Raúl Castro enfrenta males de transporte en Cuba
ANDREA RODRIGUEZ
Associated Press
LA HABANA - El presidente interino Raúl Castro y su recientemente
designado ministro de Transporte, Jorge Sierra, reconocieron el viernes
ante el pleno del parlamento la crítica situación de este sector en la
isla y ofrecieron mejoras para el año entrante.
"Prácticamente hemos estado a punto de que colapsara el transporte",
dijo Castro ante unos 500 diputados de la Asamblea del Poder Popular
reunidos para su última plenaria del año.
La falta de autobuses urbanos, el mal estado de los mismos, la carencia
de una periodicidad apropiada, la destrucción de las vías de
comunicación y las dificultades para trasladarse entre las provincias
suelen ser una queja constante entre los isleños, que terminan
contratando choferes y medios ilegales.
Castro, quien también es diputado, tomó la palabra para pedir al
ministro un balance de su área, pues junto con la vivienda "es uno de
los temas que más afectan" a la ciudadanía, manifestó.
Inmediatamente Sierra hizo un resumen de la situación e indicó que se
trabaja en la reestructuración y la reanimación del sector, para lo cual
se compraron unos 200 autobuses articulados (conocidos en la isla como
camellos), otros 50 del tipo normal de segunda mano y 300 escolares.
"En el 2007 se comenzarán a producir mejoras graduales", comentó Sierra,
quien detenta su cargo desde octubre.
El mandatario Fidel Castro no estuvo presente en la sesión y tampoco se
informó sobre su estado de salud.
El histórico líder de la revolución _también diputado_ delegó el poder
de manera interina en su hermano, el vicepresidente Raúl Castro, el 31
de julio por primera vez en 47 años.
Pese a todas las inversiones que se realizarán para el transporte
_incluso en el de carga y en ferrocarriles_ debe trabajarse también en
una mejor selección de los choferes, pues su ausentismo es enorme, y un
mayor control del cuidado que la sociedad da a los equipos.
Desde el triunfo de la revolución, la estatización de todos los medios
de transporte logró en Cuba un descenso en los precios para los pasajes
debido al alto subsidio, pero también una despreocupación y negligencia
de la gente con respecto a la infraestructura, y ésta se destruye sin
consecuencias para quien lo hizo.
Tanto Castro como Sierra exhortaron a revisar esos patrones
"subjetivos", pues si no se corrigen el monto de las inversiones habría
sido inútil en pocos meses, como ha sucedido hasta ahora.
http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/world/americas/16302430.htm
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