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Saturday, December 31, 2005

Censo demorado y contradictorio

SOCIEDAD
Censo demorado y contradictorio (I)

Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba - Diciembre (www.cubanet.org) - Los primeros datos sobre el Censo de Población y Viviendas efectuado en septiembre de 2002 por fin fueron escuetamente publicados en ediciones de los periódicos Granma y Juventud Rebelde el pasado 12 de noviembre. El Censo anterior se realizó en 1981, por lo cual el período intercensal fue de 21 años, casi el doble del de los llevados a cabo en la etapa republicana (ver Cuadro 1), y sólo inferior al lapso transcurrido entre los censos de 1792 y 1817 (ver Cuadro 1).

Cuadro 1
CENSOS REALIZADOS EN CUBA 1774-2002

CENSOS

PERIODO INTERCENSAL (AÑOS)

POBLACION TOTAL (MILES)

TASA MEDIA ANUAL DE CRECIMIENTO %

1774

-

171.6

-

1792

18

272.3

2.5

1817

25

572.3

2.7

1827

10

704.5

2.1

1841

14

1,007.6

2.6

1861

20

1,396.5

1.6

1877

16

1,509.3

0.5

1887

10

1,631.7

0.7

1899

12

1,572.8

- 0.3

1907

8

2,049.0

3.3

1919

12

2,889.0

2.9

1931

12

3,962.3

2.6

1943

12

4,778.6

1.6

1953

10

5,829.0

2.1

1970

17

8,569.1

2.2

1981

11

9,723.6

1.1

2002

21

11,177.7

0.7

FUENTES: Informes de los Censos Nacionales de 1981 y 2002

Los censos siempre han sido herramientas esenciales para el desarrollo de los países, más ahora, cuando las sociedades son más complejas y, por consecuencia, para su proyección demandan análisis más profundos y acuciosos, para lo que es indispensable una base de datos precisos y actualizados.

Las naciones, en su mayoría, realizan los censos en plazos intercensales de alrededor de 10 años, con el objetivo de tener una fuente informativa y un diagnóstico real de la sociedad en cuestión, que haga posible la adopción de políticas de desarrollo efectivas, dirigidas a corregir los problemas y propiciar el avance y la prosperidad.

Por ello resulta sorprendente la demora en realizar el último censo, máxime cuando se trata de un país que presume de poseer "un desarrollo planificado, armónico y proporcional". Tampoco es usual la tardanza -más de tres años- en brindar públicamente algunos de los datos recogidos, en una época en que, con el sensacional avance de la informática, las posibilidades de procesamiento de la información han alcanzado cotas inimaginables tan sólo unos años atrás.

De todas formas, las cifras ofrecidas -limitadas y en ocasiones dudosas- permiten hacer determinados análisis que dejan al descubierto graves problemas, los cuales ratifican que el futuro nacional está preñado de incertidumbre y peligros.

La población censada residente de forma permanente en el país fue de 11.177,743 habitantes, con una tasa media anual de crecimiento en el período intercensal de apenas 0.7%. Un porcentaje únicamente inferior a los arrojados por los censos de 1877, 1887 y 1899, que reflejaron los desastres producidos por nuestras guerras anticoloniales del siglo XIX, o sea, etapas de intensas crisis, hoy reeditadas de otra forma en la sociedad cubana. Incluso si se examina el comportamiento demográfico entre 1990 y 2002 puede apreciarse una tasa anual de crecimiento medio inferior al 0.4%, que indica una tendencia a la regresión de la población cubana en términos absolutos.

El virtual estancamiento demográfico se debe a la radical caída de las tasas de fecundidad y natalidad. La primera por debajo del nivel de reemplazo, menos de una hija por mujer; la segunda por una disminución radical desde niveles de alrededor de 33 nacimientos por cada mil habitantes a inicios de la década de 1960 a 11.3 en 2004.

Esto ha provocado un acelerado envejecimiento demográfico. En el censo de 2002 quedó registrado que las personas con 60 y más años representan el 14.7% del total de la población. Hoy este indicador es del 15.3%, con expectativas de seguir incrementándose como resultado fundamentalmente de la negativa combinación de tasas de natalidad muy bajas y el éxodo masivo de ciudadanos, en su mayoría jóvenes. Según las estadísticas disponibles, en el período comprendido entre 1999 y 2004 el saldo migratorio externo fue de -188,678 personas, monto equivalente -o superior- a la población de muchas de las capitales de provincia.

Como consecuencia, se espera que antes de 2025 la cuarta parte de la ciudadanía tenga 60 años de edad o más. Un desafío enorme para un país con sus potencialidades de crear riquezas, paralizadas por un capitalismo de estado inoperante, promovedor de la improductividad y la subutilización de los recursos, en especial los laborales.

Respecto a la vivienda, la cifra anunciadas de unidades de alojamiento fue de 3.534,327, que frente a 2.363,364 del censo de 1981 representa un crecimiento de 1.170,963 unidades. No obstante, si se suman las viviendas construidas entre 1981 y 2002, ambos inclusive, de acuerdo con los anuarios estadísticos oficiales (ver Cuadro 2) esto brinda un monto de 836,741 unidades nuevas, inferior en 334,222 unidades a la cifra derivada del censo de 2002.

Cuadro 2
VIVIENDAS CONSTRUIDAS EN EL PERIODO 1981-2002

AÑOS

CANTIDAD DE VIVIENDAS CONSTRUIDAS

1981-85

185,982

1986-90

194,470

1991-95

151,327

1996-00

241,697

2001-02

63,265

TOTAL:

836,741

FUENTES: Anuarios Estadísticos de Cuba. Comité Estatal de Estadística y Oficina Nacional de Estadísticas.

En adición a la interrogante causada por la citada diferencia, habría que añadir el por ciento del fondo habitacional desaparecido debido al efecto de derrumbes por mal estado de las edificaciones o producto de la incidencia de los fenómenos meteorológicos, desafortunadamente bastante frecuentes en Cuba. Sólo el huracán Michel destruyó totalmente 18 mil viviendas en 2001. Según el censo de 1981, el 50% de las viviendas registradas presentaban filtraciones y el 4.4% estaban apuntaladas.

El mantenimiento de las construcciones desde 1981 en modo alguno ha mejorado, permaneciendo el crónico déficit de recursos para reparar las viviendas. Al contrario, estos males se han reforzado, y se ha acelerado el deterioro del fondo habitacional, situación reconocida reiteradamente por altas instancias oficiales.

En un informe del Instituto Nacional de la Vivienda (INV) dado a conocer en junio pasado, se reconoció que el 43% del fondo está entre regular y mal estado, apreciación que algunos especialistas valoran como inexacta, al considerar que la situación real es más grave.

Los elementos expuestos demuestran la falta de sostenibilidad de la cifra de unidades de alojamiento presente en el censo de 2002. Igual sucede con el dato ofrecido acerca de que el 75.4% del total de viviendas tiene un período de construcción posterior a 1959. Un análisis pormenorizado de este porcentaje es innecesario para concluir que se trata de un lamentable "error" en la recogida y la compatibilización de los datos. Sólo un recorrido por cualquier ciudad o pueblo, en particular la capital, donde reside el 20% de la población cubana, para verificar lo desacertado de este indicador.

De toda esta información puede constatarse la carencia de credibilidad de que "…El promedio de personas por total de piezas de la vivienda es de 0.8%, y de piezas para dormir de 1.3, lo que revela que no hay hacinamiento a nivel nacional…" (Granma, 12 de noviembre de 2005). El segundo indicador, de haber sido cierto, significaría una reducción del 37% en relación con el dato correspondiente al censo de 1981. Una mejoría de ningún modo visible en Cuba, cuando se aprecia todo lo contrario: un deterioro habitacional aún más pronunciado, con una caída radical en el número de viviendas construidas en los últimos años.

Censo demorado y contradictorio (II y final)

Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, Cuba - Diciembre (www.cubanet.org) - Un tema controvertido en las cifras del Censo de Población y Viviendas de 2002 es el racial. El porcentaje de población mestiza publicado con respecto al total es de un 24.9%. Un incremento del 3% respecto a igual indicador del censo de 1981 (ver Cuadro 3). Este porcentaje parece poco creíble si se observa con detenimiento la composición étnica de los habitantes de la Isla en las calles, plazas, escuelas y centros de trabajo.

Cuadro 3
POBLACION CUBANA POR COLOR DE LA PIEL EN POR CIENTOS

RAZA

CENSO 1981

CENSO 2002

DIFERENCIA

Blanca

66.1

65.0

-1.1

Negra

12.0

10.1

-1.9

Mestiza

21.9

24.9

+3.0

FUENTES: Censos de 1981 y 1982.

Además, hay que subrayar que a partir de 1959 se produjo una fuerte corriente de emigración, fundamentalmente de personas de raza blanca, tendencia que ciertamente ha variado en alguna magnitud en los últimos tiempos con el incremento de emigrantes negros y mestizos.

El principal polo de recepción de ciudadanos cubanos ha sido Estados Unidos de América, donde en la actualidad reside una población de origen cubano de alrededor de 1.4 millones de personas, un 85% de las cuales se estima que son blancas, según cálculos basados en las estadísticas de esa nación.

Esta situación podría haber estado compensada por un alto índice de natalidad de la población blanca superior a la de negros y mulatos, pero eso no es real. De acuerdo a datos del propio censo de 2002, la natalidad del sector poblacional mestizo es superior, lo cual hace más inverosímil los indicadores raciales presentados.

La incertidumbre sobre los datos del censo se incrementa con el análisis de las cifras relativas a la desocupación de la población económicamente activa declarada en el censo de 2002 (ver Cuadro 4), de 303.6 miles de habitantes con respecto a la existente en 1989, hecho contradictorio cuando la población total, la comprendida entre 15 y 60 años y la de 15 y más años es superior en 2002.

Cuadro 4
POBLACION CUBANA POR CATEGORIA DE EDAD Y PEA (miles)

AÑO

TOTAL

Entre 15 y 60 años

15 y más años

Población económicamente activa

1989

10,468.7

6,795.2

8,106.1

4,728.2

Censo 2002

11,177.7

7,242.2

8,881.4

4,424.6

FUENTES: Censo 2002, CEPAL, Anuario Estadístico 1989.

En cuanto al estado educacional de la población, los datos del censo de 2002 confirman lo ampliamente conocido: existe un relativo alto porcentaje de personas con relevantes cotas de instrucción, alcanzándose en general un nivel significativo a escala regional.

Los ciudadanos que han terminado estudios de educación superior son 712,672, y con formación técnica y profesional 1.503,443. Estas cifras dan por resultado índices de 80.2 y 169.3 especialistas por mil habitantes con más de 15 años, respectivamente. En el caso de las Ciencias Agropecuarias, el país tiene 41,724 graduados de nivel superior y 180,755 en educación técnica y profesional.

La nación pudiera sentirse orgullosa y confiada en el futuro con ese significativo capital humano que tantos recursos materiales, financieros y humanos ha costado para formarlo. No obstante, los resultados económicos y sociales obtenidos en modo alguno se corresponden con la fuerza técnica y profesional disponible, por existir una espectacular subutilización de este valioso factor productivo.

La considerable fuerza técnica disponible en las Ciencias Agropecuarias resulta una real acusación a la pésima utilización de los recursos humanos, pues en vez de incrementos en la producción de alimentos lo que existe es mayor escasez, y la oferta disponible, esencialmente, proviene del exterior cuando, además, enormes extensiones de tierra cultivable permanecen ociosas o con rendimientos agropecuarios ridículamente bajos.

Mucha de la información recogida en el censo de 2002 lamentablemente permanece sin publicar. Por ejemplo, la tenencia de los equipos electrodomésticos en los hogares, los principales padecimientos físicos de la población, y detalles más precisos sobre el estado constructivo de las viviendas. Debe tenerse en cuenta que ya han transcurrido más de tres años desde la fecha de toma de datos, y si continúa pasando el tiempo, las cifras perderán validez y sólo podrán poseer valor testimonial.

En resumen, el censo de 2002, además de ser uno de los más demorados en la historia de Cuba, muestra gran variedad de contradicciones que le restan legitimidad. Las estadísticas parecen no escapar a la crisis general que durante años se ha evidenciado en la vida nacional.

El descrédito de la información estadística oficial ha alcanzado niveles internacionales. Ya prestigiosas entidades de la Organización de Naciones Unidas (PNUD, CEPAL) no publican datos provenientes de las autoridades de La Habana.

El demorado censo de 2002, al parecer, merecerá también esa carencia de credibilidad. Es una lástima que el trabajo y el esfuerzo realizados por tantas personas tengan ese destino.

http://cubanet.org/CNews/y05/dec05/28a7.htm

http://cubanet.org/CNews/y05/dec05/29a9.htm

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