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Tuesday, August 29, 2006

Mas fuerte y mas oculto

SALUD PUBLICA
Más fuerte y más oculto

Odelin Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba - Agosto (www.cubanet.org) - La primera campaña contra
el dengue hemorrágico en Cuba se produjo a principios de los 80. El
sufrimiento y la muerte exacerbaron el tono político del régimen. Más de
cien personas murieron, la mayoría eran niños. Era prioridad descubrir
el origen de la enfermedad. Otra vez "los enemigos de la revolución"
cargaron con la culpa.

Luego sucedieron otras campañas. Los medios informativos sólo mostraban
mensajes de prevención o señalaban cómo eliminar los vectores. La cifra
de contagiados y fallecidos apenas se divulgaba. Se repetía lo mismo:
guerra bacteriológica. Su protagonista, el mosquito Aedes aegipty,
transmisor de la enfermedad.

La epidemia se hizo más fuerte en la última década. Cada brote es peor
que el anterior. La pésima higiene en las ciudades es el escenario
propicio para que se desarrollen los transmisores de la enfermedad. En
la basura acumulada en las calles durante semanas y en solares yermos se
localizan los principales depósitos con criaderos de mosquitos, sobre
todo con las lluvias de verano

Las cifras de infectados en los meses de julio y agosto de 2006 va en
aumento. Hasta la fecha, las autoridades sanitarias no han informado
sobre la cantidad de casos.

Para contrarrestar la epidemia se utilizan abate, alcohol y bazucas de
fumigación de la campaña anterior, las que quedan. El abate y el alcohol
son utilizados para eliminar las larvas. Se dificulta el abate, el
alcohol nunca llega.

Las salas habilitadas para dengue hemorrágico en el hospital La
Covadonga, ya están cubiertas. En el Clínico Quirúrgico 10 de Octubre se
habilitaron cuatro pabellones y aún se esperan más casos. Se conoce de
otros 30 casos repartidos entre el Hospital Nacional y Julio Trigo.

No todos son hospitalizados, se registraron seis casos en Centro Habana,
dos en Habana Vieja, 31 en Luyano y 43 en Arroyo Naranjo. Estos datos
son revelados en reuniones a puertas cerradas, pero siempre se sabe,
solemos oír por la ventana. El objetivo es que no cunda el pánico en la
población.

La campaña contra los vectores es insuficiente. El Ministerio de Salud
Pública ha pedido ayuda a otros organismos estatales, principalmente con
personal de apoyo. Estos trabajadores son incorporados a la campaña. Las
bodegas y algunos mercados cierran los sábados hasta el mediodía para
cumplir con esta tarea de la revolución.

Más allá de la prevención, van en busca de la multa. Las multas
equivalen a cien pesos por cada depósito con larvas de mosquitos en los
hogares y 500 pesos por los patios enyerbados. En el caso de los
organismos del estado, ésta asciende a 1,500 pesos.

Los cubanos sabemos cómo escapar de las multas, nos sobornamos entre sí,
"pero con dignidad". Si incurres en no pagarla, caes en manos de la
justicia.

Hablando de justicia. Carmen, una inspectora de Salud Pública en Centro
Habana, detectó en el quinto piso del Tribunal Supremo de La Habana dos
tanques con larvas de Aedes aegipty. Había que hacer justicia en su
propio recinto. Carmen aplicaría una multa de 1,500 pesos. No hizo
falta. El jefe de servicio puso en manos de Carmen dos libras de aceite
y una jaba de arroz. Asunto resuelto.

En la campaña contra el mosquito, los jefes de zonas se encargan de
chequear los focos en hoteles, tiendas y otros centros recaudadores de
divisas en los municipios Centro Habana y Habana Vieja. Van en busca de
la multa, como todos. ¿A cambio de que? Sólo lo saben ellos.

El dengue llegó para quedarse, la falta de higiene es su principal
aliado. La multa es el mecanismo erróneo. La escasez de abate, alcohol y
medios de fumigación ya es típica de cada campaña. Por esto no se puede
culpar "a los enemigos de la revolución".

odelinalfonso@yahoo.com

http://www.cubanet.org/CNews/y06/ago06/29a7.htm

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