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Thursday, December 28, 2006

Rajoy respalda al cirujano que fue a Cuba a ver a Castro

28/12/2006 | VIAJE A LA HABANA
Rajoy respalda al cirujano que fue a Cuba a ver a Castro

El presidente del PP, Mariano Rajoy, salió ayer en defensa del cirujano
español José Luis García Sabrido, que el pasado fin de semana se
trasladó a La Habana a examinar a Fidel Castro, como adelantó este
diario. Rajoy se desmarcó de las críticas vertidas el martes por la
presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y consideró
"lógico" que el jefe de Cirugía del Hospital Gregorio Marañón atendiera
la petición de ayuda del Gobierno cubano.

"Yo creo --dijo Rajoy-- que cualquier persona normal entiende que cuando
alguien pide ayuda y se le puede prestar, lo lógico es que se le preste,
sea la persona que sea". El líder popular reveló que conoce
personalmente al doctor García Sabrido desde que este, hace algunos
años, lo operó de una hernia inguinal.

"Creo que es un buen cirujano, porque yo, de momento, sigo por aquí
--confesó--. Espero que por muchos años y que ustedes me vean", bromeó.
En Cuba se ha desatado una nueva ola de rumores sobre la salud del
presidente. Ahora se dice que ha sido trasladado de urgencia de un
hospital a otro, que su médico de cabecera ha sido apartado y que ya no
lo dejan ni acercarse al comandante; que lo han operado...

http://www.lavozdeasturias.com/noticias/noticia.asp?pkid=314601

1 comment:

Vagabundo said...

Madrid-La Habana: Encarnizamiento terapéutico

Realicé la especialidad en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, el antiguo Provincial -y menos antiguo Generalísimo Franco, como muchos de los pacientes de mayor edad aún le denominan. Los recuerdos de la etapa de residente son para un médico los más duraderos, y tengo entre los míos haber estado integrado en la monumental y caótica mole del mayor hospital de Europa, mastodonte dubitativo y en constante cambio. Por eso me viene ahora a la memoria cómo las políticas internas del Hospital siempre estuvieron vinculadas a obtener el plácet de los políticos “provinciales” (incluso antes de asumirse por las Autonomías las transferencia de la Sanidad, pues el "Provincial" no dependió nunca del INSALUD, sino de la Diputación de Madrid), y que la politización del Centro era de una variante más pragmática que ideológica. El ejercicio de la Medicina allí siempre estuvo amenizado por las pequeñas ambiciones, que eran el origen de una política patatera; en mis últimos años en el Hospital las guerras entre los diferentes Servicios y dentro de los mismos eran libradas siempre con la vista puesta en la Consejería.

García Sabrido, buen cirujano, estaba adscrito a la facción socialista del Hospital, como uno de los pocos leales a muerte a Sabando, último Consejero de Sanidad del PSOE. Creo que es plausible imaginar que haya sido la recomendación de Felipe González, que hacía llamar a Monclóa con frecuencia a los especialistas del Marañón más afines, la más determinante en la elección de Sabrido por parte de la Inteligencia Cubana como cirujano de máxima confianza para una intervención que ya no se prevé que sea mucho más que un embalsamamiento. Nuestro hombre en la Habana tendrá por delante un difícil papelón del que no puede salir más que escaldado. Ninguna decisión médica puede estar basada en la ética médica en medio del akelarre de la nomenklatura cubana, y no parece que al especialista le vaya a ser permitido sugerir un abordaje simplemente paliativo para tan terminal enfermo: no ha sido llevado a Cuba para eso. En esta hora, mucho más útil que su trayectoria de cirujano ha de serle su habilidad para la intriga -en la que tan ducho ha de ser todo jefe de servicio del Marañón- cuando tenga que desenvolverse entre las camarillas del Partido y toda decisión clínica tenga primero que superar el entramado de obstáculos que forman la obediencia castrense, las ambiciones soterradas, los odios intestinos, y el insuperable miedo a un futuro sin Jefe o a un Jefe sin futuro.

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