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Sunday, August 16, 2015

Un paseo por los alrededores de la embajada de EEUU en La Habana

Un paseo por los alrededores de la embajada de EEUU en La Habana
FERNANDO DÁMASO | La Habana | 14 Ago 2015 - 8:11 am.

Hoy, 14 de agosto, en el hermoso edificio que en el año 1952 se
construyera para sede de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana,
volverá a ondear la bandera de las barras y las estrellas, ausente
durante más de 50 años.

El entorno del mismo, ubicado en el Malecón habanero, en la parte baja y
considerada más moderna de El Vedado de los años 50, es muy diferente al
de la época de su inauguración. Las bellas mansiones y viviendas,
carcomidas por el tiempo y la indolencia, se han convertido en ruinas o
ciudadelas, los edificios están faltos de mantenimientos, las calles y
las aceras rotas y la suciedad y el abandono proliferan por doquier, a
pesar de que en estos días las autoridades se han dado a la tarea de
higienizar un poco la zona.

El edificio de la embajada, como ningún otro, ha sido víctima de las
sucesivas histerias políticas: mítines y concentraciones de repudio,
marchas del "pueblo combatiente", vigilias, vallas ofensivas, conciertos
antiimperialistas y muchos otros engendros ideológicos.

El bello parque que tenía al frente, en un momento de "exaltación
patriotera", fue demolido y, en su lugar, se levantó el adefesio
arquitectónico denominado Tribuna Antiimperialista José Martí, más
conocido popularmente como "El Tontódromo", con una ridícula estatua del
Apóstol con un niño en brazos, señalando hacia el inmueble con dedo
acusatorio.

Los habaneros siempre han dicho que Martí no acusa, sino que le indica
al niño dónde es que dan las visas para viajar a "la Yuma".

Por si no fuera suficiente, se agregó un llamado Monte de las Banderas,
con enormes astas coronadas con banderas negras primero, y después
también con banderas cubanas, cuyo único objetivo fue impedir que la
población leyera las noticias y mensajes que se exponían digitalmente en
la fachada del edificio.

Aunque algo alejado del inmueble, debe recordarse que el monumento a las
Víctimas del Maine, en los primeros años de la década del 60, también
fue objeto del "vandalismo revolucionario", cuando se derribó el águila
de bronce que lo coronaba, fragmentándose en la caída, cuya cabeza se
encuentra en manos de las autoridades norteamericanas, mientras el
cuerpo lo custodia el Historiador de La Habana en el Museo de la Ciudad.

El que fuera un entorno de paz y tranquilidad, agradable a los
transeúntes y a los vecinos, con los avatares políticos, se convirtió en
uno de violentas confrontaciones, algo que, por cierto, no sucedió con
el inmueble del Gobierno cubano ubicado en la Calle 16 en Washington,
donde el día 20 del pasado mes de julio se izó la bandera nacional.

Si no fuera pedir peras al olmo, sería deseable que el entorno habanero
de la embajada de EEUU volviera a su estado original, retirando las
antiestéticas y corroídas astas de las banderas, demoliendo "El
Tontódromo" y retirando la estatua de Martí. También, uniendo las dos
partes del águila, ésta debería ser restituida en lo alto de las columnas.

Tal vez esto, a pesar de algunas exigencias absurdas y consignas
obsoletas, fuera una buena señal de madurez política y de que algo
realmente está cambiando.

Source: Un paseo por los alrededores de la embajada de EEUU en La Habana
| Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1439532718_16325.html

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