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Friday, June 02, 2006

La inseguridad ciudadana rural

AGRICULTURA
La inseguridad ciudadana rural
Antonio Alonso, PDCR

SANTIAGO DE CUBA - Junio (www.cubanet.org) - Los daños contra la
propiedad y las personas, ya sea por robo, asalto y demás componentes de
la violencia, hacen totalmente insegura la vida de las personas en el
campo cubano. La depauperación moral y económica son las principales
causas de este estado delincuencial, sin que las autoridades tomen las
menores medidas de protección y seguridad ciudadana.

Cuando me refiero a medidas, presupongo la investigación y
esclarecimiento de los hechos, porque realmente las medidas necesarias a
tomar son de carácter político, que aseguren un cambio en lo económico y
social dentro de la comunidad rural.

No hace falta ser sociólogo para determinar este comportamiento humano,
los jóvenes no tienen una infraestructura económica que les permita
obtener algún ingreso. La agricultura no resulta atractiva como fuente
de empleo, es muy rústica, atrasada y los salarios son prácticamente
irrisorios. De igual forma se comporta la parte privada, los bajos
precios que pagan las empresas estatales por los productos impide que
los propietarios de tierras puedan pagar salarios justos a sus trabajadores.

Las prisiones se mantienen llenas durante años, principalmente por
personas que han cometido hurto y sacrificio de ganado mayor, pero sus
actos delictivos en su mayoría están vinculados directamente con bienes
de la propiedad estatal. Las regulaciones legales para el sector privado
empiezan por multar a los propios dueños, so pretexto de que no
cumplieron con las normas de seguridad y protección para con los
animales. Más de tres robos de animales contra una persona lo llevan
automáticamente a la venta forzosa del resto de su ganado.

Los campos de Cuba se han convertido en el caldo de cultivo de la
delincuencia. En mi caso particular, contra mis bienes se han perpetrado
todo tipo de actos delictivos, que por su impunidad, puede asegurarse
que gozan de la anuencia de las autoridades gubernamentales. En los
cuatro últimos años, de forma consecutiva se han producido en mi finca
incendios muy raros e injustificados, que han puesto en peligro hasta la
casa de vivienda. Se ha quemado todo el pasto del ganado, muchas veces
se ha logrado sacar el ganado a punto de quemarse; se arruinaron por el
fuego las plantaciones de café y otros cultivos.

Los ataques contra mi propiedad incluyen la matanza en varias ocasiones
de los perros que custodiaban la casa, el robo de todos los utensilios
de cocina, las monturas para los caballos y de varios animales. El
pasado 12 de mayo me robaron una novilla, el 19 un buey y el 28 una
yunta de bueyes. Todos estos animales fueron sacados de su corral, que
está contiguo a la vivienda, mientras nos mantenían bajo un fuego de
piedras, por lo que el hecho se puede catalogar de robo con fuerza o un
asalto.

El lunes 20 de mayo acudí a hacer la acusación formal ante la PNR
(Policía Nacional Revolucionaria) y el Jefe de Sector, Teniente José
Angel Cleger, con una actitud altanera y prepotente me informó que hacía
tiempo que ya él había informado y según él me lo había hecho saber, que
no podía tener más animales, por lo que se presume que dentro de poco me
llegará la notificación de su venta forzosa al estado.

Así están las cosas por los montes y caminos de Cuba, y hoy, a la hora
de este recuento no puedo dejar de leer un artículo que como un tesoro
conservo de Carlos Quintela titulado: El campesino y el policía.

El campesino y el policía / Carlos Quintela
http://69.13.31.116/cooperativa/arti4.html

http://www.cubanet.org/CNews/y06/jun06/02a8.htm

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