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Saturday, August 06, 2016

De la rebeldía a la amnesia social

De la rebeldía a la amnesia social
Hoy ya no suceden 'maleconazos'. Cada quien elabora su proyecto
migratorio en la tranquilidad del seno familiar
Viernes, agosto 5, 2016 | Ana León y Augusto César San Martín

LA HABANA, Cuba.- La familia de Caridad se desintegró durante el Periodo
Especial. Aún cuando sus cinco miembros conviven en la misma casa, cada
cual enciende el fogón para preparar, de forma individual, su comida. De
la costumbre inculcada por los abuelos de compartir la mesa, pasaron a
comer en los cuartos y almacenar comidas dentro de ellos. Esta fue una
de las secuelas dejadas por el Periodo Especial, cuando la luz eléctrica
era suspendida en los hogares cubanos durante doce horas o más.

Fue también la época de la cacería de gatos (bautizados como "pollos de
tejado") para comer o venderlos como carne de conejo; de la pasta de oca
a falta de carne; del cocimiento de hoja de naranja; el Cerelac como
sustituto de la leche; el bistec de cáscara de toronja y el picadillo de
gofio. Período de una sola comida al día, mayormente fongo hervido en
agua con sal porque no había aceite; de la venta ilegal de pan con
bistec hecho de frazada de piso, o pizzas regadas con queso fabricado de
condones derretidos en ¨Baños de María¨.

El Período Especial tuvo su etapa superior, denominada por el gobierno
como Período Especial Incrementado. Entre 1992 y 1994 el abandono
económico de Rusia y el desintegrado bloque comunista de Europa del
Este, sumió a la isla en una crisis que deformó la sociedad cubana de
forma irreversible.

Laceró también la salud del pueblo, obligado aceptar la versión
oficialista de que la Neuritis óptica o periférica que afectó a miles de
cubanos por el déficit vitamínico, era una epidemia introducida por la
Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Explosión social

Ahogados por el hambre que no sufrían los círculos del poder, en 1994
cientos de cubanos se lanzaron a las calles del municipio Centro Habana
clamando "libertad". La revuelta abarcó sobre todo el área comprendida
entre la avenida Malecón, desde La Punta hasta el parque Antonio Maceo,
aunque se tuvo conocimiento de grupos de personas que llegaron hasta la
zona donde está ubicado el Hotel Riviera.

Una airada muchedumbre apedreó las vidrieras del hotel Deauville y no
pocas tiendas en las calles Neptuno, Galiano y Belascoaín. Las consignas
triunfalistas fueron sustituidas por gritos de "¡Abajo Castro!
¡Libertad!" y "¡Tenemos hambre!". Por un momento muchos pensaron "ahora
sí"; pero la respuesta de las fuerzas represivas no se hizo esperar.

Además de la policía y los efectivos del Ministerio del Interior
(MININT), supuestos constructores de la brigada Blas Roca fueron
designados para sofocar la explosión popular. Según contó a CubaNet
Leonel Rodríguez —miembro de la Federación de Estudiantes Universitarios
(FEU) en aquella época— entre sus miembros había agentes de Fuerzas
Especiales que, disfrazados de albañiles, arremetieron contra los
insurgentes aplicándoles técnicas de combate y golpes con el bastón
reglamentario para finalmente colocarles las esposas.

¨Guardo una bandera cubana y un Black Jack utilizado por los
¨constructores¨ durante la represión¨, dijo. Todavía hoy, cuando los
medios masivos nacionales hacen referencia al suceso, invariablemente
aparecen las imágenes de la llegada de Fidel para apaciguar, con su
discurso, a la multitud enardecida por la acumulación de carestías y
frustraciones. La televisión cubana hizo creer al mundo que bastó la
presencia del líder para que los agresores dejaran caer las piedras y
ahogaran sus reclamos.

La realidad fue —según narran quienes formaron parte del acontecimiento
o escucharon testimonios de fuentes presenciales— que Fidel Castro llegó
una vez sofocada la revuelta y el escenario se encontraba dominado por
las Brigadas de Respuesta Rápida, creadas en 1990 para detener este tipo
de protestas.

El éxodo para ocultar la protesta

Sumado a la manipulación de los medios masivos con lo ocurrido en el
Maleconazo, sobrevino el éxodo de 1994. El gobierno autorizó la salida
por mar de todo el que no quisiera continuar viviendo en la Isla. Los
ecos del Maleconazo —bautizado por algunos como "Día de la Rebeldía
Nacional"— y sus protagonistas encarcelados, fueron inmediatamente
sustituidos por el inolvidable episodio de miles de cubanos lanzándose
al mar.

Balsas fabricadas con cámaras de tractor, botes, embarcaciones de frágil
factura casera y otras que fueron fruto de la más loable inventiva,
marcaron la migración masiva que hirió de muerte a la revolución cubana.
La inquietud suscitada por el estallido del 5 de agosto dio paso a la
incertidumbre de miles de madres cuyos hijos se hallaban en alta mar. Y
esa es la memoria que ha perdurado hasta hoy.

Casi ningún cubano recuerda el Maleconazo, pero sí el muro del malecón
lleno de espectadores con los ojos fijos en aquellos fragmentos de Cuba
que se perdían en el horizonte, rumbo al norte. Otro tanto había
ocurrido en 1980 con el asalto a la Embajada del Perú, primera reacción
social contra el régimen en la Isla. Los cubanos nada saben sobre ese
capítulo velado de nuestra historia reciente; pero sí recuerdan el éxodo
por el puerto Mariel.

Estos dos acontecimientos colectivos de rebeldía contra el gobierno,
fueron opacados por el impacto de la emigración masiva, facilitada por
un sistema de control policial y represivo. ¿Casualidad histórica o
estrategia del gobierno cubano?

Hoy ya no suceden 'maleconazos'. Muy pocos protestan o se arriesgan a
ser golpeados por agentes de Fuerzas Especiales disfrazados de
constructores. Cada quien elabora su proyecto migratorio en la
tranquilidad del seno familiar, sin importar cuánto haya cambiado Cuba
desde que Raúl Castro asumió el poder. La idea del exilio como única vía
para escapar a la inoperancia del sistema, ejerce un influjo tan
poderoso sobre los insulares que incluso quienes viven con cierta
holgura en la Isla, se marchan apenas tienen oportunidad.

El gobierno cubano ha cubierto de silencio el Maleconazo y el
descarrilamiento de los ideales revolucionarios que sucedió a la crisis
de los noventa. Con igual resolución se empeña en afirmar que esa época
ha quedado atrás. Pero el Período Especial fue un momento terrible al
cual entraron juntos todos los cubanos y del cual hoy continúan
saliendo, lentamente, uno por uno.

Video:
https://www.youtube.com/watch?v=82X2hCPv-Bs

Source: De la rebeldía a la amnesia social | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/del-maleconazo-a-la-amnesia-social/

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