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Monday, September 19, 2016

La comezón del exilio

La comezón del exilio
La comezón del exilio viene muy bien a la tendencia impuesta desde hace
décadas, en ambas costas del estrecho de la Florida: mantener una
conspiración de los extremos
Alejandro Armengol, Miami | 19/09/2016 9:50 am

A veces en el exilio a uno le entra una especie de comezón, natural y al
mismo tiempo extraña, y comienza a manifestar un anticastrismo elemental
que repite viejos dichos y esquemas, los mismos que quien ahora sufre el
padecimiento en otra época no solo rechazó sino se burló de ellos.
También ocurre lo contrario, y el que es víctima del mal de pronto
encuentra coincidencias y virtudes en lo que hasta ayer le producía
repugnancia del castrismo.
No se trata de un problema ideológico, de cambio de posición y mucho
menos hay una epifanía. Quizá la explicación sea más simple: cansancio,
aburrimiento, ganas de ser distinto.
Confieso no ser ajeno al síndrome en ambas manifestaciones. Temo también
que no exista inoculación. Que una y otra vez el fenómeno se repita.
Es posible que haya algo de envidia en ello, que se añore no ser como
aquellos que se han mantenido firmes en uno u otro sentido.
Reconozco que con los años y las sucesivas olas migratorias llegadas a
Miami he comenzado a sentir cierta simpatía por la rudeza de un
anticastrismo elemental, propia de quienes en muchas veces —con razón y
sin ella— he catalogado de "exilio histórico". No deja de ser
estimulante enfrentarse a alguien con ideas contrarias pero claras, y
con un empecinamiento tan fuerte como honesto.
Si al parecer los nuevos votantes rechazan no solo las predicas y los
políticos del republicanismo tradicional, sino se pronuncian en contra
del embargo y a favor de los viajes a Cuba sin limitaciones, pero al
mismo tiempo declaran que son partidarios de Donald Trump, poco queda
por hacer.
Aunque el hecho cierto es que la comezón no respeta edades, ni años o
décadas de exilio, por lo que puede afirmarse que casi nadie está a
salvo de ella.
La ciencia, por su parte, no la toma en cuenta. No figura en los
manuales médicos al uso y hasta el momento ningún seguro la cubre.
Tampoco aparece en los cultos más o menos esotéricos. La astrología ni
siquiera la desprecia y los brujeros están ocupados con otras cosas.
Algunos han intentado reducir a dos las explicaciones sobre la comezón
del exilio. Una literaria y otra cinematográfica. La literaria se
remonta y nos acerca a Rip Van Winkle, o de la historia condensada en un
cambio de retratos para anunciar una taberna. Everyone Says I Love You
es la explicación cinematográfica: algo ocurrido en el cerebro (¿un
tumor?, ¿un bloqueo en las arterias?, ¿un episodio sin importancia?)
temporalmente ha convertido en ultra reaccionario agresivo a un miembro
de una familia liberal. Por suerte el orden natural de las opiniones se
restituye antes de que termine la película.
Al final, lo más probable es que solo se trate de continuar en el exilio
la senda oportunista amparada en el conocimiento de las "reglas del
juego" o apenas el temor a perder privilegios. En total la ansiada
"libertad" adquirida en Miami no pasa de unas cuantas ventajas
económicas y la práctica de un cinismo de café con leche con el que se
intenta cubrir la cobardía.
La comezón del exilio viene muy bien a la tendencia impuesta desde hace
décadas, en ambas costas del estrecho de la Florida, a mantener una
conspiración de los extremos: volver una y otra vez a remedar un modelo
caduco.
Sin embargo, cabe la sospecha de que estas burdas explicaciones no sean
más que la costumbre de politizarlo todo, existente en Miami. Quizá el
padecimiento sea simplemente consecuencia del cambio climático. Pero
hasta ahora no se ha encontrado una institución, universidad o academia
que esté dispuesta a dedicarle parte de su presupuesto, para investigar
el asunto.

Source: La comezón del exilio - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-comezon-del-exilio-326665

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