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Wednesday, May 10, 2017

Cuando algunos católicos en Cuba trataron de andar “Con la Cruz y con la Patria”

Cuando algunos católicos en Cuba trataron de andar "Con la Cruz y con la
Patria"
Este artículo forma parte de la sección cuyo tema central es lo que se
podría catalogar de "memorias de la revolución"
Eloy A. González, Miami | 09/05/2017 4:49 pm

"Viva Fidel Castro Ruz, con la Patria y con la Cruz".
"Anillo, redondel y aro… ese Padre sí está claro".
"Uno, dos, tres y cuatro… ese padre sí está claro".
Vítores al cura procastrista Germán Lence el 16 agosto de 1960.
Resulta equivocado y de un simplismo desastroso el tratar, de la manera
tan frecuente como se hace, el contencioso ocurrido entre la Iglesia
Católica y el recién estrenado gobierno revolucionario en Cuba. Esto en
los primeros años de la así llamada Revolución Cubana, cuando, unos
triunfantes guerrilleros se afincaban en el poder dejando a un lado los
ideales y propósitos que dijeron seguir; después de conducir una guerra
sobre dimensionada y objetable en el orden histórico en muchos aspectos.
No hay dudas que, al triunfo de la Revolución, y consolidándose una
dictadura totalitaria sin perder mucho tiempo, se produjo un
encontronazo entre la Iglesia Católica y el Gobierno que se apresuró a
instaurar el inédito dictador. Las medidas fueron del todo incongruentes
cuando se comenzó de inmediato a fusilar aduciendo que se estaba
haciendo justicia, esto, sin el debido proceso. Se intervinieron las
escuelas católicas y se lanzaron con todo sobre la única Universidad
Católica que había en el país; se reprimió y se usaron todo tipo de
descalificaciones contra el clero y los laicos católicos que fueron
objetos de represalias. Una Revolución que comenzó promoviendo el odio,
confiscando propiedades y bienes, llenando las cárceles de presos,
controlando la Prensa y cuestionando las elecciones libres. De los
sacerdotes dijeron que eran falangistas, para no decir batistianos y el
catolicismo pues, conservador y reaccionario. Uno de tantos vítores en
las calles decía: "Mi mamá no quiere que yo vaya a la iglesia/porque el
cura falangista me convierte en terrorista".
Resulta muy fácil buscan la confrontación, motivar a la población al
resentimiento, establecer las premisas de una lucha ideológica y tratar
de desplazar como actor primordial de la sociedad a la Iglesia; un tanto
comprometido por aquello de que con la iglesia hemos dado. Los hechos
pueden ser otros:
En los hechos, durante el periodo inmediato anterior y posterior al
triunfo de la revolución, esto es, desde el golpe de Estado perpetrado
por Batista, hasta algunos meses después de la declaración socialista de
la Revolución, el catolicismo adquirió facetas muy complejas que impiden
catalogar a los actores en grupos claramente delimitados con base a sus
posturas frente a la revolución. El punto de inflexión no fue
ciertamente la revolución, sino el carácter comunista que ésta fue
adquiriendo hasta definirse como tal. La pugna comunismo vs
anticomunismo puede ser y de hecho ha sido una perspectiva de lectura
recurrente desde la cual se ha abordado el estudio del papel jugado por
los católicos en Cuba revolucionaria.[1]
Precisamente uno de los factores que jugaron y tal vez aun juegan un
papel destacado dentro de las complejas relaciones Iglesia Católica-
Estado es la presencia de muchos católicos que, al inicio de la
consolidación del régimen, mostraron una fascinación rastrera por la
Revolución y sus líderes; todo esto tratando de busca un compromiso
social cuestionable ante un régimen que comenzó vulnerando los derechos
fundamentales. De esta acción degradante y sombría apareció en el
escenario nacional, tal vez antes de que las catervas triunfantes se
hicieran del poder, una organización o grupo de católicos pro castristas
denominado: Agrupación Cívica de Revolucionarios Cubanos "Con la Cruz y
con la Patria".
La creación y surgimiento de un movimiento que coordinara la labor y
dedicación revolucionaria de los católicos cubanos dentro de la
Revolución, parece haber sido una idea incubada desde los días de la
lucha insurreccional, entendiendo por esto el periodo de lucha en la
Sierra Maestra; pero tal vez fue antes. Una de las fuentes más
reveladoras de los eventos ocurridos entre la Iglesia Católica durante
la lucha insurreccional, y después, en los primeros años del
afianzamiento del régimen, es el libro que sustenta las notas del padre
paúl Hilario Chaurrondo de reciente lectura.[2]
Chaurrondo anota que el tiempo en que los asaltantes al Cuartel Moncada
pasaron en el conocido Presidio Modelo de Isla de Pinos fue una academia
de ideales. Es sabido que los revolucionarios hicieron de su estancia
allí actividad intelectual fecunda, donde se preparaban y establecían
las proposiciones de lo que sería una revolución triunfante y una
dictadura por crear. Funcionó una academia y una biblioteca, los
maestros no faltaron; tal vez en ese lugar se tramaron más de una idea
torcida de control y represiones futuras. Ideas como la de crear
organizaciones afines pudieran tener su origen en este prolongado
encierro de mentes proclives a la conspiración y el engaño. Dice el
prelado, quien los visito en el presidio, lo siguiente: "En aquella
soledad, que nada tenía de la tétrica escena montada por Castro, existía
una academia de ideales donde se estudió hasta las entrañas, pensando y
discutiendo sobre la Cuba futura, mientras se colocaban la aureola de
mártires".[3]
Las cuidadosas y precisas notas del Padre Chaurrondo, demuestran que la
Agrupación Cívica de Revolucionarios Cubanos "Con la Cruz y con la
Patria", no fue una organización que surgió de manera espontánea en el
momento de entusiasmo que se vivía después de la fuga de Batista y la
entrada triunfal del Máximo Líder junto a su séquito de barbudos a La
Habana. El prelado anota:
La idea de coordinar la acción de los católicos dentro de la Revolución
había surgido en la resistencia, junto con un movimiento de tendencia
humanista…, algunos sacerdotes trabajaban con ese movimiento a fin de
constituir una agrupación laica. Se hizo conocimiento a Fidel en la
Sierra de ello y este mando un agente para que organizase a los
católicos en la resistencia. La idea de Fidel no era que la Iglesia se
adhiriese oficialmente a la Revolución, sino que organizarse servicios
de ayuda y protección para las víctimas de la policía.[4]
El líder los quería de su lado, pero no con suficiente protagonismo como
para que, en su momento, le movieran el piso. Tal vez por aquello de
que: con los curas y los frailes, buenos días y buenas tardes; que bien
que fue educado por los jesuitas.
De manera que al triunfo de la Revolución estaban creadas las
condiciones para que una organización para eclesial, dentro de la
iglesia católica, asumiera el protagonismo que requerían tantos
católicos que se sumaron a la Revolución, sobre todo en el momento en
que estaban controlando todo el poder en el país; cuando aflora siempre
el oportunismo y la ruindad. La organización "Con la Cruz y con la
Patria", y muy vinculada con esta, la Unión de Católicos Revolucionarios
(UCR), ya eran parte de la Revolución que se decía de los humildes y
para los humildes.
Cómo se creó, trabajó y quiénes fueron los que participaron en esta
organización que parece venir de los tiempos de insurrección, es algo
que resulta difícil de determinar porque los datos escasean. Nada
encontramos en relación a la UCR. Contamos con una relación de las
personalidades más notorias de la organización "Con la Cruz y con la
Patria" o relacionadas con esta que consideramos de interés
mencionarlas. Estos fueron algunos prelados que influyeron: P. Lucas
Irutagoyena OFM, P. Guillermo Sardiñas, P. Andrés Valdespino, P. Juan
Ramón O'Farril, P. Eduardo Aguirre, Mons. Belarmino García Feíto, Mons.
Manuel Rodríguez Rozas. Pero lo importante aquí son aquellos sacerdotes
y laicos que participaron de manera directa y con notable protagonismo,
estos fueron: P. Germán Lence, P. Ignacio Baín, P. Ángel Gaztelú, P.
Moisés Arrechea y los laicos: Lula Hortsman (figura representativa),
Esterlina Milanés, José Márquez de la Cerra, Yolanda Appiani, Francisco
Menéndez, Antonio Pena Barberá y Antonio Pruna Lamadrid.
Esta organización se dedicó a promover la Revolución en un momento en
que se originaba, dentro y fuera de la Iglesia Católica, una lucha
ideológica y consecuente confrontación que alcanzaría su mayor auge con
la expulsión de los sacerdotes y religiosas de Cuba.
El sacerdote devenido en cronista, señala que la iglesia asumía el
silencio. Los franciscanos estaban decididos a defender la Revolución y
los jesuitas daban la impresión de no querer terciar en la lucha…[5].
¿Era esto una división dentro de la Iglesia?, desde luego que no.
La organización que nos ocupa dio muestra de una lealtad para con la
Revolución que, sin dudas, acarreó no pocas críticas de la mayoría del
pueblo católico cubano que ya no aceptaba de buena gana una Revolución
que les atacaba. Chaurrondo señala que "estos organizaron actos
religiosos de tinte político sin duda". Una misa por la salud de Fidel
Castro fue particularmente notoria, en un país donde los sicarios del
régimen ya se encargaban de modificarle la salud, fusilamiento de por
medio, a decenas de cubanos que comenzaban a disentir del régimen. El
prelado señalaba:
La organización Con la Cruz y con la Patria era un movimiento meramente
laico sin pretensiones de asociación piadosa. A pesar de no estar
controlados por la jerarquía funcionaban sin chocar con la Iglesia. En
Santiago tuvieron dificultades con Serantes. Pero en otros lugares
también enfrentaron problemas a causa de sus ideas. Uno de ellos surgió
con los católicos cuando los de la organización discutían sobre la
posibilidad de cantar el Himno del 26 de julio al entrar o salir de las
misas. Algunos sacerdotes comenzaron a alejarse de la agrupación
sospechando que la presidenta, Lula Horstsman estaba manejada por Vilma
Espín. Cuenta Gaztelu que habiendo tomado la institución cierta
disposición, esta señora dijo que para ejecutarla primero tenía que
hablar con Vilma.[6]
Los miembros se está organización consideraban que hubo cierto
asentimiento de la Iglesia al régimen de Batista, mostraban un discurso
anticlerical y denigraban a la jerarquía católica; y no dudaron en
considerar que aquellos laicos que ya mostraban su desacuerdo con la
Revolución lo hacían para desacreditarla.
En las notas del P. Hilario Chaurrondo, cuando habla del P. Germán
Lence, principal líder y promotor de la organización Con la Cruz y con
la Patria, este se refiere a que algunos veían a este religioso como el
futuro pontífice de una supuesta iglesia católica de Cuba, independiente
de Roma, la cual estaba en ciernes a pesar de la opinión adversa de
algunos.[7]
No es desacertado considerar que, en Cuba, ya en los primeros años de la
Revolución, se trató de repetir la experiencia de la China comunista al
tratar de crear una Iglesia católica oficial (patriótica) manejada por
el régimen. Esta iglesia está presente en China y es una iglesia
nacional, independiente y opuesta a Roma. Dependen de una organización
denominada Asociación Católica Patriota de China (CCPA). Tal vez las
mentes exaltadas y de inspirada conspiración de los líderes de la
Revolución, consideraron en su momento la idea de crear alguna
organización como esta de "Con la Cruz y con la Patria" apoyada en la
UCR, para convertirla en una asociación de católicos cubanos "patriotas"
que pudiera tener una versión para el laicado recordando la experiencia
de los "sacerdotes patriotas" polacos, también por supuesto
procomunistas. Pero veamos algunos otros argumentos al respecto:
Cuando el P. Juan Ramón O'Farril y el P. Eduardo Aguirre, quienes habían
cooperado con la Revolución, escapan de la Isla, uno de ellos supongo
que el P. O'Farril declaró ante una comisión del Senado de Estados
Unidos y aseguró que "Fidel le había llegado a sugerir la creación de la
Iglesia Católica Nacional sin relación con Roma".[8]
En una reunión con algunos representantes de la Iglesia Católica cubana
y el secretario de la Embajada de Estados Unidos en Cuba, el obispo
auxiliar Mons. José Domínguez señalaba lo siguiente: "Es muy posible que
los católicos pro Castro y los pocos sacerdotes revolucionarios que aún
quedan; declaren que la Jerarquía no les representa y funden su propia
iglesia sobre la estructura de la existente organización Con la Cruz y
con la Paria".[9]
Por último, una nota del escritor y traductor Roger R Fernández, por
aquellos días trabajando en La Habana , señalaba que "el gobierno
castrista creó el movimiento Con la Cruz y con la Patria para difamar la
unión católica y allanar el terreno para el establecimiento de una
Iglesia Nacional, responsable únicamente ante el gobierno
revolucionario"; agrega el intelectual que "el motor principal de este
movimiento lo fue Osvaldo Dorticós con dos de sus abogados, Héctor
Garcini Guerra y José Antonio Frías, quienes diseñaron el primer
documento que mostraría al mundo que la Iglesias Católica en Cuba estaba
dividida".[10]
No sabemos de los documentos constitutivos de esta organización ni en
qué circunstancias desapareció de la escena pública; tampoco sabemos que
suerte corrieron sus principales promotores. Pero sin lugar a dudas
existió una agenda conspirativa que pudo haber venido desde los días de
la academia en el presidio, los largos días de espera en medio de la
lucha insurreccional y después en los primeros años de la Revolución;
cuando se produjo el enfrentamiento con la Iglesia. Esa agenda u hoja de
ruta, más que crear una iglesia patriótica, de lo que se trató fue de
dividir y reprimir en todo lo posible a la Iglesia; todo esto en medio
de un escenario de confrontación ideológica que terminó con la
consolidación de la dictadura Castro comunista y la actitud de
sobrevivencia y dedicación adocenada de la Iglesia Católica durante
tantos años.
No surgió la Iglesia Patriótica, ni el P. Germán Lence fue cardenal
primado de esta. La Revolución atacó y manipuló en lo que pudo a la
Iglesia Católica con la misma dedicación con que lo hizo con toda la
sociedad civil cubana; hasta que llegamos a esta situación presente y
real de una Iglesia que no muestra ni va a mostrar una postura noble y
consecuente.

[1] Pedroza, B. I. (2016, Noviembre 20). Catolicismo y Revolución
Cubana. Retrieved April 29, 2017, from
http://www.pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/1080-catolicismo-y-revolucion-cubana
[2] Saludes, M. (2013). Hilario Chaurrondo: Entre Iglesia y Revolución.
Miami, FL: Alexandria Library.
Apuntes de un sacerdote paúl español en Cuba.
[3] Saludes-Chaurrondo, Op. Cit., p. 29.
[4] Saludes-Chaurrondo, Op. Cit., p. 57.
[5] Saludes-Chaurrondo, Op. Cit., p. 55.
[6] Saludes-Chaurrondo, Op. Cit., p. 58-59.
[7] Saludes-Chaurrondo, Op. Cit. , p. 60.
[8] Saludes-Chaurrondo, Op. Cit., p. 56.
[9] Uría, I. (2011). Iglesia y revolución en Cuba: Enrique Pérez
Serantes, (1883-1968) el obispo que salvo a Fidel Castro. Retrieved
February 29, 2017, from https://books.google.com/books. Editorial
Encuentro Madrid, p. 443.
[10] Fernández, R. R. (2013). Odisea hacia la oportunidad. Retrieved
February 29, 2017, from https://books.google.com/books…, Palibro, pág. 93.

Source: Cuando algunos católicos en Cuba trataron de andar "Con la Cruz
y con la Patria" - Artículos - Cuba - Cuba Encuentro -
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