.
Lamentablemente la corrupción administrativa estuvo presente en la
materialización de tan buenos propósitos impidiendo, por tanto, alcanzar
los éxitos deseados y contribuyendo al desprestigio del presidente.
Las exportaciones también crecieron notablemente en este período: de
$409,924,000 en 1945 a $709,872,000 en 1948 y aunque las importaciones
también crecieron de $238,936,000 en 1945 a $527,456,000 en 1928, la
balanza comercial incrementaba su saldo favorable.
En estos cuatro años las exportaciones per cápita cubanas se situaron
como las segundas de América Latina (después de Venezuela) llegando a
alcanzar los $118.80. El ingreso nacional se incrementó en tres veces y
medias respecto a 1939. Las reservas en oro, plata y dólares ascendían
en 1947 a $402,000,000 mientras que en 1939 sólo alcanzaban los $25,000,000.
La producción azucarera cubana continuó estimulada por las carencias de
este producto en el mercado, como consecuencia de los años de guerra.
Ello determinó un aumento progresivo de nuestras zafras que de
3,454,983 toneladas en 1945 creció hasta 5,876,761 en 1948, la más alta
de su historia. A ello debe añadirse que fue corregida la política de
venta de este producto a los EEUU a precios estables siendo sustituida
por la aplicación de una escala móvil basada en la correlación con los
índices de los precios de los productos que Cuba exportaba a ese país.
En el sector industrial, a pesar de que la política de estímulo a la
industria nacional no resultó ser la más satisfactoria, se produjo un
desarrollo que abarcó ya no solamente la ampliación de las industrias
existentes sino la creación de otras nuevas tales como fábricas de
leche condensada, de bebidas y cerveza, fábricas textiles, de neumáticos
y de materiales para la construcción.
En cuanto a las inversiones extranjeras cabe señalar que durante este
período las norteamericanas acusaron una importante baja reduciéndose
prácticamente a la mitad de la cifra que habían alcanzado en 1929. Algo
similar sucedió con las inversiones inglesas que de 45,700,000 libras
esterlinas que alcanzaban en 1927 bajaron a 27,400,000 en 1945.
Antes de finalizar esta breve reseña de las cuestiones económicas más
importantes de este cuatrienio ha de señalarse que en octubre de 1947
se adoptó, en Ginebra, el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio del
que Cuba formó parte desde el primer momento y como consecuencia del
cual quedó suspendido el Tratado de Reciprocidad Comercial con los
Estados Unidos -aunque se mantendrían aranceles preferenciales en
algunos productos- y se incrementaron las cifras de intercambio
comercial con los países de Europa. En tal sentido, las negociaciones de
Torquay, en Gran Bretaña en las cuales participó Cuba, abrieron nuevas
posibilidades para el ensanchamiento de nuestros mercados de
exportación. En suma que, al amparo del Acuerdo General sobre Aranceles
y Comercio nuestro país tuvo la oportunidad, por un lado, de obtener
protección arancelaria para algunas industrias nacionales, entre ellas
la textil y, por otro, de firmar convenios comerciales con Alemania,
Canadá e Inglaterra.
En el período comprendido entre 1948 y 1952 la principal industria
nacional continuó siendo el azúcar que, a pesar de los excedentes
acumulados en 1950, logró recuperarse como consecuencia de la guerra de
Corea que propició un aumento de las compras de este producto por los
Estados Unidos. En el año 1952 Cuba produciría su mayor zafra la cual
alcanzó las 7,011,637 toneladas de azúcar.
La industria textil experimentó un auge debido a las medidas
proteccionistas adoptadas por el gobierno. También se desarrolló la
producción de nylon y de neumáticos para automóviles. En la agricultura
se experimentaron crecimientos en toda una serie de cultivos tales como
el café, el tabaco, el arroz, el maíz, las papas, el cacao, el maní y otros.
Con la participación de capitales cubanos invertidos en bonos, la
Comisión de Fomento Nacional emprendió un programa de construcción de
carreteras y acueductos, de dragado de puertos, de construcción plantas
de refrigeración destinados fundamentalmente a poblaciones pequeñas.
Un hecho de enorme importancia fue la creación del Banco Nacional como
institución autónoma de crédito, mediante la Ley 13 de diciembre 23 de
1948. Este comenzó a operar en abril de 1950 y su creación se debió en
gran medida al incremento de las inversiones por parte de los
capitalistas cubanos, fenómeno éste que se venía manifestando desde
finales de la Segunda Guerra Mundial. Correspondería a esta institución
centralizar las reservas monetarias del país y regular el crédito, así
como actuar como agente financiero del Estado.
Al finalizar el año 1950, Cuba tenía un total de reservas de dólares
ascendente a $530,000,000, lo que la situaba en la segunda posición de
América Latina superada sólo por Brasil. En el año 1951 dejó de circular
en Cuba la moneda norteamericana,[2] que a través de los años circulaba
a la par que la moneda cubana, quedando sólo en circulación esta última,
lo cual contribuyó a dar un mayor nivel de respaldo a nuestra banca
nacional la cual contaría en 1955 con un total de 48 oficinas
principales y 189 sucursales en toda la Isla.
En el año 1950 se creó el Banco de Fomento Agrícola e Industrial de
Cuba como una institución de carácter autónomo aunque en algunas de las
decisiones de mayor importancia debía someter sus acuerdos al Banco
Nacional. Su objetivo era estimular el desarrollo de los sectores tanto
industrial como agropecuario mediante la creación y fomento de las
facilidades financieras para el desarrollo y diversificación de la
producción. Para ello instrumentó la concesión de créditos no sólo
mediante garantías hipotecarias sino también mediante la prenda sin
desplazamiento de instrumentos y aperos de labranza, animales, etc.
Esta institución contribuyó no sólo a la ampliación del crédito
agrícola sino también el industrial en operaciones encaminadas a la
compra e instalación de maquinarias, a la adquisición de inmuebles y
otros fines de carácter industrial.
Las inversiones extranjeras continuaban en un proceso de declive,
incluso en el sector azucarero en el que a pesar de seguir teniendo una
posición dominante, su participación en 1952 era un 32% menor que en 1930.
PROPIEDAD DE LOS INGENIOS AZUCAREROS EN CUBA
EN 1939 Y 1952
Número de Ingenios Azucareros
Porcentaje con que contribuyen a la producción
Nacionalidad de los Propietarios
1939
1952
1939
1952
Estados Unidos
66
41
55.1
43.3
Cuba
56
113
22.4
54.5
España
33
6
14.9
2.0
Canadá
10
-
4.8
-
Reino Unido
4
-
1.4
-
Países Bajos
3
-
0.8
-
Francia
2
1
0.6
0.2
Fuente: Anuario Azucarero de Cuba.
Cuando se inicia la década de los 50, las reservas de en oro, plata y
dólares existentes en el Banco Nacional eran de 495.000.000$ y de
101.000.000$ en los Bancos comerciales, lo que ascendía a un gran total
de 596.000.000$. Esto colocaba a nuestro país, como segundo de América
Latina en reservas de dólares (el primer lugar lo ocupaba Brasil).
Asimismo, en esos momentos se ponía de manifiesto una disminución de la
importancia de las inversiones extranjeras en empresas nacionales, en
comparación con el auge que éstas habían manifestado en la década de los
años 20. Así, por ejemplo, en el año 1952, los intereses extranjeros en
la producción de azúcar habían descendido en un 32%, en relación con el
año 1930. La zafra azucarera de 1951 alcanzó 5.589.232 toneladas
españolas largas, equivalentes a 6.348.317 toneladas cortas inglesas y
en 1952 llegó a la cifra de 7.011.600 de toneladas largas españolas
En los años que preceden al triunfo de la revolución , período de 1952 a
1958, mientras que en la arena política el ambiente era convulso, la
economía cubana no acusaba síntomas de crisis. Pese a que durante este
período hubo contingencias desfavorables para la industria azucarera (de
1953 a 1957 se redujeron los precios del azúcar), otros sectores
acusaron alzas. Se produjeron aumentos en la producción agropecuaria y
en la producción industrial. Las inversiones, principalmente las del
sector privado, crecieron. El ingreso bruto real, en 1957, aumentó a un
ritmo del 13.3 %. Los siguientes cuadros ilustran lo antes expuesto.
PROPIEDAD DE LOS INGENIOS AZUCAREROS DE CUBA EN 1939 Y 1952
NACIONALIDAD DE LOS PROPIETARIOS
NÚMERO DE INGENIOS
PORCENTAJE CON QUE CONTRIBUYEN A LA PRODUCCIÓN
1939
1952
1959
1952
Estados Unidos
66
41
55,1
43,3
Cuba
56
113
22,4
54,5
España
33
6
14,9
2,0
Canadá
10
-
4,8
-
Reino Unido
4
-
1,4
-
Países Bajos
3
-
0,8
-
Francia
2
1
0,6
0,2
Fuente: : Anuario Azucarero de Cuba
De acuerdo con el censo ganadero del año 1952, Cuba contaba en esa fecha con
4.032. 000 cabezas de ganado vacuno, para una población que en esa
fecha no llegaba a los cinco millones de habitantes.
Durante la década que analizamos la banca cubana creció y se consolidó.
Mientras que hasta la segunda Guerra Mundial los bancos extranjeros
predominaban en el sector bancario, en el año 1955, los bancos cubanos
controlaban, el 60.2 % de los depósitos y el 58.6 % de todos los activos
bancarios.
La actividad industrial de esta década también manifestaba un buen nivel
de crecimiento.
VOLUMEN FÍSICO DE LA PRODUCCIÓN MANUFACTURERA
1952-1957
% de aumento o disminución
Unidades
1952
1953
1954
1955
1956
1957
56/57
57/56
Cemento (miles de tons).
418.7
405.4
420.1
462.6
613.2
650.8
32.5
6.1
INDUSTRIA QUÍMICA
Fertilizantes mezclados
181.4
102.4
116.3
138.4
192.3
265.6
38.9
38.1
Superfosfatos sencillos20%
29.573
26.890
34.515
31.437
35.070
37.213
11.6
6.1
Rayón viscosa (tons)
8.288
8.877
9.739
9.377
10.166
9.786
8.4
-1.8
Acido sulfúrico(tons)
24.281
25.967
31.909
27.471
32.204
32.184
17.2
-0.1
MANUFACTURA DECAUCHO
Neumáticos (miles unids.)
94.4
84.8
101.8
101.1
130.1
156.2
28.8
20.1
Cámaras
46.2
39.6
46.0
47.0
58.0
59.1
23.4
1.9
TEJIDOS DE ALGODÓN
Consumo aparente de algodón (tons)
6.718
5.055
9.569
6.916
7.797
8.976
12.7
15.1
ALIMENTOS Y BEBIDAS
Harina de Trigo (tons.)
30.327
67.257
48.203
49.145
66.309
64.887
34.9
-2.1
Cerveza (miles de litros)
143.7
116.4
120.2
117.9
120.5
129.2
2.2
7.2
TABACO
Cigarros puros
(Millones de unids.)
390.8
375.1
316.0
339.7
377.2
408.8
11.0
8.4
Cigarrillos
(millones de cajetillas)
560.9
546.3
584.8
583.9
596.2
622.7
2.2
7.2
Fuente: Estudio de América Latina. Cuadro 175, año 1957.
Se registraron incrementos importantes en la producción de fertilizantes
químicos, puros y cigarrillos, cervezas, calzado de cuero y cemento.
Cuba produjo en 1955, 800 mil toneladas de cemento y refinaba 85 600
barriles diarios de petróleo. Resulta interesante señalar que el índice
general de la actividad industrial no azucarera se elevó de 1957 a 1958
en un 7,2%.
En cuanto a la agricultura se produjo un aumento de la producción
destinada al consumo interno, principalmente resultaron importantes los
ascensos en la cosecha de arroz, café, plátano y patatas. Las
exportaciones de tabaco también se incrementaron alcanzando la cosecha
de 1957-58, un valor de 48.900.000 $, lo que significó un crecimiento
del 8.9% con relación al valor de las exportaciones del año anterior.
(1956-57).
PRODUCCIÓN AGROPECUARIA, 1949/51 – 1957/58
(miles de toneladas)
Producto
Promedio
1949/51
Promedio
1956/57
Promedio
1957/58
Maíz
236,9
185,0
190,0
Arroz pelado
82,3
172,5
200,0
Frijol
39,6
55,2
56,0
Maní
14,0
15,0
15,0
Bananas (miles de racimos)
5,068,3
6,500,0
6,600,0
Azúcar centrifugada
5,114,9
4,740,0
5,670,0
Piña
118,1
128,0
130,0
Tomate
103,9
105,0
110,0
Café oro
33,4
45,3
50,0
Tabaco en rama
33,8
42,0
44,0
Henequén
13,1
10,0
8,0
Papa
97,3
120,0
125,0
Ganado porcino (miles de cabezas)
592,1
648,0
654,0
Ganado bovino
491,7
518,0
522,0
Fuente: Consejo Nacional de Economía. Estudio Económico de América
Latina, 1958.
En el año 1957 la actividad económica cubana alcanzó los niveles más
altos del período de la posguerra. El producto bruto a precios
corrientes aumentó en más de un 11%, en relación con 1956, aunque
teniendo en cuenta el aumento de los precios, este crecimiento en
términos reales puede estimarse en algo más del 8 %. El ingreso real
bruto creció por encima del producto bruto a un ritmo del 13,3%, lo cual
se debió principalmente al aumento que se verificó en los precios de
exportación del azúcar.
Al margen de la situación política, la economía cubana en esta época
mostraba un ritmo de crecimiento ascendente en el cual se advierten, a
nuestro juicio, dos elementos muy significativos: por una parte, el
paso a manos cubanas de empresas que habían estado históricamente en
poder extranjero[3] y por otra, la diversificación de los mercados
azucareros a partir de la Conferencia Internacional azucarera de
Londres, celebrada en 1953, en la cual 44 naciones participantes
asignaron a Cuba 2 250 .000 toneladas con un nivel de precio que
garantizaban una buena utilidad para los productores.
GASTOS DEL PRESUPUESTO EN MILES DE PESOS[4]
Concepto
1940
%
1949/50
%
1951/52
%
Gastos Administrativos
$27,751
27,1
$62,910
27,7
$74,345
24,8
Gastos Sociales y Culturales
24,892
31,0
91,534
40.2
116,641
38.9
Desarrollo económico
4,010
5,0
26,881
11,8
60,754
20,3
Defensa Nacional
19,381
24,2
39,539
17,4
42,027
14,0
Deuda Pública
10,198
12,7
6,572
2,9
6,046
2,0
TOTALES
$80,323
100
$227,436
100
299,813
100
Fuente: Junta Nacional de Economía
DATOS DE LA EXPANSIÓN ECONÓMICA DE CUBA:
1949-1958
(En millones de pesos)
Años
Producto Doméstico Bruto
Producto Nacional Bruto
Producto Nacional Neto (al precio del mercado)
Ingreso Nacional (al coste de factores)
Ingreso Nacional per cápita
1949
1.846.8
1.782.3
1.683.0
1.508.5
280
1950
1.999.7
1.930.0
1.822.5
1.610.8
297
1951
2.392.3
2.321.3
2.192.7
1.943.7
352
1952
2.473.8
2.419.8
2.285.0
2.030.0
362
1953
2.130.8
2.100.0
1.983.0
1.753.2
301
1954
2.170.6
2.137.2
2.018.1
1.793.3
304
1955
2.269.2
2.228.1
2.104.1
1.865.6
312
1956
2.478.3
2.426.5
2.291.2
2.034.4
335
1957
2.835.5
2.764.8
2.610.8
2.320.5
376
1958
2.628.7
2.562.5
2.419.4
2.133.5
340
Fuente: Banco Nacional de Cuba.
Y como si los datos anteriores no fueran suficientes, podemos agregar
que cuando se produjo en los años 60 el denominado proceso de
"nacionalización" por parte del gobierno revolucionario, que no fue otra
cosa que un ilegal proceso confiscatorio, la Ley Nº 890/1960 dispuso la
nacionalización de las principales industrias del país propiedad de
empresarios cubanos, incluyendo toda la industria azucarera,
destilerías, jabonerías y perfumerías, fábricas de derivados lácteos y
de chocolates, de envases de pintura, la industria química, la
metalúrgica básica, las papelerías, la industria textil, molinos de
arroz, fábricas de productos alimenticios, tostaderos de café,
droguerías, tiendas por departamento, almacenes importadores, los
principales circuitos cinematográficos, industrias de la construcción,
las principales empresas operadoras de muelles y almacenes portuarios,
igualmente se disponía la nacionalización de las empresas de
ferrocarriles. Así, 376 importantes empresas de capital nacional pasaron
a integrar el patrimonio estatal.
Esta Ley significó la nacionalización de los sectores más importantes de
la economía nacional.
De lo expuesto no queda dudas de que la situación socio-económica de
Cuba era muy superior a la del resto de los países América Latina.
[1] Se conocen con el nombre de BATEY las poblaciones creadas alrededor
de los centrales azucareros.
[2] El curso legal de la moneda americana en Cuba fue autorizado
mediante la Proclama de 28 de diciembre de 1898 del Presidente de los
Estados Unidos durante la primera intervención norteamericana.
[3]Este proceso se refería no sólo a empresas norteamericanas sino a
inversiones de otros países, ejemplo de lo cual lo constituye la
adquisición en 1953 por parte del Gobierno cubano de los activos de
Ferrocarriles de La Habana, que eran de propiedad Británica, los cuales
pasaron a la empresa Ferrocarriles Occidentales de Cuba S.A, controlada
por el Estado.
[4] En esa etapa el peso cubano tenía un valor equivalente al dólar
norteamericano.
* Dra. Luisa Rodríguez Grillo, Prof. Universidad Carlos III de Madrid
http://www.lanuevacuba.com/archivo/luisa-rodriguez-grillo-6.htm
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