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Wednesday, August 03, 2016

Ojalá no regresen esos tiempos

"Ojalá no regresen esos tiempos"
Alain Gómez tuvo en 1993 que dejar la escuela y ponerse a trabajar para
ayudar a su familia
Martes, agosto 2, 2016 | Frank Correa

LA HABANA, Cuba.- En 1993, el año más duro del periodo especial, Alain
Gómez tuvo que dejar la escuela de comercio y ponerse a trabajar de
custodio en un hospital para sustentar a su familia, compuesta por sus
abuelos enfermos y su hermano Alexis, que cursaba el octavo grado.

Vivían en un apartamento del cuarto piso de un edificio situado en 51 y
114, en Marianao, cuando de pronto la crisis económica les cayó encima
como una tromba, con su abuelo con alzhéimer y su abuela que no salía
del puesto médico, acosada por la hipertensión y la diabetes.

"Hasta ese momento sobrevivíamos de la pensión de mi abuelo, pero un día
el precio del arroz amaneció a 50 pesos la libra y la carne de puerco a
75, con los 128 pesos de retiro del viejo solo podíamos hacer un
almuerzo y ni siquiera alcanzaba para medicinas. Entonces tuve que dejar
la escuela y vestirme de hombre".

Con 18 años, Alain comenzó a trasnochar con sus guardias en el hospital,
donde sustraía sueros, jeringuillas, antibióticos, sábanas, frazadas de
piso y cualquier cosa que pudiera sacarle algún provecho para comprar
comida. Envejeció rápidamente y aunque nunca reconoció que era robo a
los bienes del estado, le molestaba tener que vender cosas del hospital
para sobrevivir.

"Daban lástima aquellos dos viejitos, flaquitos, sucios. Mi abuelo sin
pelarse ni afeitarse, mi abuelita con un solo vestido, mi hermano
llorando de hambre por la noche. Vendí la pecera, un escaparate, los
muebles de la sala, pero el dinero que les sacaba solo servía para dos o
tres comidas, nada más. Recuerdo una vez que estuvimos una semana
comiendo potaje de chícharos y pan. Fue cuando mi abuelo se levantó una
mañana y dijo que me iba ayudar. Pasó por todos los apartamentos del
edificio despidiéndose de los vecinos, subió a la azotea y se lanzó de
cabeza a la calle".

La abuela murió una semana después, de tristeza. Cuenta Alain que le
dolió en el alma perder a sus viejitos de aquel modo, pero quedó
aliviado, "porque aquello que vivían no era vida".

"Fueron tiempos terribles. No sé cuanta gente sobrevivió de esa manera,
y quizás hasta peor. Después, al paso de los años, cuando mejoró un poco
la situación, conocí a personas que nunca supieron qué cosa fue el
periodo especial porque tenían dinero, trabajaban en firmas o eran de la
nomenclatura comunista, entonces descubrí la diferencia entre ellos y
nosotros. Mi hermano Alexis tampoco terminó la escuela, se casó con una
muchacha de Bauta y se fue a vivir con ella. Yo hice una familia, me
volví cristiano y cambié de trabajo varias veces, hasta poner este
negocio de carretillero. Ahora que la situación comienza a ponerse mala
otra vez, les cuento esta historia a mis hijos y oramos todos los días
porque esos tiempos no regresen".

Source: "Ojalá no regresen esos tiempos" | Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/ojala-no-regresen-esos-tiempos/

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