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Friday, September 16, 2016

Para disfrutar del cine cubano que nunca existió… y mucho más

Para disfrutar del cine cubano que nunca existió… y mucho más
Las películas que por décadas el ICAIC no permitió que se volvieran a
exhibir
Carlos Manuel Estefanía, Estocolmo | 15/09/2016 10:51 am

Cuando era niño y no tenía clases veía como suma atención un programa
televisivo que se llamaba, si mal no recuerdo, Cine del Hogar. Allí se
presentaban películas realizadas antes del triunfo de la Revolución,
eran en su mayoría de origen argentino, mexicano o español, aunque si
mal no recuerdo también podía haber filmes norteamericanos,
fundamentalmente de la época del cine negro (1930-1950). Este espacio
constituía sin quererlo la puerta a unos códigos ideológicos y éticos
que nada tenían que ver con los que poco a poco iban dominaban el nuevo
cine cubano, por no hablar de los que regían la cinematografía importada
desde los llamados países socialistas y que veíamos como parte del resto
de la programación de esos momentos.
Lo que no sospechaba mi mente infantil de entonces, ni tampoco la
adolescente de más adelante, era de la existencia de una extensa
producción cinematográficas nativa, a veces hecha en coproducción con
otros países de habla hispana; una extensa obra que se nos escamoteó de
la pequeña pantalla, sin tener otro pecado que el de su factura
nacional. Por lo demás, al margen de las particularidades vernáculas de
casa país, transmitía prácticamente los mismos mensajes socioculturales
que llegaban al espectador a través de las ya referidas creaciones de
México, Argentina o España que, a pesar de su envejecimiento, nos seguía
presentado la televisión cubana. Era como si a la censura solo le
doliera lo cubano. Así, de golpe y porrazo, desapareció de nuestra vista
el patrimonio cinematográfico nacional para quedar reducido a la visión
exclusiva, en algún salón inaccesible del ICAIC o del ICRT, de un puñado
de especialistas y críticos "autorizados", los mismos que durante años
resultaron tan parcos, cuando no claramente renuentes, a la hora de
mencionar aquella riqueza audiovisual en sus escritos.
De este modo surgió la creencia de que cine cubano había nacido con la
Revolución. La única excepción era el documental El Mégano, de 1955, y
eso porque se trataba una denuncia de las condiciones de vida en la
Ciénaga de Zapata, lo cual afectaba al régimen imperante entonces,
además de que en su realización participaron quienes en pocos años se
convertirías en las estrellas del llamado "Cine Revolucionario"; Julio
García Espinosa, Tomás Gutiérrez Alea, Alfredo Guevara y José Massip.
Lo cierto es que en Cuba se venía haciendo cine desde hacía más de medio
siglo. Para comenzar tenemos la filmación de Simulacro de incendio,
realizada en fecha tan temprana como el domingo 7 de febrero de 1897, un
material silente visual que nos permite ver en acción a los valientes
Bomberos del Comercio de La Habana, quienes sacan la bomba, el carretel
y el carro de auxilio, colocan escaleras y suben sus mangueras hasta la
azotea de un edificio típicamente colonial. La obra fue realizada por
Gabriel Veyre, representante de la Casa Lumiére, en la Habana. Vale
reconocerle el mérito de la avanzada tecnológica a estos bomberos de La
Habana, cuya Estación Central (inaugurada en 1838) sirve de locación a
esta primera producción franco-cubana, no solo por aportar los
protagonistas de la primera película cubana de la que tenemos noticias:
los jefes de los bomberos, Granados y Zúñiga, que son quienes ejecutan
magistralmente la operación, sino también porque fue una persona
vinculada a esta misma institución la que protagonizara la primera
conversación telefónica en español en nuestra isla, se trata del
entonces vicepresidente del Cuerpo, el doctor Juan J. Musset, quien el 2
de noviembre de 1877, conversaría en público por teléfono con su esposa,
durante casi una hora, demostrando la eficacia del nuevo invento.
Pero volvamos al cine que "nunca existió" durante los primeros años de
los cubanos que hoy rondamos la cincuentena. La buena noticia es que
poco a poco aquella parte olvidada de nuestra cultura ha ido encontrando
eco en los medios del Estado. Es lo que nos demuestra como EcuRed, cuya
entrada dedicada a los inicios de nuestro cine recomiendo visitar. En
este sentido lo mejor ha sido la aparición, hace ya algunos años, del
programa del Canal Educativo 2 que lleva por nombre De cierta manera, es
el título de un filme realizado en 1974 por la realizadora Sara Gómez
(muerta ese mismo año), película mala donde las haya, pero que tuvo el
mérito de llevar a la pantalla el tema de la sobrevivencia de la
marginalidad en la Cuba revolucionaria. El conductor del programa
televisivo es el crítico, investigador e historiador cinematográfico
autodidacta Luciano Castillo (Camagüey, 1955) quien cuenta con la
ventaja de ser el responsable desde hace años de la mediateca André
Bazin en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los
Baños, un remanso de relativa libertad creativa. al menos para el
contexto isleño. Castillo pertenece además al Consejo Nacional de la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba y a la Asociación Cubana de la
Prensa Cinematográfica. El espacio salió al aire por primera vez en
televisión el 12 de julio de 2008, pero desde 2004 ya existía una
versión radial que se emitía a través de la emisora de la Oficina del
Historiador de la Ciudad: Habana Radio. Se trata de un programa
especializado en cine cubano de todos los tiempos, lo cual no deja de
ser un gran reto, si tenemos en cuenta lo "problemático", que puede
seguir siendo frente al discurso de la historia oficial cubana ese cine
que se hace durante la etapa republicana y que logró extenderse algo más
allá del primero de enero de 1959, hasta que por fin el Estado logra
monopolizar la producción cinematográfica con el pretexto de desarrollarla.
Incluso dentro de esta nueva etapa surgieron obras que, tras cortas
presentaciones públicas terminaron empolvándose en las bóvedas de la
Cinemateca, ya porque sus realizadores y artistas abandonaran el país,
ya por que terminaran propasándose en el terreno de la crítica social,
como ocurrió por ejemplo con la película PM de Sabá Cabrera Infante y
Orlando Jiménez-Leal filmada en 1960 y tres décadas después con el
largometraje de ficción dirigido en 1990 por Daniel Díaz Torres bajo el
título de Alicia en el pueblo de Maravilla.
Hoy la cosa ha cambiado, entre otros motivos porque la tecnología
facilita el hacer y difundir un cine alternativo. Ahí tenemos el caso
del corto Monte Rouge, dirigida por Eduardo del Llano (uno del
coguionista de Alicia) y protagonizada por uno de los artistas más
solicitado de nuestra generación Luis Alberto García en su rol de
Nicanor. Un trabajo arriesgado que no solo juega con la cadena, sino que
se mete directamente con el "mono", al burlase del modo en que la
Seguridad del Estado espía la intimidad de la población cubana.
Y es gracias a ese mismo desarrollo tecnológico que debemos agradecer el
surgimiento en YouTube de Cuba Film Video, un canal donde se cuelga todo
tipo de películas cubanas o cubano-extranjeras, pero donde lo más
interesante, al menos para mí, es la parte constituida por los filmes
que fueron produciéndose desde 1897 hasta principios de los 60 y que
resultan, por todo lo dicho anteriormente, obras muy poco conocidas para
el público cubano contemporáneo, sobretodo el que vive en la diáspora y
nació después del ascenso de Fidel Castro al poder. Visitando el sitio
descubriremos, disfrutaremos o criticaremos producciones de mayor o
menor valor artístico, algunas son tan insulsas que cuesta trabajo
entender el motivo de que fueran vedadas. Otras en cambio todavía serían
capaces de poner los pelos de punta al comisario político de turno. Como
por ejemplo el drama de 1954 Misión al norte de Seúl, película rodada y
dirigida en Cuba por Juan José Martínez Cazado, donde se nos narra una
historia de "internacionalismo anticomunista": la de unos cubanos
reclutados por el ejército norteamericano y enviados a combatir en la
guerra de Corea. De género opuesto, pero igualmente inconveniente sería
la comedia, Tres barbaros en un jeep, dirigida y escrita en 1955 por
Manuel de la Pedrosa, con un reparto donde destacan quienes años después
devendrán en los payasos más famosos de la televisión española, los
entonces más que aplatanados Fofó y Miliki. Se trata de una película
significativa en tanto que se permite "relajear" con el ejército, a
pesar de haber sido rodada en plena dictadura militar.
Mirando Cuba Film Video constamos cosas muy interesantes. Por ejemplo,
que las primeras películas que tenían como protagonista a "El Santo",
nombre artístico del famoso luchador y actor mexicano Rodolfo Guzmán
Huerta (convertido en figura de culto cinematográfico) se filmaron en
Cuba. Ellas son: Santo contra cerebro del mal (Cerebro del Mal) y Santo
contra los hombres infernales (ambas de 1958. En ellas, además de
mostrársenos una bella Habana de las postrimerías del batistato,
aparecen unos gánsteres que eran muy comunes en la época, y de los
cuales no pocos terminarían ingresando en los movimientos anti
batistianos que pronto tomarían el poder.
El creador de este instructivo e inspirador canal, que se actualiza
permanentemente, es el cubano Orlando Moreno, un compatriota que merece
el agradecimiento de todos aquellos que al salir de la Isla no dejamos
atrás el amor por su cultura cinematográfica, no importa el signo
ideológico del cual pueda estar impregnada cada obra según la etapa de
su realización.
Recomiendo este canal a los miembros de mi generación, pues si bien
reconozco la mala calidad artística de muchas de estas obras, no se les
puede negar su carácter no buscado de documental. Disfrutemos de las
películas de este canal, tanto de aquellas que para nosotros "nunca
existieron", como de las que, fueran cuales fueran sus intenciones, de
entretenimiento o doctrinarias, se convirtieron en compañeras
inevitables de nuestro crecimiento emocional, estético e intelectual.

Source: Para disfrutar del cine cubano que nunca existió… y mucho más -
Artículos - Cultura - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cultura/articulos/para-disfrutar-del-cine-cubano-que-nunca-existio-y-mucho-mas-326642

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