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Wednesday, August 05, 2015

Las congas del subdesarrollo

Las congas del subdesarrollo
La actitud individual de muchos transexuales y travestidos, siempre
terminan siendo shows para homofóbicos
miércoles, agosto 5, 2015 | José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba. – Mientras que la transexualidad y el travestismo no
trasciendan en Cuba el rol de espectáculo público que le ha impuesto
nuestro cerril ambiente patriarcal, dudo mucho que sus defensores tengan
suficientes motivos para darse por satisfechos.

No basta con la aprobación de las cirugías para cambios de sexo. Ni
siquiera bastaría con la aprobación de las bodas gais. El revuelo, la
casi forzosa atmósfera de escándalo, el pintoresquismo que suelen traer
aquí aparejadas todas sus actividades de grupo, así como la actitud
individual de una buena parte de los transexuales y travestis, siempre
terminan siendo shows para homofóbicos.

Se trata de un comportamiento no tan incomprensible como difícil de
explicar sin el peligro de que a uno lo tilden de machista. Pero tal
parece que a la hora de proyectarse públicamente, muchos transexuales y
travestidos estuvieran pensando más en sus detractores que en ellos
mismos, y que les motivase más el interés por provocar a quienes nos les
quieren que el deseo de reafirmarse serenamente y de hacerse respetar
como las personales normales que son.

No creo que abunden entre nosotros actitudes como la de Rosa,
protagonista de la película Vestido de novia, que lucha resueltamente
por reafirmar su identidad, por conservar el amor de su pareja y por
defender el lugar y las circunstancias que escogió para vivir, pero lo
hace sin la menor estridencia pública, desafiando con toda su templanza
los cánones de nuestra sociedad homofóbica.

Se afirma que la historia de este conmovedor personaje de la película de
Marilyn Solaya está basada en un caso real. Pero no me parece que sea
prototípico. Y si existen muchos otros como Rosa, entonces la situación
quizá sería más grave, porque son los que no se ven, aquellos cuyo
esfuerzo ejemplar no está sirviendo de ejemplo, toda vez que resulta
eclipsado por la resonante frivolidad que se exhibe en las muy
mediáticas congas de Mariela Castro.

Más que para desafiar los prejuicios y la incivilizada actitud de los
homofóbicos, las susodichas congas parecen concebidas para darles solaz
recreo. Lo más amable que podría decirse sobre ellas es que recuerdan
las ya antiguas exposiciones de los Drag-Queen y las Drag-King, aquellos
hombres y mujeres que se visten y actúan como estereotipos del sexo
contrario, con la intención, primordialmente histriónica y
caricaturesca, de divertirse y divertir a sus espectadores.

Ya se sabe que vivimos en un país donde no valen para nada las esencias
y donde todo depende de lo que seas capaz de representar públicamente a
tu favor. Pero es que en este caso no se trata sólo de representaciones.
También cuenta el imperativo de imponer con un mínimo de fidelidad los
propósitos y añoranzas de los transexuales mediante su simple vida
cotidiana. "El escándalo, en nuestros días, no consiste en atentar
contra los valores morales, sino contra el principio de realidad", nos
advierte con certeza el filósofo Jean Baudrillard.

No es que tengan que comportarse como los de Suecia, ya que no somos
suecos en tantas otras manifestaciones. Pero tampoco creo que hagan
avanzar esencialmente sus planes a través de esos shows públicos donde
actúan como payasos de circo, que divierten pero no convencen.

Source: Las congas del subdesarrollo | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/las-congas-del-subdesarrollo/

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