Brutalidad policial desencadena reacción popular
SANTIAGO DE CUBA, Cuba - 8 de enero (Rosa M. Montoya, APLO /
www.cubanet.org) - El pasado 27 de diciembre, en las cercanías del
mercado agropecuario, sito en Trocha y Cristina, ocurrió un hecho que
llama la atención.
Alrededor de las 11 y 30 de la mañana el joven Gerardo Morales Montoya
se dirigió en forma vulgar a una joven que transitaba por el lugar, lo
que molestó a los policías que custodian la zona. Inmediatamente la
emprendieron contra Morales, a quien trataron de esposar y conducir a la
estación de policía de Cristina y Calle 11.
Ante la protesta del detenido, uno de los policías sacó su tonfa y
comenzó a golpearlo, lo que irritó a algunos transeúntes, que de
inmediato arremetieron contra los policías, bloqueando su paso y
gritándoles esbirros y fidelianos asesinos -término no utilizado hasta
ese momento.
Después de transcurrido un tiempo más personas llegaron al lugar. La
trifulca aumentó y aparecieron refuerzos. Ante la presencia de más
policías el motín cobró nuevas fuerzas. Morales Montoya recibió la
solidaridad de sus conciudadanos, residentes en el barrio marginal Los
Cangrejitos.
El enfrentamiento duró hasta las 2 de la tarde, cuando la policía
finalmente pudo llevarse detenido a Gerardo Morales, quien ahora
enfrenta cargos por desacato, resistencia al arresto y desorden público.
Más allá de estos hechos, muchos opositores centran su análisis en el
hecho de que la población busca cualquier pretexto para enfrentar el
orden. Así ocurrió recientemente en Palma Soriano, cuando un grupo de
vecinos impidió el desalojo de una madre y su hijo.
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