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Friday, March 24, 2006

La corrupcion viaja en camello

CORRUPCION
La corrupción viaja en camello

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba - Marzo (www.cubanet.org) - A la puerta de entrada de
los camellos sólo falta un rótulo que ostente la célebre frase de Dante:
"Abandonad toda esperanza". Yo agregaría "Prepárese a ver, oír, oler y
sentir cualquier cosa". Pero lo último que he comprobado en los avatares
de mis peregrinajes en camello, sobre todo en el M-6, ruta Vedado-El
Calvario, es la corrupción de los conductores y cobradores.

Evidentemente, usted argumentará que si el vehículo va en dirección al
Calvario, nada bueno se deberá esperar. Mas, lo que seguramente
desconozca es que el real calvario comienza antes de montarlo.

Para ir directo al tema, apuntaré a la cartuchera donde los cobradores
guardan el dinero recolectado por el pago de los pasajes de los
viajeros, en las que, muchas veces, faltan las monedas para dar el
cambio a quienes pagan con monedas o billetes de un peso y mayores
denominaciones. Simplemente, los cobradores alegan que no tienen menudo
- monedas fraccionarias- y como el precio del pasaje es de 20 centavos,
se quedan con el vuelto.

Así van las cosas. El lunes 13, cuando regresaba a mi casa, pude subir a
un camello en La Palma, a las 8 y 48 de la noche, y al pagar con un peso
la conductora, sin dejar de atender al joven con quien hablaba, me
espetó muy tranquila que no tenía vuelto para darme. Anoche, en el
camello # 652, en la misma parada y más o menos a la misma hora de la
noche anterior, el rotundo moreno cobrador, luego de pagar con un peso,
me dijo lo mismo.

¡Faltaba más! En ese momento recordé aquello de "agarra los centavos que
los pesos se guardan solos", y despojado de cualquier viso de timidez y
casi a voz en cuello le reclamé mis 80 centavos de vuelto. Mi reclamo
provocó que el cobrador replicara en tono ofendido que no tenía monedas
de veinte o cinco centavos para devolverme el sobrante, y yo me empeciné
en exigir mi vuelto. Los pasajeros más cercanos me apoyaron, con esa
fuerza que la desesperanza de haber sido víctimas alguna vez
proporciona, y el cobrador tuvo que pedirle al conductor las cuatro
monedas de veinte centavos que este último sacó de una bolsita que
guardaba debajo del asiento.

Entonces caí en cuenta de la triquiñuela preparada para despojar del
vuelto a los que no son aficionados a reclamar lo que es suyo.
Sencillamente, las monedas el cobrador se las va pasando al conductor
que las oculta en una bolsita y claro, en la cartuchera del cobrador no
hay monedas para el vuelto. De esta forma despojan al viajero de cuatro
veces el precio del pasaje.

Además, no dan comprobante. Entonces, ¿cuánto entregan a la caja cada
vez que terminan un recorrido? ¿O al final del turno de trabajo? ¿Cómo
se sabe cuántos pasajeros montaron y pagaron? Desde hace meses las más
altas autoridades cubanas pregonan la necesidad de luchar contra la
corrupción y el delito, sobre todo, económico. Han actuado en contra de
algunos corruptos en casos señalados, pero la falta de control en
lugares como el camello no ha sido eliminada. Esto causa mucho malestar
y disgusto en la población, pero el propio sistema ampara que ello
ocurra, pues como dijo un viajero, "De todas formas, si vas y protestas,
no pasa nada, ellos siguen robando".

http://www.cubanet.org/CNews/y06/mar06/23a8.htm

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