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Tuesday, September 13, 2016

Yaíma Pardo - 'Vivo en el país que tengo en la cabeza, eso me salva'

Yaíma Pardo: 'Vivo en el país que tengo en la cabeza, eso me salva'
JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana | 13 de Septiembre de 2016 - 07:16
CEST.

Yaíma Pardo la Red, camagüeyana de origen, se niega a ser catalogada
como cineasta o documentalista. Con solo 36 años, el conjunto de su obra
la ubica entre los discursos estéticos más lúcidos de su generación. En
trabajos como Al final del camino, Pinero Pinero, Off line, Antígona y
La piel como lienzo, se devela a una autora que apuesta por la indagación.

¿Cómo se define entonces a sí misma Yaíma Pardo?

Lo que me interesa es comunicar a través de textos visuales; construir
textos visuales que a veces son cinematográficos, con más aspiraciones,
y otras veces son más sencillos, es decir, más periodísticos. Lo que me
interesa sobre todo es poner mis ideas en imágenes y tratar de que toda
persona las entienda.

Pienso que a veces, en la intención artística, se disgrega mucho y no se
llega a comunicar.

Quizás si el país estuviese en otra situación social yo podría utilizar
el arte audiovisual desde otra intencionalidad. Pero creo que urge más
la participación, la implicación, la indagación —ya sea desde el
periodismo o desde el arte— para exponer las ideas y defender lo que
queremos como nación.

Una asignatura pendiente para los jóvenes creadores cubanos es el
acercamiento al tema del empoderamiento de la sociedad civil. Para
restaurar la sociedad civil resultan necesarios cambios… ¿dónde los
ubicarías?

Lo primero que debe cambiar es dejar crecer a las personas, no coartar
el crecimiento personal. Que propicien educación y preparación para
lograr grandes intelectuales, o grandes artistas, o grandes deportistas,
o también personas sencillas con otros intereses en la vida, que puedan
hacer reales sus ideas o sueños individuales sin poner trabas a su
desarrollo. En la medida en que las personas puedan realizar sus sueños
de manera individual la sociedad cubana podrá crecer como un todo.

El cubano de 2016 no es el mismo de principios del 2000. Hemos cambiado
y esos cambios son el resultado de que estamos aprendiendo a exigir.
Muchos temas incluidos en los llamados "Lineamientos" surgieron por una
necesidad que teníamos los cubanos. Una necesidad de transformar
nuestras realidades, pero no se transforma una economía sin primero
transformar las relaciones y el pensamiento de las personas.

En Cuba los mecanismos de legitimación, tanto para el arte como para el
artista, son potestad exclusiva de las instituciones, que además se
encargan de crear, distribuir o disolver gremios. Ser independiente
supone, cuando menos, que eres un problema ¿Qué legitima a Yaíma Pardo:
sus estudios, un premio, su obra?

Intentos de querer enmarcarme me han sucedido. Cuando empecé a dirigir
en el ICRT [Instituto Cubano de Radio y Televisión] una de las preguntas
que me hacían era: "¿por qué quieres dirigir?". Se esperaba que yo
viniera de la FAMCA [Facultad de Arte de los Medios de Comunicación
Audiovisual] o de alguna otra institución que me avalara. Yo les
explicaba que lo importante era la vocación. Si tienes vocación y
talento para realizar y dirigir audiovisuales, nadie puede decirte que
sí o que no. Si tienes vocación y talento para escribir y hacer
periodismo, nadie puede decirte que sí o que no. Esas son decisiones
personales.

Puede existir un sinnúmero de razones para no haber estudiado en una
academia o escuela especializada: porque no pudiste acceder a una
carrera o porque no era una opción para ti en ese momento de tu vida.
Sin embargo, hoy existen software, tutoriales y un volumen de
información tremenda. Incluso la manera de comunicarse y de circular
toda esa información es diferente y puedes decidir qué y cuánto de esa
información te interesa procesar.

Considero que el hecho de enmarcarse y dejarse enmarcar es una
justificación para la inmovilidad. Ese no es mi caso. Yo siempre decido
qué hacer con mi vida.

Aunque tu obra aborda diversas aristas y zonas sociales, sobresale el
interés por dar voz a los jóvenes, visibilizar la relación de ellos con
el país y sus realidades actuales ¿Por qué insistes en narrar Cuba desde
la perspectiva de los jóvenes?

Porque los jóvenes somos un factor de cambio. No obstante, a lo largo de
mi trabajo he hallado a personas de todas las edades que quieren
transformaciones positivas para Cuba, y eso me alienta mucho porque
desmiente la idea de un perenne enfrentamiento generacional. No creo que
ahora mismo exista una confrontación generacional, sino conflictos entre
personas que están empoderadas y otras que no.

¿Qué pasa cuando siguen emigrando decenas de miles de jóvenes
profesionales, universitarios y otros que, teniendo la posibilidad de
una educación gratuita, no han querido estudiar ni graduarse de nada
porque están "fundidos"? Estas son preguntas que debemos replantear.

Me preocupa muchísimo que los jóvenes, incluso adolescentes, no quieran
quedarse en Cuba. Me aterra. Pienso que los jóvenes que nacimos a
finales de los 70 fuimos desterrados de toda la épica de la Revolución.
Para mí es una urgencia que contemos con todos para hacer una Cuba donde
la gente se quiera quedar y no tener como única opción de vida emigrar.

Por eso creo que vivo en el país del futuro: el país que tengo en la
cabeza no es el que existe. Eso me crea mis contradicciones, pero al
mismo tiempo me salva. Esto no significa que me conforme o distancie de
mi realidad.

Es inevitable hablar de la censura, o de las cuotas de libertad que
permiten las instituciones ante el discurso no complaciente ¿Has tenido
problemas a consecuencia del discurso que defiendes con tu obra?

Sí, me han llamado la atención y me han dicho la frase clásica: "este no
es lugar indicado". Pero me pregunto, por ejemplo, ¿la Asociación
Hermanos Saíz [AHS] no es el lugar indicado para hablar de los problemas
de nuestra sociedad y nuestra juventud?

Considero que he trabajado bastante porque no me he autocensurado y
porque personas dentro de las instituciones confían en la transparencia
de mis ideas. He dialogado para convencerlos de que mi trabajo es
necesario. Quizás por eso me hayan dejado avanzar y realizar mi obra;
pero tampoco mi forma de trabajar ha sido desde el enfrentamiento.

Me interesa lo que piensan las personas y lo reflejo en mi trabajo con
claridad. No hago nada que no represente a los cubanos que estamos
viviendo aquí en la Isla. Sí pienso en las consecuencias y el riesgo y,
por ende, me protejo con mis ideas, tras mi verdad y sus argumentos.

¿Cómo describirías tu relación con la realidad cubana a través del
trabajo creativo?

Mi primer viaje al exterior fue a Colombia en el año 2010. Me dediqué a
navegar por internet buscando y procesando información. Me pregunté:
"qué sería mi país con todas las universidades que tenemos, qué sería mi
país conectado masivamente". Y ese era uno de los debates que quería
plantear, cómo se puede participar, cómo se puede crear, cómo se puede
crecer a través de las redes sociales, cómo se puede progresar como país
también al estar conectado. De ahí nace la premisa de Off line.

Es cierto que en Cuba existen logros, pero a esos logros hay que sumarle
otros. Hay que seguir sumando derechos a la educación, a la salud. Y hay
que sumar otros derechos como la libertad de expresión y la capacidad
real de participación, de autonomía de las personas. Incluso hay que
cuestionarse si muchos de estos logros, si esas garantías del Estado
están llegando a todos por igual y si responden a las necesidades de las
personas.

¿Tienes alguna opinión sobre la Ley de Cine?

Lo que más admiro de la Ley de Cine es que se puede replicar. Es decir,
pueden hacer lo mismo los periodistas con la Ley de Prensa. A partir de
esta experiencia pueden surgir en Cuba leyes que se creen desde los
gremios. Esto me parece muy necesario y orgánico, porque no todas las
leyes pueden ser de arriba hacia abajo. Tienen que implementarse leyes
que partan desde las necesidades de las personas y desde sus experiencias.

Lo que esta ley pone de manifiesto es que muchas de las leyes
gubernamentales han caducado y hay que instituir normativas nuevas. Pero
no solo leyes de cine, sino de telecomunicaciones, de prensa… Las leyes
también son la expresión de las instituciones que dirigen un país… y lo
que expresan las leyes actuales es caducidad.

La creación de productoras independientes tiene que existir. No solo
productoras independientes de cine, sino de cuanta cosa las personas
quieran producir para aportar a la sociedad. Un país no se puede
desarrollar solo vendiendo pizzas y comida. No puede ser un país
sostenido solamente con una economía de servicios… la gente debe crear.

La iniciativa privada también tiene que estar disponible para
profesionales. Muchos abandonan el país porque no pueden ejercer sus
oficios en el sector privado. Por ejemplo, si un abogado quiere fundar
su bufete privado y defender a quien quiera debe poder hacerlo.

El Gobierno no puede seguir esperando a que quiten el bloqueo para
actuar a favor del desarrollo del país, hay decisiones internas que
están tardando demasiado. Creo que luchar por que todos los cubanos
tengamos acceso a internet es oxigenar a Cuba, es desbloquear a Cuba
también.

¿Cuba conectada después de Off line?

Creo que fui un poco ingenua. Pensé que Cuba, en su camino a la
conexión, traería más participación social. La manera en que se está
conectando no ha sido equitativa. Se instauró la WiFi en lugares urbanos
nada más y en las cabeceras de provincias, las zonas rurales han quedado
fuera, eso no es consecuente con el desarrollo que necesita nuestra
agricultura. No es justo ni es coherente tampoco con el proyecto social
que se defiende.

No permite la participación, ni permite ejercer el derecho a la
información, la comunicación y la creación a través de internet. Cuba no
va a crecer solo conectándose desde las empresas e instituciones
estatales, sino desde cada espacio donde un cubano quiera ejercer ese
derecho.

¿En qué proyectos estás involucrada actualmente?

Ando en dos proyecto. En una serie web que se llama Conociendo a… y
consiste en conversar con personas que están echando para adelante sus
proyectos por Cuba y desde Cuba, como periodistas independientes,
artistas independientes, personas emprendedoras que utilizan las redes
sociales para avanzar.

El otro es Entre cambios, que trata sobre los cubanos que estaban
estudiando en la Unión Soviética cuando se instauró la Perestroika.

Video:
https://www.youtube.com/watch?v=9tMQ2F0WnF4

Source: Yaíma Pardo: 'Vivo en el país que tengo en la cabeza, eso me
salva' | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cultura/1473698038_25259.html

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