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Saturday, December 23, 2006

El peso de la verdad es y sera definitivo

El peso de la verdad es y será definitivo
Por Armando Betancourt Reina
Bitácora Cubana, 23 de diciembre de 2006, Prisión Cerámica Roja, Camagüey

Hace unos 7 meses fui detenido y acusado por un supuesto delito de
desorden público mientras cubría como reportero independiente un
desalojo masivo en el Reparto La Guérnica, aquí en Camagüey.

Me pregunto si la labor normal y pacifica de un reportero que cubre un
suceso es catalogada como un delito al punto de ser "castigada por ley";
¿cómo podríamos catalogar la acciones cometidas en contra de disidentes
pacíficos por parte de las llamadas "Brigadas de respuesta rápida"?

Al respecto me llamó la atención cuando hace unos días atrás escuché la
triste e indignante declaración de la opositora pacífica Noelia Pedraza
y de su hijo de 5 años Dani Daniel, ambos de Villa Clara, narrando las
atrocidades e insultos que recibieron de una turba pro castrista en
medio de un abominable acto de repudio.

Si fuera a aplicarse el delito de desorden público de una manera tan
severa como se aplicó en mi caso ¿no deberían encarcelar a todos los que
se prestan a actos tan denigrantes y chusmas? El desorden que se produce
en estos casos es considerable y abarca aspectos que traspasan la
clasificación de público entrando en aspectos personales.

En ese tipo de actos, además del desorden público se produce un desorden
social porque afecta el buen comportamiento y el respeto entre
conciudadanos dando lugar a las violaciones de Derechos Humanos, la
violencia, el odio y el rencor, toda vez que se vulnera la diversidad de
opinión y de ideología. Este tipo de desórdenes crea bases sólidas para
el estallido social en momentos en que se avecina un cambio de gobierno
y cuando es inevitable el establecimiento de la Democracia.

También se produce en este tipo de actos un desorden moral que afecta la
integridad física y moral y el prestigio de las víctimas que son
insultadas y humilladas en lo más hondo de su ser, alcanzando inclusive
a su familia. Quienes se prestan para estos actos primitivos no hacen
distinción de persona, pues no tienen sentido común y no quieren darse
cuenta de que con ello están aniquilando su propia dignidad y negociando
su moral a cambio de mezquindades, llegando casi hasta los extremos de
la condición humana.

Hay que hacer mención de las severas afectaciones psicológicas que estos
actos causan a los niños quienes en su inocencia no pueden comprender
cabalmente lo que está ocurriendo y se preguntan sin conseguir
respuestas ¿por qué insultan a su mamá y demás familiares? y entran en
pánico. También se afectan los niños convocados para repudiar,
aprendiendo una conducta que los marcará para siempre con rasgos de
sentimientos como el odios el desprecio y la violencia.

Los verdaderos protagonistas son en primer lugar la Seguridad del Estado
que es quien convoca y dirige, además la policía nacional y elementos
que sí son realmente antisociales y manipulables como la Directora de la
escuela donde estudia el niño de Noelia.

En tal sentido la supuesta defensa de los Derechos Humanos y de amor a
la niñez del gobierno cubano no son más que hipocresías y manipulaciones
propagandísticas, pero el peso de la verdad de la disidencia es y será
definitivo.

http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=3616

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