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Thursday, August 20, 2015

Una jornada de nauseabunda vergüenza

Una jornada de nauseabunda vergüenza
agosto 18, 2015 12:51 pm·

Lawton, La Habana, Juan González Febles, (PD) La reapertura de la
embajada de los EEUU en La Habana, el pasado 14 de agosto, parece haber
sido el regalo del presidente Barak H. Obama a Fidel Castro, el líder
histórico del desastre nacional cubano por su 89 cumpleaños. Para
muchos, fue el epílogo de la más vergonzosa y nauseabunda capitulación,
protagonizada por la nación que supuestamente es y ciertamente no merece
ser, conceptuada como líder del mundo libre. Al menos, mientras esté
encabezada por el equipo que la encabeza.

Un Kerry sonriente afirmó sentirse bien, en el mismo sitio del que miles
arriesgan la vida por escapar. Con su presencia consagró al infierno. Se
trata de que muchos visitantes comenten la atmósfera opresiva que se
respira desde el mismo instante en que ingresan en la Isla. La misma
Isla en que el Sr. Kerry, declaró sentirse muy bien.

Luego de referirse al único interés que de veras animó al gobierno que
representa, esto es negocios y la posibilidad de mano de obra barata y
desposeída, bromeó con su contrapartida, el ministro de exteriores del
régimen, el Sr. Bruno Rodríguez Parrilla.

Con un discurso ambiguo y lleno de eufemismos, se pasó muy
superficialmente por encima del tema Derechos Humanos. En un futuro o
para decirlo mejor, en el presente imperfecto de la actual
administración, el tema quedará sujeto a las interpretaciones diversas e
indirectas que posibiliten el desarrollo de los negocios en que se
involucrarán los castristas empoderados y los obamunistas empoderadores.

La conferencia de prensa fue más de lo mismo. La misma tuvo lugar en el
Hotel Nacional y ambos cancilleres respondieron preguntas de los
periodistas que acreditó el régimen para la ocasión. Reporteros de
Reuter, Associated Press (AP), Miami Herald y Granma, entre otros, que
calificaron para trasponer la frontera de la censura ejercida desde el
poder totalitario castrista, hicieron su trabajo en los límites
establecidos para ello.

De acuerdo con lo que ofertó la televisión oficial, los colegas de
Reuter y Miami Herald cumplieron un cometido que puede calificarse como
decoroso, Granma hizo lo que suele hacer Granma y la Sra. Andrea
Rodríguez, -como de costumbre- se sumó a lo que suele hacer Granma. Por
supuesto, quien lo hizo posible fue el gobierno de los Estados Unidos
que hizo dejación de su prerrogativa de acreditar periodistas, al
cederlo al gobierno cubano, que para la ocasión, hizo lo que siempre
suele hacer.

En medio de tanta desvergüenza, siempre hubo un atisbo de predecible
dignidad. Ni Berta Soler ni Antonio G. Rodiles, asistieron a la
recepción, ofrecida por la embajada norteamericana, a la que fueron
invitados. Una recepción diseñada para lo políticamente conveniente y
para los políticamente convenientes y hasta desechables. Con el mismo
dócil elenco convocado por la Sra. Jacobson en su primera performance
cubana.

Quizás Soler, Rodiles y el resto de los que les siguen en
@TodosMarchamos, sumado a la dignidad que asumen, ya tengan suficiente
con la golpiza que reciben cada domingo por parte del régimen militar
cubano. Golpiza esta hoy bendecida por el gobierno de los Estados Unidos.

Por lo pronto y sin hacer la menor concesión, sin el más mínimo
reconocimiento de que algo internamente marcha en sentido opuesto al
derecho de gentes reconocido universalmente, el régimen militar cubano
se anotó la victoria más impensada en medio de la más vergonzosa y
nauseabunda capitulación.

Este será el legado incierto que Barak H. Obama dejará con su mandato.
Un legado de traición a los más altos estándares e ideales sostenidos
por los Estados unidos desde su fundación. Un legado que tendrá una
resonancia tan negativa como para que jamás olvidemos a su promotor. Un
legado dañino no solo para Cuba, lo será para el mundo y además, para
los propios Estados Unidos.

Para Cuba actualidad: j.gonzalez.febles@gmail.com

Source: Una jornada de nauseabunda vergüenza | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/una-jornada-de-nauseabunda-verguenza/

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