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Wednesday, August 12, 2015

Ni a la derecha ni a la izquierda

Ni a la derecha ni a la izquierda
JOSÉ HUGO FERNÁNDEZ | La Habana | 12 Ago 2015 - 11:47 am.

Está bien que el Observatorio Crítico Cubano condene la violencia del
régimen. Lo controversial son los términos que usa.

Fue bueno que el Observatorio Crítico Cubano se animase a condenar
públicamente la abusiva violencia que —desde hace décadas y en forma
sistemática— los esbirros del régimen emplean contra opositores
pacíficos. No es el primer gesto elogiable de esta organización que se
autocalifica como "izquierda anticapitalista". Lo controversial, más acá
o allá de sus actos, reside tal vez en ciertos términos que escoge para
anunciarlos ante la opinión pública.

Muy en particular, llamó la atención en este caso que se declarase en
las antípodas de nuestra "disidencia de derechas", con lo cual ha
demostrado por lo menos dos deslices garrafales: primero, creer que la
oposición en Cuba pertenece, ya no toda, ni siquiera mayoritariamente, a
lo que podríamos llamar la derecha, en cuanto a concepciones políticas;
segundo, desconocer (o dar a entender que desconoce) que en las actuales
circunstancias de nuestro país (bajo un totalitarismo dinástico
disfrazado de sistema socialista), lo más importante entre sus
opositores no es situarse a la derecha ni a la izquierda, sino todo lo
contrario, es decir, dejando a un lado, para más adelante, las pasiones
y los rezagos fundamentalistas que siempre trae aparejados la ideología.

Meter en un mismo saco a todos los miembros del movimiento de oposición
pacífica en Cuba, y encima tildarlos, con intención peyorativa, como
disidentes "de derecha", es, en el peor de los casos, hacerle el juego a
la artera propaganda de la dictadura; mientras que en el mejor, o en el
menos malo, significa ningunearlos, levantándoles un muro de distancia y
categoría con respecto a la llamada "izquierda anticapitalista", cuyos
representantes parecen considerarse a sí mismos como la única disidencia
auténtica, así que la más conveniente para el país, amparada tal vez por
el hecho de haber nacido de las entrañas del régimen, bajo el patrocinio
de su aparato de dominio y con el fin de salvar todo lo que pueda ser
salvado de sus "conquistas", aun cuando la realidad del mundo moderno
los impele a declarar que promueven una sociedad "sin comandantes en
jefe", y a condenar la violencia gubernamental contra opositores
pacíficos, algo que agradecemos en tanto elemental decencia.

No sé si los del Observatorio Crítico Cubano lo han observado
críticamente alguna vez, pero sus coincidencias con el movimiento de
oposición pacífica en la Isla son más numerosas que sus divergencias, al
menos en materia política o de carácter cívico-social, asuntos sobre los
que justamente demuestran ellos establecer su distancia y quizá sus
ventajas competitivas, por decirlo de alguna forma.

Si, según sus propias declaraciones, son antiautoritarios, antisexistas,
antihomófobos, ambientalistas, antipatriarcales y libertarios, todos los
opositores, creo que sin excepción, también lo son. Al igual que ellos
(salvo casos muy aislados) la oposición pacífica se pronuncia contraria
al llamado "bloqueo" de Estados Unidos contra el régimen. Ambos
coinciden igualmente al sostener que las diferencias políticas no deben
ventilarse por medio de la violencia. Ambos desean para Cuba el progreso
y la justicia y acreditan estar persuadidos de que no serán alcanzables
aquí sino a través de un sistema democrático.

Algunos miembros del Observatorio Crítico Cubano se han declarado
anarquistas. Con esa proyección tan pintoresca y tan demodé no creo que
coincida ninguno de los del movimiento de oposición pacífica. Así que
sería una de las divergencias que los separa. Y otra divergencia, tal
vez la más sonada, radica en su postulación anticapitalista, que a mí se
me antoja punto menos que una entelequia, dado que, nos guste o no,
existen hoy tantas maneras diferentes de ser capitalista como sistemas
más y menos funcionales hay en el mundo, desde Dinamarca hasta Japón o
desde Costa Rica hasta Ghana.

Visto con los ojos de la cara, el mundo es capitalista, en alguna de sus
variantes más y menos prósperas, más y menos justas y emancipadas, o de
lo contrario es tribal y retrógrado. Mientras, el socialismo no tiene
presente, así que menos parece tener futuro, ni tuvo un pasado real más
allá de los manuales y de los horrores de cierta forma de gobierno
neo-esclavista a la que endilgaron ese nombre. Y el motivo por el cual,
al margen de las inflamadas consignas, el socialismo es hoy un carapacho
inánime, no hace falta buscarlo en todo un siglo de esfuerzos fallidos
por darle curso. Basta con apelar a un muy sabio y antiguo refrán,
mediante el que parecen advertirle a Marx los humildes del mundo: "Todo
lo que haces para mí, pero sin mí, lo haces contra mí".

Por lo demás, lo que se dirime hoy, de cara a un futuro más o menos
próximo, no es si el socialismo, que no tiene presente, podría
trascender demostrando superioridad como sistema del porvenir, o si el
capitalismo logrará renovarse desde sus esencias para no quedar a la
zaga. Lo que se dirime es mucho más importante que las ideologías y los
sistemas políticos. Se trata de la capacidad del ser humano para
sobrevivir como especie, mediante un vuelco radical hacia la
profundización del desarrollo de sus reservas materiales, espirituales e
intelectuales.

Tal vez sea por eso que la generalidad de los miembros de la oposición
pacífica en la Isla no suele poner énfasis en cuanto al brazo conque
lanza sus demandas democráticas y esencialmente progresistas. Ni a la
derecha ni a la izquierda, sino todo lo contrario. Por más que el
régimen los ha demonizado con el sambenito de disidencia "mercenaria" y
"de derecha", para apalearlos a sus anchas mientras la izquierda de aquí
y de allá mira hacia otra parte, a veces, y otras veces aplaude.

Así, pues, resulta esperanzador que el Observatorio Crítico Cubano haya
plantado cara a la jauría de la Seguridad del Estado. Ahora solo queda
por desear que observe un tanto más profunda y críticamente a los del
movimiento opositor, a ver si al menos empieza a mirarlos como a iguales
y no por encima del hombro.

Source: Ni a la derecha ni a la izquierda | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1439372878_16289.html

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