Publicado el 01-26-2007
Camino incierto en Cuba
Expertos opinan sobre una transición y cambios en la isla luego que
muera Fidel.
Maribel Hastings
La Opinión
La eventual muerte de Fidel Castro no supondría necesariamente un caos
en Cuba o el éxodo masivo de cubanos hacia Estados Unidos. Eso opinan
expertos en el tema, quienes aseguran que ni a la Mayor de las Antillas
ni a los Estados Unidos les convienen escenarios caóticos.
Aclararon, sin embargo, que una cosa es predecir y otra será la reacción
de la gente cuando las especulaciones se hagan realidad. También dejaron
claro, que hay que tomar en cuenta que la transición de poder comenzó
desde que Raúl Castro, hermano de Fidel, asumió el mando tras la
operación intestinal del Comandante en Jefe.
"A ambos lados del estrecho de la Florida no hay deseos de provocar una
gran crisis de personas saliendo de la Isla en frágiles embarcaciones y
muriendo en alta mar, ni de cambios violentos que empeoren la situación
en Cuba", dijo a La Opinión, Stephen Johnson, experto en temas de
América Latina de la Fundación Heritage y ex funcionario del
Departamento de Estado.
"Se podría decir que ahora la pelota está en la cancha de Cuba más que
en la cancha de Estados Unidos", agregó refiriéndose a los posibles
cambios que pudieran gestarse en la Isla.
La interrogante es hacia dónde irá Cuba en términos políticos,
económicos y humanitarios. Aunque la transición temporal de poderes a
Raúl supone la continuidad que Estados Unidos rechaza para iniciar un
diálogo que permita resolver los diferendos históricos con la isla. La
Ley Helms-Burton de 1996 especifica que Estados Unidos no negociará ni
con Fidel ni con Raúl Castro.
Tras una visita reciente a La Habana, diez congresistas estadounidenses
retornaron sin poder reunirse con Raúl Castro.
Quien encabezó la delegación bipartidista del lado demócrata, el
congresista de Massachusetts, William Delahunt, indicó que de las
pláticas con funcionarios cubanos se desprende que Fidel no retomará el
poder para labores diarias.
Esos mismos funcionarios afirmaron que Castro no tiene cáncer ni ninguna
otra enfermedad terminal y que pronto aparecerá en público. Sin embargo,
informes del diario español El País, señalaron a inicio de la semana,
que la salud del líder cubano cada vez está peor.
Delahunt, quien como los otros legisladores que viajaron a la Isla aboga
por la flexibilidad del embargo, resumió lo que vio: "El funcionamiento
del gobierno, esa transición, ya ocurrió".
Los expertos coinciden
"No sabemos qué va a pasar cuando muera (Fidel Castro), pero todo parece
indicar que ha logrado su objetivo de una transición mucho más ordenada
de lo que muchos predecían", expresó Andrew Selee, director del
Instituto México y experto en América Latina del Woodrow Wilson Center
for Scholars.
"La percepción es que la muerte de Castro generará caos y una lucha por
la sucesión...Pero creo que la noticia será que no hubo grandes
cambios", predijo Selee.
Por su parte, Johnson aclaró que el caos puede surgir "si viene una
desintegración del régimen en el futuro, algo que por el momento no es
probable. Raúl ha demostrado que puede continuar reemplazando a su
hermano sin ninguna dificultad".
Pero cuando la gente comience a reclamar derechos y mejoras en los
estándares de vida, agregó, existe el potencial de caos. Momentos como
los que vivió Estados Unidos en 1980, cuando mas de 25 mil cubanos
salieron de la Isla por el Puerto Mariel, situación que Johnson asegura,
no se quiere volver a repetir.
Aunque Raúl iniciara una liberalización económica y no política,
advirtió Johnson, "los cambios, cuando comienzan, toman vida propia",
aunque sean paulatinos.
Así lo ve Julia Sweig, conocedora de los temas cubanos del Council on
Foreign Relations. En una reciente teleconferencia dijo que ve cierta
"vulnerabilidad" cuando muera Fidel, porque algunos en el exilio podrían
tratar de fomentar algún tipo de acción militar entre las dos naciones.
Esto ocurrió en 1996 cuando el gobierno cubano derribó dos avionetas de
la organización Hermanos al Rescate que ingresaron al espacio aéreo
cubano. Mark Falcoff, autor de 'Cuba After (Fidel) Castro' y 'Cuba The
Morning After', escribió que "desde hace algún tiempo en Cuba se ha
estado gestando una transición callada hacia lo que puede llamarse el
Raulismo, esto es, la sucesión bajo el hermano de (Fidel) Castro".
Mientras haya un Castro en el poder, añadió, es mejor que los cubanos
pospongan cualquier esperanza de un mejor futuro. Por ejemplo, dijo,
Raúl controla la milicia, el Ministerio del Interior (policía), así como
otros ministerios donde ha colocado a leales y familiares.
Aunque carece del carisma, la oratoria o la personalidad de Fidel, es
posible subestimar su poder, su talento para organizar y su realismo,
según Falcoff, quien es 'Resident Scholar Emeritus del American
Enterprise Institute'. Quizá Raúl opte por contar con la figura de un
primer ministro "aceptable" en Europa y América Latina, pero que no
suponga cambios drásticos en términos políticos, económicos y humanitarios.
Selee cree que es probable que Raúl considere una administración más
colectiva, donde representantes de otras generaciones participen de
forma más activa.
Pero a corto plazo "no veo grandes cambios", dijo, aún considerando que
a la administración republicana de George W. Bush le quedan dos años en
el poder y que el Congreso federal estará en manos demócratas.
"El tema de Cuba es tan políticamente sensible que no sé qué tanta
movilización vamos a ver de parte de los demócratas. Quizá veamos
intentos de liberalizar un poco el comercio, pero nada a gran escala, o
propuestas de cambios al sistema de visa", señaló Selee.
Johnson cree que el cambio de mando en el Congreso no altera la ecuación
de que no se levantarán las sanciones económicas contra Cuba, si no hay
pruebas de reformas reales de parte del gobierno. El mayor esfuerzo
hacia levantar las sanciones proviene de legisladores, en muchos casos,
a los extremos del espectro político y por diversas razones, pero los
demócratas y republicanos del centro "no están a favor de levantar las
sanciones".
"Quizá haya espacio para suavizar las reglas que tengan que ver con las
visas para familiares, viajes, el envío de dinero o de apoyo a
organizaciones de activistas", concluyó. © La Opinión
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