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Thursday, May 04, 2006

Los secuestradores de la libertad de expresion

Los secuestradores de la libertad de expresión
Reporteros sin Fronteras, 3 de mayo de 2006.

Reporte Anual - CUBA

Día Internacional de la Libertad de Prensa : Reporteros sin Fronteras
publica el Informe Anual 2006, y la nueva lista de "predadores".

Reporteros sin Fronteras publica hoy su informe anual sobre el estado de
la libertad de prensa en el mundo. El documento, que trata 104 países,
esta disponible para descargar en tres idiomas (francés, inglés y
español). La organización también hace pública una lista de 37
predadores de la libertad de prensa.

Pocas veces había empezado tan mal un año para Reporteros sin Fronteras.
El 5 de enero de 2005 sentimos un escalofrío al conocer el secuestro de
Florence Aubenas, enviada especial en Irak del diario francés
Libération, y de su guía Hussein Hanoun. Todas las tomas de rehenes son
dolorosas. Sabemos hasta qué punto esas situaciones resultan penosas
para las familias, los allegados, los empresarios y los colegas de los
periodistas secuestrados. Pero, esta vez la noticia era aun más
insoportable. Florence Aubenas es una amiga de Reporteros sin Fronteras.
Siempre se ha movilizado con nosotros para defender a colegas
encarcelados o acosados, especialmente en Túnez. Tan solo habían pasado
unos días del regreso a Francia de Christian Chesnot y Georges
Malbrunot, y ya teníamos que volver a poner en marcha la maquinaria.
Pedir a todos los que se habían sumado al llamamiento por la liberación
de los dos periodistas que volvieran a empezar. Sin flaquear. Y nuestra
esperanza no se vio decepcionada. La movilización de todos fue
extraordinaria y finalmente Florence y Hussein fueron liberados el 11 de
junio, tras pasar 157 días detenidos.

Mientras tanto, en Irak secuestraron y luego liberaron a otros
periodistas, iraquíes y extranjeros. Guiliana Sgrena, Marie-Jeanne Ion o
Sorin Dumitru Miscoci son algunos de los nombres que nos ocuparon
durante el primer semestre del año 2005. Desgraciadamente, el fenómeno
no parece dispuesto a frenarse. Todas las semanas, iraquíes y
extranjeros son tomados como rehenes en Irak. Y, en el momento de
escribir estas líneas, es incierta la suerte de Jill Carroll,
corresponsal en Bagdad del periódico de Boston The Christian Science
Monitor, así como la de Rim Zeid y Marouane Khazaal, del canal local de
televisión Sumariya TV. También en estos casos nuestra movilización debe
ser ilimitada. Todos los días tenemos que recordar a los secuestradores
que la joven norteamericana, de 29 años, y sus dos colegas iraquíes no
han hecho otra cosa que su trabajo de periodistas, y que nada justifica
que tengan que pasar por esa prueba insoportable.

Pero la libertad de prensa no solo está en peligro en Irak. No lejos de
allí, en Beirut, los periodistas viven con el temor de los atentados. En
2005, Samir Kassir y Gebrane Tuéni, dos de las principales firmas del
diario An.Nahar, murieron en atentados con coche bomba. Y May Chidiac,
una presentadora estrella del canal de televisión LBC, resultó
gravemente mutilada en otro atentado. Ese país, el más respetuoso con
los derechos de los periodistas en el mundo árabe, corre el peligro de
caer poco a poco en la autocensura. Los cronistas políticos más
expuestos se atrincheran en sus casas, no atreviéndose a atacar de
frente a Siria, a la que muchos acusan de ser la responsable de la
violencia. Otros periodistas han optado por la vía del exilio,
refugiándose en Francia y en otros lugares.

La libertad de prensa tiene sus predadores

Reporteros sin Fronteras establece todos los años una lista de los
predadores de la libertad de prensa para que todo el mundo sepa quien,
en este mundo, ataca a los periodistas y a los medios de comunicación.
En 2005 creció este exclusivo club de los enemigos de la palabra libre :
el nuevo presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad estuvo a la altura desde
su llegada al poder, multiplicando declaraciones incendiarias y cerrando
periódicos moderados.

En ocasiones, algunos jefes de Estado, que ya estaban en funciones,
descubren un apetito inmoderado por la represión de las libertades
individuales. Ese fue el caso, a comienzos del año 2000, del presidente
de Zimbabue Robert Mugabe. Tras veinte años de gobierno relativamente
moderado, endureció el tono e hizo de su país un infierno para los
periodistas, y para todos quienes deseaban expresarse libremente. En
2005 fue el rey de Nepal, Gyanendra, quien tomó el relevo. El 1 de
febrero decidió atribuirse plenos poderes. En los meses siguientes, los
medios de comunicación -especialmente las numerosas radios
independientes- fueron censuradas por centenares, y los periodistas
detenidos llenaban furgones enteros.

En este comienzo de 2006 son otros los temores que se vislumbran en el
horizonte. Primero, la victoria electoral de Hamas en Palestina. El
movimiento islamista no es especialmente conocido por su tolerancia a la
crítica, y su amor a la prensa independiente. También las elecciones
generales en Haití y Perú podrían tener consecuencias, tanto positivas
como negativas, en la situación de la libertad de prensa en esos países.
En otos lugares, los cambios al frente de algunos Estados parecen
esperanzadores. En Ucrania, a pesar incluso de que todavía no han
desaparecido todos los reflejos autoritarios, el presidente Víctor
Yuchtchenko parece decidido a terminar con las prácticas liberticidas y
brutales de su predecesor. En Liberia, la elección de Ellen Johnson
Sirleaf, la primera mujer jefe de Estado en Africa, ha sido recibida por
todo el mundo como una buena noticia. La prensa de ese país, asolado por
varios años de guerra, al fin puede respirar.

El más asesino de los últimos diez años

2005 fue un año violento : al menos 63 periodistas y 5 colaboradores de
los medios de comunicación murieron en el mundo, y fueron amenazados o
agredidos más de 1.300 profesionales de la prensa. Unas cifras que no
eran tan altas desde 1995, cuando algunos grupos islamistas argelinos
intentaban atacar a todos cuantos no les apoyaran. Ahora, en algunos
países como Bangladesh, Filipinas, Nigeria o México, la violencia forma
parte de la cotidianidad de los periodistas. Con total impunidad.
Incluso si, en 2005, algunos "asesinos de periodistas" fueron
aprehendidos y condenados a penas de cárcel, ¿cuántos más siguen
campando a su anchas ? ¿Cuantos policías, militares, narcotraficantes,
miembros de grupos armados y criminales de toda especie siguen en
libertad, y saben que seguramente continuarán estándolo ? La impunidad
continúa siendo la principal plaga para los defensores de los derechos
humanos.

El exilio es uno de las consecuencias de esa violencia. La Casa de los
Periodistas, creada en París con ayuda de Reporteros sin Fronteras,
nunca se vacía. Concebida para acoger a periodistas que han escapado de
sus países, debería ser imitada en otras partes. En todos los lugares
-Londres, Madrid, Nueva York, Berlín, etc.- en los que se refugian
profesionales de la información, para escapar a la cárcel o a la muerte.

Con frecuencia, Reporteros sin Fronteras se entera de que a un
periodista se le da por desaparecido. Su familia, sus amigos, su
empresario, están sin noticias suyas, a veces desde hace varios días. La
incertidumbre es una prueba abominable para todos los que buscan un
indicio, una información. Para no olvidar nunca a Fred Nérac o a
Guy-André Kieffer, ni a nombres menos conocidos por el público en
general como Acquitté Kisembo, Alí Astamirov o Djamil Fahassi, hemos
creado una nueva sección, dedicada a este asunto, en nuestro sitio de
Internet http://www.rsf.org.

Nuevos objetivos en perspectiva

El encarcelamiento sigue siendo el método más utilizado por los
dirigentes autoritarios para silenciar a los periodistas. En todo el
mundo hay más de un centenar detenidos. A medida que pasan los años
tenemos la impresión de repetirnos, pero lo cierto es que las mayores
cárceles del planeta varían muy poco : China, Cuba, Eritrea, Etiopía,
Irán, Birmania...En esos países, un comentario acerbo, un adjetivo
demasiado fuerte o una información molesta, inmediatamente se califican
de "alteración del orden público", "sedición" o "amenazas a la seguridad
del Estado". Y se suceden las sanciones : cinco, diez, veinte años de
cárcel, en ocasiones acompañados de una privación de los derechos
cívicos. Con un doble objetivo : quebrar al autor de las líneas
incriminadas y atemorizar al resto, a quienes se sientan tentados por la
más mínima veleidad de ánimo crítico, de desobediencia.

Ningún medio de comunicación escapa a la censura. Ni siquiera los blogs,
que en 2005 adquirieron una magnitud extraordinaria. En Irán o Túnez,
por ejemplo, muchos periodistas privados de libertad en los medios de
comunicación tradicionales se han refugiado en la Web. Allí, los sitios
de Internet, las páginas personales y los blogs se han convertido en las
únicas fuentes informativas de oposición, o independientes. Pero los
censores están atentos. Y la Red se interfiere, filtra, controla y
expurga de las noticias más molestas. A este respecto, China ha
conseguido una amplia ventaja previa, pero hay otras naciones que van
disminuyendo su retraso.

Todas nuestras miradas están dirigidas al Sur o el Este. Pero también
tenemos que permanecer atentos a la libertad de prensa en el Norte,
tanto en Europa como en el continente americano. Naturalmente sería
estúpido querer comparar la situación de los periodistas birmanos con la
de sus colegas europeos. Pero, de todas formas, es necesario recordar
que no todo es perfecto en las democracias occidentales. La lucha por la
protección del secreto de las fuentes -que llevó a la cárcel a la
periodista norteamericana Judith Miller- está, más que nunca, de
actualidad. El debate sobre esa cuestión se mantiene abierto en Francia,
Bélgica, y otros países vecinos. Nos preocuparon los repetidos registros
efectuados en varios Estados miembros de la Unión Europea. Finalmente,
quizá tenga que ser uno de nuestros objetivos de mañana la concentración
de los medios de comunicación incluso a pesar de que, por el momento, no
parece haber tenido grandes consecuencias en la libertad de prensa y el
pluralismo informativo.

Las buenas noticias también existen

No sería honesto silenciar las buenas noticias. En primer lugar porque
las hay. Y también porque nos animan a continuar movilizándonos. La
liberación de un periodista, la reapertura de un medio de comunicación
censurado, la condena de un enemigo de la libertad de prensa,
representan otras tantas ocasiones de alegrarnos, de mostrarnos
razonablemente optimistas. En India, en la provincia de Aceh
(Indonesia), y en algunos países de América central, los medios de
comunicación trabajan cada vez con mayor libertad. Reporteros sin
Fronteras participó en la reforma de las leyes de prensa de Mauritania,
y espera hacerlo en Tchad y Camerún. México ha creado una fiscalía
especial federal para investigar los ataques a periodistas, dando
muestras de que es consciente de la gravedad de la situación.

Finalmente, el caso de las viñetas de Mahoma, publicadas en septiembre
de 2005 en un diario danés, ha demostrado que la libertad de expresión
está en el centro de las preocupaciones de todos. Aunque la definición
de este criterio difiere a menudo de un continente a otro, la crisis ha
revelado que nadie es indiferente a esta problemática. Y que situar en
primera línea a la libertad de prensa solo puede beneficiar a todos.

PDF - 1.4 MB
Informe anual 2006
http://www.rsf.org/IMG/pdf/informe.pdf

Reporteros sin Fronteras defiende a los periodistas encarcelados y a la
libertad de prensa en el mundo. La organización cuenta con nueve
secciones nacionales (Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, España,
Francia, Italia, Suecia y Suiza), representaciones en Abiyán, Bangkok,
Londres, Moscú, Nueva York, Tokio y Washington, y más de 120
corresponsales en el mundo.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/may06/03o5.htm

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