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Friday, August 14, 2015

Los nuevos escenarios

Los nuevos escenarios
Dejemos de exigir a un Gobierno extranjero que le exija al nuestro lo
que nosotros debemos exigirle
DAGOBERTO VALDÉS HERNÁNDEZ, Agosto 13, 2015

Se han reabierto las puertas de las embajadas de Cuba y de Estados
Unidos. Ha concluido la primera etapa. Muchos dicen que es un
acontecimiento histórico. Otros que para Cuba se abren nuevos escenarios.

Al apagarse las luces, acallarse los himnos, comenzarán a pasar los días
que, como todos, amanecen para los cubanos de a pie como el tiempo para
la lucha por la supervivencia. Sus exigentes demandas cotidianas rebajan
la prueba de cambios visibles e inmediatos la altura de las noticias y
las astas. ¿Qué hacer para que las altas expectativas no se conviertan
en profundas frustraciones? ¿Cómo mirar alto y lejos para dar las
dimensiones requeridas a los nuevos escenarios? ¿Serán tan amplios e
incluyentes que, bien parados sobre ellos, puedan actuar y expresarse
los protagonistas que debemos ser todos los cubanos?

Creo que es la hora de los cubanos, del ejercicio de la soberanía
ciudadana. Es la hora de la serenidad, el discernimiento y el
compromiso. E intento decir por qué:

- El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los
Estados Unidos nos ha hecho traspasar el umbral de la era
post-revolución. Hace tiempo que esta había dejado de serlo, pero ahora
pasó a la posteridad. Comienza la era de la post-confrontación, se abre
el itinerario largo y zigzagueante hacia la normalidad, pero es solo la
conclusión de una etapa. Lo que vemos aún de ella son solo sus rezagos y
estertores.

- Como han dicho algunos analistas, se ha cerrado la etapa épica para
abrir la época de la política, que no es solo la época de los políticos.
Esto significa en su sentido más alto y amplio: que toca a nosotros los
cubanos la búsqueda del bien común con la participación democrática de
los ciudadanos. En el escenario se comienzan a rellenar las trincheras y
a ensamblar las mesas de concertación diversas y plurales, aunque aún
veamos el humo de los discursos guerrilleros, suframos la represión de
los sobrevivientes que se han quedado sin otras armas ni pretextos y la
nostalgia de los vencidos de ambos bandos recurra a lo que terminó
mientras se redacta entre todos, víctimas y vencidos, el nuevo texto
para la nueva república.

- Se ha abierto una puerta a la tolerancia, al diálogo y a la
negociación. Todos los bloqueos-embargos, externos e internos, deben
desmantelarse y reciclar sus mohosos ladrillos para bloquear la
confrontación, el lenguaje agresivo, la descalificación, la exclusión,
la represión y la política manigüera de manengues. Los regionalismos y
caudillos deben dejar paso a la libertad responsable y la madurez de la
polis. Se abre la oportunidad de cerrar la puerta a la república
bananera y construir, entre todos los cubanos, Isla y diáspora, una
nación moderna y feliz. Se presenta el chance inigualable para ser
nosotros mismos y pisar fuerte sobre nuestras diferencias para izar
sobre ellas la bandera de la unidad en la diversidad.

- Creo que, por primera vez, en nuestra historia, salvando los doce años
que transcurrieron entre 1940 y 1952, los cubanos tenemos la oportunidad
histórica de ser los protagonistas de los nuevos escenarios. Todo lo que
suceda ahora en Cuba, en la Isla y en la diáspora, solo dependerá de
nosotros mismos. Esto sí es un cambio sustancial. Los actores serán
actores y los apoyos serán eso, solidaridades.

- El cambio de política y la venidera normalización de relaciones
internacionales, y no solo con Estados Unidos, crearán las condiciones
para que, por un lado, los cubanos dejemos de esperar de fuera lo que
debemos hacer nosotros dentro. Para que los cubanos dejemos de exigir a
un Gobierno extranjero que le exija al nuestro lo que nosotros debemos
exigirle. Y por otro lado, para que ningún gobierno, nunca más,
considere como un derecho la injerencia en los asuntos internos de otro
porque ha convertido el diferendo entre ellos en política doméstica.

Esta quizá sea la principal oportunidad de los nuevos escenarios. Y la
que más depende de nosotros mismos. Aquí se abren, más anchos y más
importantes que ambas embajadas, el escenario y el reto para que los
cubanos icemos, por nosotros mismos, y sin esperar orientaciones, ni de
arriba aquí ni de afuera allá, la bandera del compromiso por Cuba
dejando fuera bandos y partidos, como dijo el pinareño José Manuel
Cortina, aquel tribuno y padre de la Constitución de 1940 al iniciar los
debates de la Asamblea Constituyente: "Los partidos fuera, la Patria
dentro".

Creo que estamos en una hora similar a aquella y necesitamos asumir
nuestros roles diversos para la causa común, tomar las riendas que nos
pertenecen dentro y fuera, las de abajo y las de los que ostentan
autoridad que no son más, ni menos, que servidores públicos. Se ha
abierto la hora de la madurez cívica y política de los cubanos, del
protagonismo y no del patrioterismo ideologizado. Lo dijo en Paraguay el
11 de julio de 2015 el papa Francisco, al que esperamos: "Todas las
ideologías han terminado en dictaduras".

Y nosotros, los cubanos, juntos y plurales, debemos decir y hacer que
las dictaduras terminen en democracia y que las ideologías se abran a la
inclusión, al debate público y a una cultura cívica y política digna del
giro trascendental que vivimos, del talento de la nación cubana y de ese
futuro democrático, laborioso y próspero, ciudad siempre perfectible,
para la que este momento histórico abre puertas al cambio de
mentalidades para que levantemos las banderas en que quepamos todos,
miremos alto y lleguemos lejos.

Source: Los nuevos escenarios -
http://www.14ymedio.com/opinion/nuevos-escenarios_0_1833416641.html

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